Sanidad
Las listas de espera deberían provocar dimisiones
Cataluña y las regiones socialistas son las que más maltratan a los enfermos y el País Vasco y la denostada Madrid, las que menos
El Sistema Nacional de Salud (SNS) es un polvorín que está a punto de estallar. Mientras el Gobierno se empeña en ensalzar su «resiliencia» y en emplear otras palabras igual de grandilocuentes y huecas para definirlo, los médicos se desgañitan pidiendo mejoras en todo el país y los pacientes sufren un auténtico vía crucis cada vez que deben ver a su especialista o han de pasar por el quirófano.
Las listas de espera reflejan este drama y los datos que arroja el último corte, correspondiente al primer semestre de este año, constituyen una auténtica vergüenza que debería dar lugar a una cascada de dimisiones en todos los niveles políticos si España fuera un país serio. Como ya se sabe, el pasado 30 de junio había 742.518 enfermos en espera de una intervención quirúrgica, el récord histórico, aguardando una media de 113 días o, lo que es lo mismo, más de 3,7 meses. Este cómputo empieza desde que el especialista prescribe la operación, pero hasta llegar a él los sufridos pacientes han de esperar otra media de 79 días. A ello hay que sumar el tiempo de espera para la realización y obtención de resultados de pruebas diagnósticas y el que requiere acceder a atención primaria, que en algunas autonomías alcanza ya los ocho días.
Particularmente vergonzosa es la situación en algunas comunidades. Por ejemplo,un enfermo de Extremadura tarda 330 días en someterse a una cirugía vascular. Para ser operado por un neurocirujano en Aragón debe aguardar 553 días, y en Canarias, para traumatología se tardan 217 días en pasar por el quirófano. Curiosamente, Cataluña y las regiones socialistas son las que más maltratan a los enfermos y el País Vasco y la denostada Madrid, las que menos. ¿De qué Sanidad pública nos están hablando los que aseguran defenderla tanto?
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