Prevención
El 87% de los pacientes de ictus no presentan las vacunas recomendadas
La gripal y la neumocócica están especialmente indicadas en personas
que presentan patología cardiovascular
Muchas son las razones por las que es recomendable vacunarse frente a la gripe, especialmente en personas con enfermedades crónicas o población de riesgo. Dentro de este epígrafe se engloban aquellas que han sufrido un problema cardiovascular, como puede ser un ictus. Sin embargo, un reciente trabajo llevado a cabo en el Hospital de Bellvitge, en Barcelona, acaba de poner de relieve que aún queda mucho por hacer en este sentido.
Y es que, según sus datos, el 87% de los pacientes que han sufrido uno no presentan las pautas de vacunación antigripal y neumocócica recomendadas después de la afección. Así lo advierten el Servicio de Medicina Preventiva de este centro hospitalario barcelonés y la atención primaria de la Gerencia Metropolitana Sur de la ciudad.
La cifra se ha extraído en el marco de un proyecto, pionero en Europa, centrado en la atención integral del paciente pluripatológico crónico superviviente de ictus denominado Strack. «Los episodios cardiovasculares, como el ictus, pueden desencadenarse por infecciones respiratorias como la gripe. De hecho, las personas no vacunadas tienen un 18% más de riesgo de sufrir un ictus que las sí vacunadas de la gripe», advierte Violeta Poltorak, especialista del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital de Bellvitge.
La identificación de esta problemática tiene una lectura positiva y es que, gracias a ella, se va potenciar una campaña masiva de contacto con los pacientes para su inmediata vacunación, centrada especialmente en los menores de 65 años con patologías cardiovasculares.
Sobre el proyecto Strack
El hallazgo ha sido posible gracias a la estrecha colaboración entre el Servicio de Medicina Preventiva y la atención primaria, enmarcada en el proyecto Stark, lo que permitirá una rápida actuación durante las próximas semanas. En él se realiza un seguimiento intensivo, por parte del Servicio de Neurología de dicho hospital y la atención primaria, de los distintos factores de riesgo vascular y su correlación después de recibir el alta.
El programa pone especial énfasis en el primer año después del ictus, momento crítico para la evolución del estado de salud en el futuro, mediante el seguimiento personalizado, la monitorización remota y el trabajo en red entre hospital y atención primaria.
Gracias al mejor control de los parámetros clínicos, analíticos y biométricos se reducen reingresos y visitas, aumenta la adherencia al tratamiento, así como mejora la rehabilitación física y cognitiva, facilitando la toma de decisiones y la coordinación entre dispositivos asistenciales.
«En el proyecto Strack el paciente es el centro del proceso asistencial del ictus y, más allá de los profesionales o el centro que le atienda, se apodera de su patología, mejorando la adherencia a los tratamientos y adoptando hábitos vitales más adecuados para su salud», subraya Pere Cardona, director de la Unidad de Ictus y del Programa Neurovascular del Hospital de Bellvitge.
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