
Alimentación
Ni pollo ni pavo: esta es la carne que baja el colesterol
Aunque no es fácil de encontrar, puede adquirirse en carnicerías especializadas o pedirse online a través de granjas certificadas

Cuando pensamos en carnes bajas en colesterol, la mayoría de personas apuesta por el pollo o el pavo, dejando de lado el cerdo o la ternera. Sin embargo, existe una opción mucho más sorprendente y menos habitual: la carne de avestruz. Aunque pueda parecer un producto exótico, cada vez más consumidores descubren sus beneficios nutricionales, especialmente para quienes buscan cuidar su corazón sin renunciar al sabor.
La carne de avestruz destaca por su escaso contenido en colesterol: apenas 58 miligramos por cada 100 gramos, una cifra muy inferior a la del pollo (85 mg) o la ternera (entre 90 y 100 mg). Además, estos animales suelen criarse en condiciones naturales, con alimentación libre de hormonas y antibióticos, lo que suma puntos a su valor nutricional. Por ello, es una opción ideal para quienes desean mantener una dieta equilibrada y baja en grasas saturadas.
No solo es baja en colesterol, sino que también es rica en proteínas (alrededor de 28 gramos por cada 100 gramos) y contiene minerales esenciales como el hierro y el zinc, fundamentales para el sistema inmunológico y la producción de energía. Su sabor, suave y ligeramente dulce, recuerda al de la carne roja tradicional, pero sin la intensidad ni el aroma fuerte de otras alternativas.
Dónde encontrarla y cómo cocinarla
Aunque no es tan fácil de encontrar como otras carnes, la carne de avestruz puede adquirirse en carnicerías especializadas o pedirse online a través de granjas certificadas. Su preparación requiere cierto cuidado: debido a su bajo contenido en grasa, tiende a secarse rápidamente si se cocina en exceso. Por eso, los expertos recomiendan cocinarla a fuego medio, como si se tratara de un solomillo de ternera.
El auge de la carne de avestruz responde a una tendencia global hacia la búsqueda de alimentos saludables y sostenibles. Su cría tiene un impacto ambiental menor que la de otros animales de granja. Aunque no sea la opción más habitual, merece la pena probarla, especialmente si se sigue una dieta cardiosaludable o simplemente se quiere innovar en la mesa.
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