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Así afectan los incendios forestales a tu salud: los síntomas tardan en aparecer

En algunos puntos de la península ibérica, la calidad del aire ha llegado a situarse entre las peores del planeta

El fuego del incendio avanza por la montaña en la localidad de Villarubín, a 19 de agosto de 2025, en Villarrubín, León, Castilla y León (España). El ayuntamiento de Oencia ha hecho un llamamiento por redes sociales para que los vecinos de Oencia y Villarrubín que puedan ayuden en las labores contra el incendio con maquinaria, con bombas o con lo que puedan para evitar que se quemen los pueblos de la zona. El fuego llegó al municipio el pasado sábado, 16 de agosto, por la localidad de Gestoso...
El Ayuntamiento de Oencia pide a los vecinos que ayuden como puedan contra el incendio forestalLorena SopênaEuropa Press

Son varios los incendios que están arrasando las montañas de Galicia, Extremadura, Castilla y León o Asturias, pero sus efectos no se limitan a las zonas devastadas por el fuego. El humo que generan los incendios forestales puede desplazarse a cientos de kilómetros, extendiendo una nube invisible de contaminación que pone en riesgo la salud incluso de quienes no ven ni huelen las llamas desde su hogar.

En los últimos días, diferentes estaciones de control atmosférico han registrado niveles de contaminación que superan hasta 40 veces los valores de referencia recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En algunos puntos de la península, la calidad del aire ha llegado a situarse entre las peores del planeta, equiparando una jornada normal en la calle con inhalar el humo de varios cigarrillos.

Las partículas finas PM2,5

Lo que convierte al humo de los incendios en un problema sanitario grave no es solo el olor característico a quemado, sino las partículas minúsculas que arrastra: las llamadas PM2,5, con un diámetro inferior a 2,5 micras. Estas son invisibles al ojo humano, pero penetran profundamente en los pulmones, alcanzando incluso el torrente sanguíneo. Está demostrado que la exposición a concentraciones elevadas aumenta la probabilidad de sufrir infartos, accidentes cerebrovasculares o neumonías en la semana posterior al contacto.

Las investigaciones del Instituto de Salud Global de Barcelona constatan que estas emisiones asociadas a incendios forestales resultan aún más dañinas que otros tipos de contaminación urbana habitualmente ligados al tráfico o la industria.

Riesgos para embarazadas y pacientes crónicos

Los efectos no son homogéneos para toda la población. Las mujeres embarazadas constituyen un grupo especialmente vulnerable: ciertas partículas tóxicas que se inhalan pueden llegar a la placenta, incrementando la probabilidad de parto prematuro, bajo peso al nacer o complicaciones en el desarrollo fetal.

Tampoco están a salvo quienes padecen enfermedades respiratorias previas, como asma o EPOC. En ellos, una simple exposición puede provocar crisis severas que obliguen a reingresos hospitalarios.

Cuándo acudir a urgencias

La exposición al humo no siempre genera síntomas inmediatos, lo que puede llevar a una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, la aparición de signos como tos persistente, sensación de falta de aire, dolor torácico, mareos, fiebre o, en el caso de embarazadas, disminución de los movimientos fetales, deben motivar una consulta urgente con los servicios sanitarios.