Cáncer
El melanoma uveal es el tumor intraocular más agresivo en adultos
Mientras que el carcinoma basocelular es el más frecuente pero el menos dañino, en pediatría el cáncer de ojo que más se diagnostica en bebés menores de dos años es el retinoblastoma
Algunos tumores oculares, aunque son poco conocidos y no muy frecuentes, pueden resultar agresivos. Como no se sabe cómo prevenirlos, lo mejor para poder afrontarlos a tiempo es el diagnóstico precoz. Por eso, tener información sobre como se manifiestan y, en la medida de lo posible, reconocer sus síntomas, permite acudir cuanto antes a un especialista que pueda actuar rápido.
«Existen diferentes tumores que afectan al globo ocular, la órbita y anejos oculares. Muchos de ellos presentan un comportamiento benigno, pero otros pueden desarrollar metástasis que disminuyen la esperanza de vida del paciente. De ahí la importancia de las medidas preventivas y las revisiones oftalmológicas», apunta Silvia Méndez Martínez, oftalmóloga en el Instituto Oftalmológico Quirónsalud Zaragoza.
Carcinoma basocelular
Los principales tumores que pueden aparecer en el ojo son el melanoma uveal en adultos, el retinoblastoma en niños de hasta dos años, y el carcinoma basocelular, que es el más frecuente pero el menos dañino. Se inicia como un pequeño nódulo o úlcera en los párpados. No duele pero va aumentando de tamaño. Normalmente no requiere tratamiento con quimioterapia pero sí cirugía (con conservación del globo ocular) en la mayoría de los casos.
Melanoma coroideo
El tumor de ojos más agresivo en adultos es el melanoma uveal, que puede ser de iris, de cuerpo ciliar o de coroides. Josep María Piulat, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), recomienda ir al médico cuando aparezcan distorsiones en el campo de visión o áreas de la misma que incluso desaparecen.
En general, aconseja mantener siempre un control oftalmológico «ya que hay otras enfermedades como el glaucoma o la degeneración macular que pueden llevar a ceguera. En la exploración de despistaje de estas patologías se puede hacer un fondo de ojo y descubrir el melanoma» señala.
Este tumor es más frecuente en personas con ascendencia nórdica y con ojos claros. Añade que «si un paciente tiene nevus (manchas negras) congénitas o que aparecen en el párpado, en la conjuntiva o en la esclera (parte blanca uveal) debe hacerse controles ya que estas personas sí tienen riesgo elevado de melanomas».
Braquiterapia
El tratamiento primero es el control local. Esto depende del tamaño de la lesión. Tumores pequeños se tratan con cirugía conservando el ojo o braquiterapia, que es una forma de radioterapia localizada. Consiste en la implantación localizada de unas pequeñas placas radiactivas que liberan la dosis requerida durante unos días. Se explanta de nuevo con otra cirugía técnica.
Conforme el tumor es de mayor tamaño y especialmente, si ya afecta la función ocular, se tiende más a hacer enucleación, que es la extracción del ojo completo. Se practica en el 20% de los casos. En la misma operación se implanta una prótesis de hidroxiapatita, que es un material biocompatible.
El portavoz de la SEOM revela que «acaba de salir un fármaco que solo puede aplicarse al 40% de la población, ya que se ha de hacer un test de compatibilidad que es positivo solo en este porcentaje de pacientes. Fuera de esta novedad hay tratamientos prometedores en ensayos clínicos».
Retinoblastoma en bebés
En pediatría el cáncer ocular que más se diagnostica es el retinoblastoma. Es un tumor genético, con el que se nace. Por eso, aunque se diagnostica en bebés menores de hasta años dos años, su frecuencia baja con la edad. Mónica Asencio, coordinadora Unidad de Tumores Uveales del Adulto en el Hospital La Paz, detalla que «al tratarse de una tumoración de color blanco nacarado, los pacientes pueden debutar con «leucocoria», que consiste en la presencia de un reflejo blanco en lugar de rojo cuando se ilumina la pupila o se realiza una foto del ojo con flash». Este síntoma también puede ser una catarata congénita o una malformación intraocular.
