Entrevista
Dr. Álvaro Fernández: «Tratamos con métodos poco invasivos enfermedades vasculares impensables hace años»
Entrevista al Dr. Álvaro Fernández Heredero, jefe de servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario La Paz, en Madrid
El Dr. Álvaro Fernández Heredero, jefe de servicio de Cirugía Vascular del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, es un referente en nuestro país dentro del ámbito de la cirugía vascular. Hablamos con él sobre la revolución de esta especialidad en los últimos años.
Echando la vista atrás, ¿cómo ha evolucionado la Angiología y Cirugía Vascular desde sus inicios?
Sin duda, la mayor evolución es la del avance de las técnicas y los dispositivos endovasculares, menos invasivas, que han ido ganando terreno a las cirugías abiertas clásicas; aunque sin desbancarlas. Ahora somos capaces de tratar con métodos poco invasivos patologías que difícilmente hubiéramos imaginado hace un par de décadas.
¿Y en cuanto al diagnóstico?
Cuando comencé mi formación ya se utilizaba el EcoDoppler para el diagnóstico vascular, pero seguían siendo necesarias las angiografías con contraste, una prueba cruenta. Hoy el EcoDoppler permite diagnosticar y planificar intervenciones, tanto arteriales como venosas. Y, si fuera necesario confirmar algún hallazgo o para la planificación quirúrgica, nos podemos apoyar en angiotomografías computarizadas o en angio resonancias magnéticas, pruebas que no son invasivas y con una gran resolución y capacidad diagnóstica, evitando realizar pruebas más agresivas.
¿Qué puede hacer ahora el cirujano vascular que hace unos años era inviable?
Hablando de enfermedades arteriales oclusivas, ahora somos capaces de llegar con dispositivos endovasculares a las arterias más pequeñas del pie y abrir caminos que lleven sangre con métodos poco invasivos, lo que nos permite tratar a pacientes con alto riesgo a los que de otra manera sólo podríamos ofrecerles la amputación. El otro gran avance se ha producido en el tratamiento de aneurismas de aorta. Hoy en día podemos fabricar prótesis a medida de cada paciente que permiten desde un acceso poco invasivo sellar grandes aneurismas respetando sus ramas para que sigan llevando sangre a las vísceras, al cerebro… Hace no muchos años esto sólo se podía hacer con grandes cirugías abiertas con una mortalidad y secuelas mayores.
También son claves en equipos multidisciplinares, ¿es así?
Habitualmente colaboramos en la resección de tumores en los que se afectan o podrían lesionarse grandes vasos a nivel abdominal, del cuello o de las extremidades. Los avances continuos en los tratamientos no invasivos de Cardiología sólo pueden realizarse de forma segura en un hospital que cuente con un equipo de Cirugía Vascular que atienda las complicaciones asociadas a la manipulación de los vasos, ya que suponen una emergencia vital. Colaboramos en los trasplantes renales complicados y con especialidades médicas como neurología, nefrología, medicina interna…, en el manejo de la patología vascular en estos pacientes. Tenemos una enorme vocación multidisciplinar y creo que ese espíritu es bueno para los pacientes.
¿Qué hitos técnicos les han permitido estos avances?
Por un lado, los avances en las técnicas de imagen de diagnóstico y en el software para tratarlas. Con las imágenes de los TC, que ya tienen una altísima resolución, y programas específicos, podemos reconstruir la anatomía interna del paciente y planificar un procedimiento y un dispositivo que se adapte. Y el desarrollo de las técnicas de imagen dentro de quirófano que nos permiten realizar las cirugías poco invasivas guiados por radioscopia. Por otro lado, el desarrollo por parte de la industria de dispositivos endovasculares cada vez más avanzados, capaces de llegar a sitios más lejanos y con mejor resultado a largo plazo. Y, por supuesto, la posibilidad de fabricarlos a medida del paciente en el caso de los dispositivos para tratamiento endovascular de aneurismas de aorta que afectan a las arterias viscerales o a la salida de las arterias hacia el cerebro.
¿Las técnicas no invasivas ya se imponiendo en el día a día?
Sí, pero sin dejar de realizarse cirugías abiertas en muchos casos. Esa es una gran ventaja para los pacientes vasculares en España; el hecho de ser el mismo especialista el que realiza el tratamiento médico, las cirugías abiertas y los procedimientos endovasculares, hace que seamos capaces de elegir siempre la mejor opción, incluso procedimientos híbridos. Sin embargo, los profesionales acabaremos frustrados sin el apoyo de la administración para este cambio que es necesario e imparable. Los dispositivos endovasculares son caros y la lucha diaria para que se tengan en cuenta en los presupuestos es agotadora. Además, en los hospitales de Madrid hay una carencia evidente de quirófanos híbridos si nos comparamos con el resto de España donde esta tecnología está ya estandarizada. Un gran hospital como el nuestro, pionero en España en la realización de tratamiento endovascular de los aneurismas de aorta, no cuenta con quirófano híbrido a pesar de llevar más de 10 años argumentando su necesidad.
¿Qué habría que cambiar?
La sensación es que somos unos grandes desconocidos para la administración. La relevancia de esta especialidad a nivel asistencial ya es muy grande, pero falta que se vea más apoyada por las Consejerías de Sanidad y por la sociedad.
¿Hacia dónde va el futuro de la Cirugía Vascular?
Seguramente los dispositivos endovasculares seguirán mejorando en el futuro y cada vez llegaremos más lejos y con menos riesgo. En el manejo de los factores de riesgo cardiovascular, cada vez dispondremos de más y mejores fármacos que nos ayudarán a controlarlos de manera más efectiva.
¿Qué es lo que está por llegar?
La inteligencia artificial formará parte de nuestro proceso diagnóstico en un futuro no muy lejano. La posibilidad de predecir la evolución de una arteria enferma o de un tratamiento realizado con el análisis de los datos permitirá seleccionar a los pacientes candidatos a cada tratamiento. Las herramientas informáticas que simulen de forma real el comportamiento de la sangre dentro de las arterias nos ayudarán a elegir los mejores tratamientos de forma individualizada. Y en riesgo cardiovascular es seguro que el futuro nos traerá herramientas para reducir los riesgos antes de que se produzca la enfermedad. También es esperable que pronto la simulación y los escenarios de realidad virtual nos ayuden a planificar de forma previa las cirugías y en la formación de nuevos especialistas. Incluso la realidad aumentada ayudará en tiempo real a mejorar los resultados de la cirugía.
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