Embarazo

La preeclampsia multiplica por cuatro el riesgo de infarto en la década posterior al parto

Hasta el 2% de las embarazadas con preeclampsia sufrieron secuelas cardiacas en las dos décadas siguientes al parto, según un nuevo estudio

El seguimiento exhaustivo de la paciente es muy importante tras una transferencia de embriones
El seguimiento exhaustivo de la paciente es muy importante tras una transferencia de embrionesde archivo

El embarazo es uno de los momentos más cruciales en la vida de una mujer, pero cuando la gestación se desarrolla con algunos problemas de salud, puede dejar secuelas a largo plazo. En concreto, las gestantes con preeclampsia tienen más probabilidades de sufrir infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares en los siete años siguientes al parto en comparación con las mamás que no la han sufrido. Y esta consecuencia se deja sentir, incluso, hasta dos décadas después, ya que los riesgos siguen siendo elevados más de 20 años, según confirma un estudio realizado en más de un millón de mujeres embarazadas y publicado en «European Journal of Preventive Cardiology», la revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés).

«El elevado riesgo de enfermedad cardiovascular tras la preeclampsiase manifiesta a edades tempranas y poco después del parto. Esto indica que las intervenciones para prevenir los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares en las mujeres afectadas no pueden esperar hasta la mediana edad, cuando pueden optar a los programas convencionales de cribado cardiovascular», advierte la autora del estudio, la doctora Sara Hallum, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

¿Qué es la preeclampsia?

Se estima que la preeclampsia afecta hasta al 8% de los embarazos en todo el mundo. Los signos médicos que sirven de voz de alerta para diagnosticar esta patología son la aparición de hipertensión arterial y proteínas en la orina, además de síntomas como dolor de cabeza intenso, dolor de estómago y náuseas que suelen desarrollarse después de las 20 semanas de embarazo o poco después del parto.

Las mujeres embarazadas pueden confundir estos signos con síntomas propios del embarazo, lo que hace que en muchos casos no se busque ayuda médica y, por tanto, se agrave el trastorno. «La mayoría de los casos son leves, pero la preeclampsia puede provocar complicaciones graves para la madre y el bebé si no se trata a tiempo», asegura Hallum.

Para llegar a esta conclusión, se utilizaron registros nacionales para identificar a todas las mujeres embarazadas en Dinamarca entre 1978 y 2017. Las participantes estaban libres de enfermedad cardiovascular antes del embarazo y fueron seguidas durante un máximo de 39 años por ataque cardíaco y accidente cerebrovascular. «Esto nos permitió evaluar exactamente cuándo se produce la enfermedad cardiovascular en las féminas con y sin preeclampsia, y estimar el riesgo en distintos grupos de edad y con distintas duraciones del seguimiento», argumenta Hallum.

En concreto, en el estudio participaron 1.157.666 mujeres. Hasta el 2% de las mujeres con preeclampsia en su primer embarazo sufrieron un infarto de miocardio o un ictus en las dos décadas siguientes al parto, frente al 1,2% de las mujeres no afectadas. «Una incidencia del 2% de infarto agudo de miocardio e ictus isquémico no debe aceptarse como el coste de un embarazo complicado por preeclampsia, sobre todo teniendo en cuenta la corta edad de estas mujeres cuando enferman (menos de 50 años)», afirma el trabajo.

En general, las mujeres con preeclampsia tenían cuatro veces más probabilidades de sufrir un infarto de miocardio y tres veces más de sufrir un ictus en los 10 años siguientes al parto que las que no padecían preeclampsia. El riesgo de infarto o ictus seguía siendo el doble en el grupo con preeclampsia más de 20 años después del parto, en comparación con las mujeres no afectadas.

Cuando los investigadores examinaron el riesgo de enfermedad cardiovascular en función de la edad, descubrieron que las mujeres de entre 30 y 39 años con antecedentes de preeclampsia presentaban tasas de infarto de miocardio e ictus cinco y tres veces superiores, respectivamente, que las de edad similar sin antecedentes de preeclampsia. La mayor probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares en las mujeres con antecedentes de preeclampsia persistió durante la edad adulta, y las mayores de 50 años seguían teniendo el doble de riesgo que las mujeres sin antecedentes de esta complicación del embarazo.

Según la doctora Hallum, «las mujeres suelen estar en contacto con el sistema sanitario durante e inmediatamente después del embarazo, lo que ofrece una ventana de oportunidad para identificar a las que presentan un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. El número de mujeres con preeclampsia previa es elevado, y el seguimiento rutinario podría durar años o incluso décadas. La prevención debe comenzar en la década siguiente al parto, por ejemplo tratando la hipertensión arterial e informando a las mujeres sobre los factores de riesgo de cardiopatías, como el tabaquismo y la inactividad», aconseja el estudio.