El tratamiento hasta hace poco era la braquiterapia y la quimioterapia, pero desde hace aproximadamente diez años se aborda con una técnica nueva que se denomina quimioterapia intraarterial. Para realizarla se canaliza primero una arteria de la ingle. Después, con ayuda de imágenes radiológicas, se introducen unos catéteres muy pequeños y se llevan hasta la arteria oftálmica. Allí se libera la quimioterapia, solo dentro del ojo. En el 15-20% de los casos requiere enucleación. Algunos tumores oculares, aunque son poco conocidos y no muy frecuentes, pueden resultar agresivos. Como no se sabe cómo prevenirlos, lo mejor para poder afrontarlos a tiempo es el diagnóstico precoz. Por eso, tener información sobre como se manifiestan y, en la medida de lo posible, reconocer sus síntomas, permite acudir cuanto antes a un especialista que pueda actuar rápido.
«Existen diferentes tumores que afectan al globo ocular, la órbita y anejos oculares. Muchos de ellos presentan un comportamiento benigno, pero otros pueden desarrollar metástasis que disminuyen la esperanza de vida del paciente. De ahí la importancia de las medidas preventivas y las revisiones oftalmológicas», apunta Silvia Méndez Martínez, oftalmóloga en el Instituto Oftalmológico Quirónsalud Zaragoza.
Carcinoma basocelular
Los principales tumores que pueden aparecer en el ojo son el melanoma uveal en adultos, el retinoblastoma en niños de hasta dos años, y el carcinoma basocelular, que es el más frecuente pero el menos dañino. Se inicia como un pequeño nódulo o úlcera en los párpados. No duele pero va aumentando de tamaño. Normalmente no requiere tratamiento con quimioterapia pero sí cirugía (con conservación del globo ocular) en la mayoría de los casos.
Melanoma coroideo
El tumor de ojos más agresivo en adultos es el melanoma uveal, que puede ser de iris, de cuerpo ciliar o de coroides. Josep María Piulat, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), recomienda ir al médico cuando aparezcan distorsiones en el campo de visión o áreas de la misma que incluso desaparecen.
En general, aconseja mantener siempre un control oftalmológico «ya que hay otras enfermedades como el glaucoma o la degeneración macular que pueden llevar a ceguera. En la exploración de despistaje de estas patologías se puede hacer un fondo de ojo y descubrir el melanoma» señala.
Este tumor es más frecuente en personas con ascendencia nórdica y con ojos claros. Añade que «si un paciente tiene nevus (manchas negras) congénitas o que aparecen en el párpado, en la conjuntiva o en la esclera (parte blanca uveal) debe hacerse controles ya que estas personas sí tienen riesgo elevado de melanomas».
Braquiterapia
El tratamiento primero es el control local. Esto depende del tamaño de la lesión. Tumores pequeños se tratan con cirugía conservando el ojo o braquiterapia, que es una forma de radioterapia localizada. Consiste en la implantación localizada de unas pequeñas placas radiactivas que liberan la dosis requerida durante unos días. Se explanta de nuevo con otra cirugía técnica.
Conforme el tumor es de mayor tamaño y especialmente, si ya afecta la función ocular, se tiende más a hacer enucleación, que es la extracción del ojo completo. Se practica en el 20% de los casos. En la misma operación se implanta una prótesis de hidroxiapatita, que es un material biocompatible.
El portavoz de la SEOM revela que «acaba de salir un fármaco que solo puede aplicarse al 40% de la población, ya que se ha de hacer un test de compatibilidad que es positivo solo en este porcentaje de pacientes. Fuera de esta novedad hay tratamientos prometedores en ensayos clínicos».
Retinoblastoma en bebés
En pediatría el cáncer ocular que más se diagnostica es el retinoblastoma. Es un tumor genético, con el que se nace. Por eso, aunque se diagnostica en bebés menores de hasta años dos años, su frecuencia baja con la edad. Mónica Asencio detalla que «al tratarse de una tumoración de color blanco nacarado, los pacientes pueden debutar con «leucocoria», que consiste en la presencia de un reflejo blanco en lugar de rojo cuando se ilumina la pupila o se realiza una foto del ojo con flash». Este síntoma también puede ser una catarata congénita o una malformación intraocular.
El tratamiento hasta hace poco era la braquiterapia y la quimioterapia, pero desde hace aproximadamente diez años se aborda con una técnica nueva que se denomina quimioterapia intraarterial. Para realizarla se canaliza primero una arteria de la ingle. Después, con ayuda de imágenes radiológicas, se introducen unos catéteres muy pequeños y se llevan hasta la arteria oftálmica. Allí se libera la quimioterapia, solo dentro del ojo. En el 15-20% de los casos requiere enucleación.
✕
Accede a tu cuenta para comentar