Hallazgo

Las infecciones virales son menos frecuentes pero más graves en personas con síndrome de Down

Al inicio tienen una respuesta inmune muy elevada, pero después su organismo corrige esto en exceso para reducir la inflamación, lo que hace que sean más vulnerables

Reportaje Sindrome Down
Reportaje Sindrome DownAlberto R. RoldánLa Razón

Se estima que unos seis millones de personas tienen síndrome de Down a nivel mundial. La trisomía 21 afecta aproximadamente a uno de cada 800 nacimientos. Provoca una variedad de manifestaciones clínicas. Pero lo que hasta ahora se desconocía es que, aunque tienen infecciones virales menos frecuentes, estas son más graves cuando las tienen.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista “Immunity” en el que se demuestra que esto es causado por una mayor expresión de una citocina antiviral, un tipo de proteína, en el interferón tipo I (IFN-I), que está parcialmente codificada por el cromosoma 21.

Los interferones humanos tipo I son un gran subgrupo de proteínas interferón que ayudan a regular la actividad del sistema inmunológico .

Pues bien, tener unos niveles elevados de IFN-I conduce a la hiperactividad de la respuesta inmune inicial, pero a posteriori el cuerpo corrige esto en exceso para reducir la inflamación, lo que hace que estas personas sean más vulnerables más adelante a un ataque viral.

“Por lo general, demasiada inflamación significa enfermedad autoinmune, y la supresión inmunológica generalmente significa susceptibilidad a las infecciones”, recuerda el autor principal del estudio, Dusan Bogunovic, de la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí, en Nueva York.

“Lo que es inusual es que las personas con síndrome de Down estén inflamadas e inmunodeprimidas, una especie de paradoja. Aquí, descubrimos cómo es posible”.

Al síndrome de Down también se conoce como trisomía 21. Esta copia extra cambia la manera en que se desarrolla el cuerpo y el cerebro del bebé, lo que puede causarle tanto una disminución de la capacidad cognitiva como problemas físicos tipo anomalías gastrointestinales y cardíacas congénitas.

Recientemente, ha quedado claro que las respuestas antivirales atípicas son otra característica importante del síndrome de Down. Se han documentado mayores tasas de hospitalización de personas con síndrome de Down por el virus de la influenza A, el virus respiratorio sincitial y el síndrome respiratorio agudo severo debido a infecciones por coronavirus (SARS-CoV-2).

Si bien las personas con síndrome de Down muestran signos claros de alteración inmunitaria, aún no se ha dilucidado cómo un cromosoma 21 supernumerario conduce a la desregulación de las defensas virales.

Para abordar esta brecha de conocimiento, los investigadores compararon fibroblastos (unas células que contribuyen a la formación de tejido conectivo) y glóbulos blancos derivados de personas con y sin síndrome de Down, tanto a nivel de ARNm como de proteína.

Según el comunicado del estudio, los investigadores “se centraron en las potentes subunidades del receptor IFN-I de citocinas antivirales IFNAR1 e IFNAR2, que se encuentran en el cromosoma 21″.

Y encontraron que “el aumento de la expresión de IFNAR2 fue suficiente para la hipersensibilidad al IFN-I observada en el síndrome de Down, independientemente de la trisomía 21″.

Pero posteriormente, la cascada de señalización hiperactiva del IFN-I desencadenó una retroalimentación negativa. Este proceso, a su vez, suprimió más respuestas a IFN-I y las respuestas antivirales. Es decir, lo explicado anteriormente: mayor respuesta inmune inicial, que después el cuerpo corrige en exceso para reducir la inflamación, lo que hace que estas personas sean más vulnerables a un ataque viral.

En conjunto, los hallazgos revelan oscilaciones de hiper e hipo respuestas al IFN-I en el síndrome de Down, lo que predispone tanto a una menor incidencia de enfermedad viral como a una mayor morbilidad y mortalidad relacionadas con la infección.

“Tenemos mucho más por hacer para comprender completamente las complejidades del sistema inmunológico en el síndrome de Down”, reconoce la primera autora Louise Malle, también de la citada Facultad de Medicina de Nueva York.