
Frutas en verano
Dónde y cómo debes guardar las cerezas para que se conserven en verano
Frágiles, jugosas y de temporada: las cerezas necesitan cuidados específicos para mantenerse frescas durante más días en casa

Con la llegada del calor y las altas temperaturas, en busca de algo con lo que refrescarse, la fruta pasa a tener un papel protagonista para la gente y más aún aquellas que maduran en esta temporada estival. A pesar de que la sandía y melón suele acaparar los postres durante el verano, muchos prefieren optar por las cerezas. Este fruto de temporada, tan sabroso como delicado, apenas dura unos días en perfectas condiciones si no se conserva de forma adecuada. Y, dada su corta campaña y su precio creciente, tirarlas a la basura por mal estado no es una opción. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de guardarlas?
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), junto con expertos en nutrición y conservación alimentaria, coinciden en que el secreto para mantener las cerezas frescas pasa por saber dónde, cómo y cuándo refrigerarlas, además de evitar errores comunes como lavarlas al llegar a casa o dejarlas expuestas al sol.
La manera en la que debes guardar las cervezas en verano para que se conserven
Las cerezas son unas frutas particularmente sensibles al calor. Aunque puedan parecer resistentes, una temperatura elevada acelera su maduración y deterioro. Por eso, salvo que se vayan a consumir en el mismo día, lo recomendable es guardarlas en la nevera lo antes posible.
Eso sí, hay matices importantes: nunca hay que refrigerarlas recién lavadas, ya que la humedad acelera la aparición de moho y ablanda la piel. Lo ideal es guardarlas tal cual, sin lavar, y hacerlo en un recipiente amplio, preferiblemente forrado con papel de cocina para absorber la humedad que puedan soltar.
También es preferible colocarlas en el cajón de las verduras o en la parte trasera del frigorífico, que suele ser la más fría. Y si es posible, en un recipiente abierto o en una bolsa sin cerrar, para que el aire circule.
El truco del vinagre: limpieza y conservación
Una alternativa eficaz, sobre todo si quieres extender su vida útil unos días más, es hacer un lavado rápido con vinagre antes de guardarlas. Este método, muy popular en portales como MasterClass o Allrecipes, consiste en mezclar una parte de vinagre blanco con tres partes de agua, sumergir las cerezas durante un minuto, enjuagarlas y secarlas cuidadosamente.
Este baño ácido actúa como desinfectante natural, eliminando esporas y bacterias que podrían hacer que la fruta se eche a perder antes de tiempo. Eso sí, es fundamental secarlas muy bien con papel absorbente antes de refrigerarlas. La humedad es el enemigo número uno de las cerezas.
¿Cuánto aguantan bien conservadas?
Si se siguen bien estos pasos, las cerezas pueden mantenerse en buen estado entre cinco y siete días en el frigorífico. Eso sí, es importante revisarlas de vez en cuando y desechar aquellas que estén dañadas o blandas, ya que una sola cereza en mal estado puede arruinar al resto.
Otra opción, si has comprado una gran cantidad y no vas a consumirlas a tiempo, es congelarlas. Para ello, quita el hueso, colócalas en una bandeja sin que se toquen y mételas al congelador. Una vez estén duras, se pueden pasar a una bolsa hermética. Así conservarán su sabor y textura para usarlas en batidos, compotas o repostería.
Más allá del sabor y la textura, las cerezas son un alimento rico en beneficios nutricionales. Contienen antocianinas y polifenoles con propiedades antioxidantes, además de vitamina C, melatonina natural y fibra. Son buenas para el corazón, el sueño y el sistema inmunológico. Eso sí, desgraciadamente también son un producto que cada año cuesta más en el mercado.
Conservarlas bien es una forma de no malgastar dinero ni desperdiciar comida. Son una joya del verano, pero como tal, requieren atención. Con estos sencillos gestos, podrás alargar su vida útil y seguir disfrutándolas frescas y sabrosas más allá del primer día de compra.
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