Bienestar

Esta es la verdadera causa de la obesidad: la sustancia en tu dieta que decide tu peso

Algunos nutricionistas recomiendan reducir el consumo de azúcar, otros el de carbohidratos y otros creen que la clave está en mermar los alimentos ricos en grasas. Ahora, un estudio identifica un criterio común

Algunos estudios indican que más del 50% de la población adulta tiene sobrepeso, pero detrás de las cifras de "kilos" se deben analizar otros parámetros de salud como es estado de la microbiota intestinal, la masa muscular o el porcentaje de grasa.
Un estudio unifica las teorías sobre las sustancias en la dieta que provocan aumento de pesoPIXABAY

Los expertos en nutrición llevan muchos años reconociendo que las dietas occidentales ricas en grasas y azúcar pueden estar detrás de la causa de la obesidad, pero ha reinado el debate sobre cuál de todas las sustancias es la que provoca realmente un aumento de peso. ¿Será la ingesta de demasiadas calorías? ¿O son las dietas ricas en hidratos de carbono? ¿No hay que mirar las grasas?

Algunos nutricionistas recomiendan reducir el consumo de azúcar, otros el de carbohidratos y otros creen que la clave está en reducir los alimentos ricos en grasas. Pero un artículo publicado hoy en la revista de investigación Obesity unifica esta serie de hipótesis sobre la causa dietética de la obesidad, teorías que antes parecían incompatibles entre sí.

El nuevo estudio, dirigido por el doctor Richard Johnson, investigador del Campus Médico 'Anschutz' de la Universidad de Colorado (Estados Unidos), sugiere que todas estas hipótesis pueden "reunirse" en una vía común que gira en torno al verdadero culpable del sobrepeso o la obesidad: la fructosa.

Según Johnson y sus colegas, la principal causa de la obesidad es la fructosa, presente por ejemplo en el azúcar de mesa.

La fructosa también puede producirse en el organismo a partir de los hidratos de carbono (sobre todo, la glucosa). Cuando se metaboliza la fructosa, disminuye la energía activa del organismo (conocida como ATP o trifosfato de adenosina), lo que provoca hambre e ingesta de alimentos.

Esto es lo que Johnson denomina "hipótesis de supervivencia de la fructosa", que reuniría la mayoría de las hipótesis dietéticas de la obesidad, incluidas las dos que han sido más incompatibles entre sí: la teoría del equilibrio energético, que propone que demasiada comida (y principalmente grasa) impulsa la obesidad, y el modelo carbohidrato-insulina, que sitúa a los carbohidratos en el centro del aumento de peso.

"En esencia, estas teorías, que sitúan una letanía de factores metabólicos y dietéticos en el centro de la epidemia de obesidad, son todas piezas de un rompecabezas unificado por una última pieza: la fructosa", dice Johnson. "La fructosa es lo que desencadena que nuestro metabolismo entre en modo de bajo consumo y perdamos el control del apetito, pero los alimentos grasos se convierten en la principal fuente de calorías que impulsan el aumento de peso".

Para unificar estas teorías en concreto, Johnson dice que podemos fijarnos en los animales que hibernan. Cuando tenemos hambre y poca energía activa, entramos en modo supervivencia. Los animales saben que deben buscar comida cuando los niveles de energía empiezan a bajar; por eso los osos comen fruta para prepararse para el invierno.

Los alimentos que contienen fructosa, carbohidratos y grasas

Las frutas son alimentos ricos en fructosa, y la fructosa reduce considerablemente la energía activa. La grasa actúa como energía almacenada, pero comer alimentos ricos en fructosa bloquea la reposición de energía activa a partir del almacenamiento de grasa. Esto mantiene la energía activa baja, como un oso que se prepara para una larga siesta invernal.

"Esta teoría considera la obesidad como un estado de baja energía", dice Johnson. "Identificar la fructosa como el conducto que redirige la reposición de energía activa al almacenamiento de grasa demuestra que la fructosa es lo que impulsa el desequilibrio energético, lo que une las teorías".

Algunos de los alimentos que tienen una mayor presencia de fructosa son las mermeladas, la jalea real, la miel, el chocolate, el dulce de membrillo, los refrescos azucarados y el alcohol. Por su parte, identificamos alimentos con más carbohidratos como el arroz y la pasta blancos, la harina blanca, el azúcar refinado, los productos de pastelería y bollería industrial (de nuevo la mermelada), las patatas fritas, el alcohol y los refrescos. En cuanto a la grasa, algunos alimentos destacables son los aceites vegetales, las salsas o la mantequilla.

Aunque se necesita más trabajo para validar plenamente esta hipótesis unificadora, se trata de un primer paso esperanzador en la identificación potencial de prevenciones más específicas para la obesidad y la gestión de los desequilibrios metabólicos relacionados. Te puede interesar: Los expertos revelan 6 razones por las que no pierdes peso por mucho que lo intentes