Alimentación
Confirman cuánta sandía hay que comer al día para mejorar la salud del corazón
Hasta ahora los científicos no habían podido determinar cuánta de esta fruta refrescante y veraniega debemos consumir diariamente
Con los estudios científicos que investigan los beneficios de la sandía para la salud del organismo encontramos varios problemas. El primero es que, aunque ya se ha demostrado que el extracto de sandía reduce la presión arterial y los niveles de colesterol si lo tomamos en forma de suplementos, pero hay muy pocas investigaciones que analicen el consumo de sandía cruda. Además, las que lo hacen tienden a implicar grandes cantidades, por lo general, de 1 kilogramo diario.
Se ha señalado que el consumo de esta fruta cruda está relacionado con una reducción del peso corporal, del colesterol malo, así como con un menor riesgo de padecer cáncer de próstata, pulmón y mama. Aun así, se necesitaba un estudio más profundo de los efectos saludables de una ración más realista de sandía cruda. Y recientemente, se han publicado dos investigaciones centradas precisamente en esta línea.
El primer estudio, publicado en Nutrients, descubrió que los niños y adultos que consumían sandía tenían una mayor ingesta de varios nutrientes que los que no la consumían, como fibra dietética, magnesio y potasio. También consumían menos azúcares añadidos y ácidos grasos saturados. El segundo estudio, también publicado en Nutrients, descubrió que beber zumo de sandía protege la función vascular. ¿Pero en qué cantidades de sandía diaria se percibieron estas ventajas?
¿Cuánta sandía debemos consumir para notar sus beneficios?
Para el primer estudio, los investigadores analizaron los datos de 56.133 individuos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de los Estados Unidos. Cotejaron los datos entre 2003 y 2018, e incluyeron muestras de individuos de 2 a 18 años, así como de personas adultas.
El consumo medio de sandía entre adultos y niños fue de 125 y 162 gramos al día. Alrededor del 98% de los participantes consumieron sandía cruda, mientras que el 2% consumió zumo de sandía. Mediante el análisis de la información dietética, los investigadores pudieron estimar la ingesta total de nutrientes entre los consumidores y no consumidores de sandía.
Para garantizar la exactitud de sus resultados, controlaron factores como la actividad física, el índice de renta de pobreza (IPR), el hábito de fumar y el consumo de alcohol. También controlaron el consumo de otros alimentos, como el total de verduras, las frutas distintas de la sandía y la ingesta de lácteos.
Al final, descubrieron que los niños y los adultos consumidores de sandía tenían una ingesta un 5% superior de:
- Fibra alimentaria
- Magnesio
- Potasio
- Vitamina A
También tenían una ingesta un 5% menor de azúcares añadidos y ácidos grasos saturados totales, y una mayor ingesta de licopeno y otros carotenoides. Además, los investigadores señalaron que sus hallazgos muestran que el consumo de sandía también puede estar relacionado con el cumplimiento de las recomendaciones dietéticas generales.
Cómo influye la sandía en la salud cardiometabólica
En el segundo estudio, los investigadores trataron de comprender mejor los mecanismos biológicos subyacentes a los beneficios de la sandía para la salud cardiometabólica. Es decir, la salud del corazón y frente a enfermedades del metabolismo.
Los científicos partieron de la base de que la disfunción autonómica, que se produce cuando se dañan los nervios del sistema nervioso autónomo, está relacionada con el desarrollo de enfermedades cardiometabólicas. La variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC), la variación de dos latidos consecutivos, es un método sencillo y fiable para evaluar la disfunción autonómica.
Anterior a esta nueva investigación, los estudios había descubierto que los nitratos y el zumo de remolacha, pueden mejorar la VFC. Dado que las sandías son ricas en L-citrulina y L-arginina, los investigadores estudiaron cómo afecta el consumo de zumo de sandía a la VFC tras un consumo elevado de glucosa.
Para ello, reclutaron a 18 hombres y mujeres sanos que tenían una edad media de 23 años y un peso medio de 147 libras. Los participantes fueron asignados aleatoriamente a beber 500 mililitros de zumo de sandía o un placebo todos los días durante dos semanas. Al final, los investigadores descubrieron que beber zumo de sandía protege contra el deterioro de la VFC tras un consumo elevado de azúcar.
"Aunque se sabe que el zumo de sandía contiene grandes cantidades de precursores del ácido nítrico, también contiene antioxidantes (como la vitamina C) que también pueden afectar al óxido nítrico.", explica la Dra. Kelly Johnson-Arbor, toxicóloga médica, codirectora médica de la Unidad de Control de la Variabilidad de la Frecuencia Cardíaca.
"Aunque este estudio no demostró de forma concluyente una asociación entre el consumo de zumo de sandía y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, los resultados sugieren que deberían realizarse más investigaciones para evaluar más exhaustivamente esta posible conexión", explica al medio especializado MedicalNewsToday. Así, añadió que es necesario seguir investigando para ver si los resultados se aplican a otros grupos de edad o a personas con otras afecciones, como obesidad o cardiopatías subyacentes.
Efectos del consumo de sandía sobre la salud
Hay quienes no consideran la sandía como parte de una dieta saludable para el corazón debido a su alto contenido de azúcar. Sin embargo, los azúcares de la fruta tienen un índice glucémico bajo, lo que significa que afectan menos a la glucemia que los azúcares de otras fuentes. Además, el alto contenido de fibra y agua de la fruta también puede mitigar los efectos sobre el azúcar en la sangre cuando se consume moderadamente.
La sandía contiene diversos compuestos bioactivos beneficiosos para el corazón. El licopeno, por ejemplo, tiene propiedades antioxidantes y se ha asociado a un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la enfermedad coronaria y el ictus.
Por otro lado, el alto contenido en potasio de la sandía puede ayudar a regular la tensión arterial. Su alto contenido en agua garantiza una hidratación adecuada, clave para mantener indirectamente la viscosidad de la sangre y reducir la trombosis.
Por último, la vitamina C presente en la sandía favorece la salud endotelial, manteniendo la integridad de los vasos sanguíneos. Hay muchas otras vitaminas y minerales en la sandía que pueden aportar beneficios cardiovasculares, como el betacaroteno, la vitamina B6, el magnesio y el folato.
En cualquier caso, si pretende introducir la sandía o cualquier alimento con fines dietéticos o saludables, siempre es recomendable acudir a un especialista médico antes de realizar cambios significativos en su régimen.
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