Psicología

Atento a estas 8 señales de que podrías ser un comprador compulsivo

La presión constante por tener y mostrar, combinada con trastornos de ansiedad, pueden derivar en una relación viciada con las compras

Las tarjetas de crédito en circulación han crecido, según el Banco de España
Las tarjetas de crédito en circulación han crecido, según el Banco de EspañaLa Razón

La oniomanía, también conocida como Síndrome de Compras Compulsivas, es un trastorno de control de impulsos que se caracteriza por una obsesión intensa y persistente con las compras y el gasto. Esta obsesión puede llevar a una persona a comprar de manera excesiva y recurrente, incluso cuando los productos adquiridos no son necesarios para su vida cotidiana o cuando su situación económica no permite hacer esas compras.

Vivimos en una sociedad consumista donde se valora a las personas por lo que poseen en términos materiales en lugar de apreciar sus cualidades personales y humanas. Esta presión constante por tener y mostrar lo último en moda, tecnología, entre otros, puede empujar a algunos individuos hacia comportamientos de compra compulsiva, lo que puede desembocar en serios problemas tanto a nivel personal como financiero. Estas pueden incluir sentimientos de culpa después de realizar las compras, cambios de humor e irritabilidad, problemas de sueño, trastornos mentales acompañantes como la depresión y la ansiedad, insatisfacción a pesar de las compras frecuentes, y problemas económicos significativos.

Las compras compulsivas pueden ser nuestra peor pesadilla
Las compras compulsivas pueden ser nuestra peor pesadillapexels

8 señales de que podrías ser un comprador compulsivo

El comportamiento de un comprador compulsivo puede ser similar a las adicciones conductuales y a menudo coexiste con otros trastornos mentales. Aquí presentamos ocho señales clave que podrían indicar que eres un comprador compulsivo:

  • Urgencia intensa de comprar sin necesidad específica: Si sientes un impulso incontrolable de comprar, aunque no necesites nada en particular, puede ser una señal de compra compulsiva. Esta urgencia puede ser tan fuerte que es difícil de resistir, incluso cuando reconoces que no necesitas lo que estás comprando.
  • Comprar cosas que no necesitas y que a veces no utilizas: Si compras artículos que no necesitas realmente, a menudo acumulando objetos sin usar, puede ser una señal de compra compulsiva. Esto puede incluir ropa con etiquetas intactas, dispositivos electrónicos sin abrir, o cualquier otro artículo que compres pero nunca uses.
  • Esconder tus hábitos de compra por miedo a la desaprobación: Si te sientes avergonzado de tus hábitos de compra y los escondes de amigos y familiares, podría ser un indicador de compra compulsiva. Podrías mentir sobre cuánto gastas o esconder tus compras para evitar el juicio de los demás.
  • Problemas financieros a causa de tus hábitos de compra: Si tus hábitos de compra te han llevado a problemas financieros, como deudas o incapacidad para pagar tus facturas, es una señal de alerta. A pesar de estos problemas, si sigues gastando, podría ser un signo de compra compulsiva.
  • Euforia o alivio emocional al comprar: Si sientes un subidón de euforia o alivio cuando compras, puede ser un indicativo de oniomanía. Este sentimiento puede ser temporal, pero puede ser tan intenso que busques repetirlo a través de más compras.
  • Sentimientos de remordimiento o culpa después de comprar: Después de la euforia inicial de hacer una compra, si a menudo te sientes culpable o arrepentido, es una señal de que podrías ser un comprador compulsivo. A pesar de estos sentimientos negativos, si sigues comprando, debes prestar atención a este comportamiento.
  • A pesar de intentar controlar tus hábitos, sigues comprando de manera compulsiva: Si has intentado reducir o controlar tus hábitos de compra, pero no has tenido éxito, podría ser un signo de compra compulsiva. A pesar de tus mejores esfuerzos, si te encuentras incapaz de resistir el impulso de comprar, podría ser un indicativo de oniomanía.
  • Tus hábitos de compra interfieren con tus responsabilidades diarias o causan estrés en tus relaciones: Si tus hábitos de compra han comenzado a interferir con tu vida diaria, ya sea por el tiempo que gastas comprando o por el estrés financiero que causan, es una señal de alerta. También si están causando problemas en tus relaciones personales, debes prestar atención a este comportamiento.

Si te identificas con varias de estas señales, podrías tener un problema de compras compulsivas. Es importante buscar ayuda profesional si consideras que tienes este problema. Un terapeuta o un grupo de apoyo pueden proporcionarte las herramientas necesarias para manejar tus hábitos de compra y desarrollar una relación más saludable con el dinero.

Las compras compulsivas pueden ser nuestra peor pesadilla
Las compras compulsivas pueden ser nuestra peor pesadillapexels

Cómo solucionar el problema

Las compras compulsivas son un comportamiento que, aunque arraigado, puede ser modificado. Este proceso puede requerir tiempo, esfuerzo y compromiso, pero con la ayuda adecuada puedes aprender a controlar. El tratamiento terapéutico tiene como meta primordial ayudar al individuo a ganar control sobre el impulso compulsivo de comprar, así como prevenir eventuales recaídas. A lo largo de este proceso de tratamiento psicológico, el paciente va adquiriendo gradualmente las habilidades y herramientas necesarias para manejar y controlar su impulso a comprar de manera efectiva.

En este enfoque terapéutico, se emplean diversas técnicas especializadas. Por ejemplo, se utiliza la desensibilización sistemática y la relajación, ambos métodos orientados a mitigar la ansiedad producida por la abstinencia de comprar. También se recurre a técnicas de la terapia cognitiva, como el registro de pensamientos automáticos repetitivos o distorsionados. Este tipo de técnicas facilitan la toma de conciencia del problema por parte del individuo y contribuyen a la resolución de problemas.

Se considera especialmente beneficioso el uso de la terapia grupal en estos casos. En este entorno, los pacientes pueden compartir sus dificultades, fomentar la comunicación y encontrar estrategias de resolución de problemas en compañía de personas que enfrentan desafíos similares. Este intercambio de experiencias y estrategias puede ser de gran ayuda para quienes luchan contra la compulsión de comprar, proporcionando un espacio seguro y comprensivo en el que pueden aprender de los demás y sentirse comprendidos.