Opinión

Ayuda humanitaria y acción política para detener el horror

La pérdida de vidas humanas en Gaza no solo es por las bombas, sino que el hambre y la desnutrición también están matando diariamente

Lanzamiento de la ayuda sobre la Franja de Gaza
Lanzamiento de la ayuda sobre la Franja de GazaMDEMDE

El personal humanitario nunca es un objetivo de guerra, como no lo es la población civil. En la Guerra que está azotando a Gaza no es así, a pesar de la obligación de Israel de respetar el derecho internacional humanitario. A la tragedia humanitaria que estamos viendo se suman las muertes de cooperantes. Más de 30.000 palestinos, entre ellos 13.000 niños y niñas han muerto ya, con señalamientos de genocidio, por parte de la relatora especial para el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, sobre la situación de los derechos humanos en los Territorios Palestinos Ocupados. Y más de 200 cooperantes muertos en los últimos seis meses; entre los que hace unos días, tras un ataque israelí, se cuentan siete voluntarios de la ONG World Central Kitchen, que junto con la ONG Open Arms habían establecido un corredor humanitario marítimo entre Chipre y la Franja de Gaza. Un ataque que merece la mayor condena y necesita una aclaración solvente.

Estas ONGs lideradas por dos españoles habían traído 400 toneladas de alimentos para una población totalmente famélica, porque la pérdida de vidas humanas, muchos niños y niñas, no solo es por las bombas, sino que el hambre y la desnutrición también están matando diariamente.

No es posible la equidistancia. España, como también lo han hecho otros pocos países, recientemente ha desplegado ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, con un cargamento aéreo de 26 toneladas. Y, en uno de los momentos más complicados para la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos, UNRWA, ha comprometido una donación extraordinaria de 20 millones de euros más para garantizar la alimentación, educación y sanidad de miles de familias palestinas, que se suman a los 3,5 millones que ya fueron aprobados.

Pero no solo se necesita solidaridad y ayuda humanitaria. Es necesaria la acción política.

España está reclamando con firmeza un alto el fuego permanente y la celebración de una conferencia de paz; al tiempo que aboga por el reconocimiento de los dos estados -el palestino y el israelí- como solución al conflicto. el Gobierno de España se ha comprometido a reconocer a Palestina como Estado, y apoyará el ingreso del Estado palestino como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas. Hay que detener el horror.

Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la OEA y la OPS. Exministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.