Salud mental

Mario Alonso Puig, médico: "No es el error en sí lo que determina nuestro destino, sino la interpretación que le damos"

El experto se basa en las palabras de William James para analizar la importancia de la percepción que depositamos en cada uno de los actos que hacemos en el día a día

Mario Alonso Puig, médico, sobre cómo tener una vida en paz: "Cuando lo practicamos empiezan a ocurrir cosas sorprendentes"
Mario Alonso Puig, médico: "No es el error en sí lo que determina nuestro destino, sino la interpretación que le damos"La Razón

En un contexto social cada vez más marcado por la inmediatez y la sobreexposición emocional, aprender a encajar los golpes de la vida se ha convertido en una herramienta fundamental para la salud mental. Las decepciones, los fracasos o las pérdidas forman parte inherente de la experiencia humana, y sin embargo, no siempre se les otorga el tratamiento emocional adecuado. En lugar de procesarlos con realismo, muchas personas tienden a sobrepensar cada detalle, a revivir mentalmente una y otra vez el episodio, y a instalarse en una posición de mártir que refuerza el dolor en lugar de aliviarlo. Este exceso de análisis alimenta una narrativa interna derrotista que impide avanzar y distorsiona la dimensión real del problema.

Superar ese bucle mental requiere una revisión profunda de cómo interpretamos los errores. Lejos de ser un síntoma de ineptitud, equivocarse es, en realidad, una de las formas más eficaces de aprendizaje que existen. Las caídas permiten identificar límites, corregir el rumbo y desarrollar recursos que solo se activan en momentos de crisis. En lugar de buscar culpables o recrearse en la herida, lo saludable es otorgar a cada tropiezo la importancia justa, ni más ni menos. La resiliencia no se construye negando el dolor, sino enfrentándolo con lucidez y aprendiendo a dejarlo atrás. Al fin y al cabo, no se trata de no sufrir, sino de no aprender a convivir con el sufrimiento.

Esta mezcla de pensamientos es la base de lo que comenta Mario Alonso Puig, médico especialista en desarrollo personal, sobre los errores y como nosotros los percibimos. En realidad, la importancia, la magnitud de los sucedido, proviene de lo que concebimos en nuestra propia mente. La necesidad de evitar la magnificación de la importancia y equilibrar el grado de los actos en cuestión. "Cometer errores no es una señal de debilidad, sino una parte inherente del camino hacia el crecimiento", señala como prólogo antes de entrar en materia a diseccionar una larga reflexión.

La cita de William James que recupera Puig

El filósofo y psicólogo estadounidense, entre otras muchas cosas, incidió en la interpretación de los gestos como motor primero de la intención. Puig, menciona al que considera que es el padre de toda la psicología anglosajona con la siguiente cita: "Eres tú, cuando tropiezas, el que decide si te has caído en un bache o en una tumba". Esta meditación simboliza y sobrepone la parte intangible, aquellos que pensamos, por encima de lo material. Pues es en este raciocinio donde comprendemos los errores y los concebimos desde su naturaleza. "Lo que nos quería decir William James era que es con nuestra interpretación de lo que ha sucedido cómo hemos caído", recalca el médico.

"Cada error encierra una oportunidad: la de mirar más allá del suelo y volver a enfocar la mirada en el horizonte, en aquello que nos inspira, que nos mueve", aclara Puig para destacar la búsqueda de la ilusión como signo de autenticidad para superar los baches que encontramos en el camino. Por ende, se entiende el proceso de recuperación como un ciclo, tal y como indica el médico madrileño: buscamos aquellos que ansiamos y luego, ese mismo propósito es el que nos hace salir del fracaso. El "bache" representa un obstáculo temporal, algo incómodo pero superable, mientras que la "tumba" simboliza una rendición, una forma de enterrar nuestras posibilidades bajo el peso del dolor o del miedo.

La ilusión: el problema para salir de los errores

"Porque no se trata de cuántas veces caemos, sino de la fuerza con la que elegimos seguir adelante", sentencia. Esta reflexión pone el foco en la elección. Porque aunque el dolor o la frustración nos golpeen con fuerza, siempre hay un margen, aunque sea pequeño, para decidir cómo respondemos. Elegir seguir adelante con determinación, con dignidad o simplemente con constancia, es un acto de coraje silencioso. Y en muchas ocasiones, esa fuerza no es espectacular ni heroica, sino cotidiana: levantarse un lunes, intentarlo otra vez, no rendirse del todo.