Bienestar

El hallazgo sobre el consumo de alcohol, café y sueño que sorprende a los científicos

El primer estudio conocido sobre los efectos combinados de ambas bebidas sobre la calidad del sueño nocturno en el mundo real arroja un resultado inesperado

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Los operadores financieros que consumen regularmente alcohol y cafeína informan de resultados inesperadosFreepik

En España se bebe mucho café y mucha cerveza, lo cual tiene implicaciones para la salud general de la población. Por lo general, pensamos que una taza de café calentito nos puede "despertar" y espabilarnos un poco. Por contra, la bebida de cebada se asocia con la somnolencia y las ganas de dormir. En cualquier caso, parece que ambas afectan negativamente a la calidad del sueño. Pero, ¿es eso del todo cierto para todo el mundo?

Esa es la pregunta que se planteó un equipo de investigadores del Centro para el Estudio de la Salud y las Conductas de Riesgo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y del Centro para la Ciencia del Sueño Humano de la Universidad de California en Berkeley.

La hipótesis inicial era que el consumo combinado de café y cerveza, las dos drogas psicoactivas más populares del mundo degradaría la calidad y la duración del sueño. Esta teoría se basaba en décadas de estudio del alcohol y la cafeína de forma independiente. Pero una pequeña cohorte de operadores financieros o 'financial traders' que consumen regularmente alcohol y cafeína informó de resultados inesperados.

"En comparación con las noches en las que podían tomar una u otra, pensábamos que íbamos a ver una disminución adicional de la calidad subjetiva del sueño o de la duración del sueño", explica Frank Song, investigador y doctorando de cuarto año en psicología clínica en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la UW. Pero ocurrió "lo contrario de lo que esperábamos y la combinación de ambas sustancias acabó teniendo un efecto de compensación del impacto negativo de cada uno sobre la calidad o la cantidad del sueño. Y esto nos intrigó mucho".

Song decidió centrarse en los operadores financieros por la "necesidad de gran atención y velocidad cognitiva de su profesión y la conocida regularidad en el consumo de cafeína y alcohol" para mitigar el estrés del trabajo. El propio Song fue analista de inversiones y trabajó estrechamente con operadores financieros antes de dedicarse a sus estudios de doctorado en psicología clínica.

El estudio se centró en un grupo de 17 personas que registró su consumo diario de bebidas y sus observaciones sobre la calidad y cantidad de sueño. Las dos primeras hipótesis que pusieron a prueba (el funcionamiento independiente de la cafeína y el alcohol) arrojaron resultados poco sorprendentes. De media, la cafeína redujo la cantidad de sueño en 10 minutos por cada taza consumida el día anterior. Del mismo modo, los que habían bebido alcohol el día anterior registraron un descenso medio del 4% en la calidad subjetiva del sueño por copa. Song considera que ambos efectos son significativos.

Los 'traders' decían que dormían bien a pesar del círculo de cafeína y alcohol

El grupo de investigación esperaba que esos efectos negativos se mantuvieran cuando ambas bebidas se combinaban en un patrón de consumo diurno de cafeína y nocturno de alcohol. Al principio, no obtuvieron los resultados que esperaban. Los individuos decían que dormían perfectamente.

Al cabo de un tiempo, los científicos hallaron una explicación plausible a este fenómeno. "A pesar de que la cafeína provoca una reducción objetiva de la cantidad de sueño, los individuos no perciben una reducción de la calidad del sueño", afirma Song. Te puede interesar: Las 9 cosas que le ocurren al cerebro si tomamos café todos los días

Sucedió que los verdaderos efectos interactivos del alcohol y la cafeína se pusieron de manifiesto a lo largo de las seis semanas que duró el estudio micro-longitudinal. Song dijo que algunos participantes incluso mostraron signos de automedicación cíclica, utilizando los efectos de una droga para superar el consumo de la otra.

"Creo que en la mente de mucha gente está la idea de que la cafeína es suficiente para quitarse la resaca", añade. "Pero finalmente probamos que, si bien puede haber un mayor estado de alerta a corto plazo, crea una percepción errónea del estado de sueño que contribuye al uso continuado a pesar de los efectos negativos sobre el sueño".

"Con el tiempo, [consumir café por la mañana y alcohol por la noche] se convierte en un ciclo de automedicación, como algunos lo llaman, en el mundo real, en el que la gente duerme mal como resultado de la supresión del sueño REM inducida por el alcohol", explica Song.

"Y tratarán de mitigarlo consumiendo cafeína durante el día. Lo que descubrimos es que, el consumo combinado genera un desajuste en la percepción que puede contribuir al consumo continuado de alcohol y cafeína a pesar de los efectos negativos sobre el sueño. Eso puede conducir a una interacción deletérea y, en última instancia, acaba siendo un ciclo negativo para su sueño".

La investigación aparece en la revista PLOS ONE. Además de los hallazgos manifestados, los investigadores descubrieron que el 90% de los adultos toma al menos una bebida con cafeína a la semana, mientras que el 74% de las personas mayores de 15 años toma regularmente una bebida con alcohol.