Salud

Qué hacer para evitar el dolor de oídos después de bañarse en la piscina o playa

La otitis de piscina es muy frecuente, especialmente en los más pequeños y en verano. Esto es lo que debemos y no debemos hacer para esquivarla

Qué hacer para evitar el dolor de oídos después de bañarse en la piscina o playa
Qué hacer para evitar el dolor de oídos después de bañarse en la piscina o playaFreepik

En verano son muy frecuentes las otitis de piscina o externas, una circunstancia también conocidas como "oído de nadador" por la asiduidad con la que se da entre los deportistas que entrenan día tras día en el agua. Se trata de una dolencia que se produce en el oído externo, que es el que va desde el exterior de la oreja hasta el tímpano. La otitis de piscina es sobre todo habitual en verano, ya que cualquier persona puede presentar oído de nadador. Sin embargo, es más común los niños que pasan mucho tiempo en estos lugares o en la playa.

¿Pero qué es la otitis externa? ¿Cómo se tratan? La otitis de piscina es una infección bacteriana, generalmente causada por agua que queda en el canal auditivo externo por un largo periodo de tiempo. Esto presenta un espacio húmedo ideal para que se multipliquen las bacterias. La buena noticia es que el oído de nadador no se transmite de una persona a otra.

¿Qué es la otitis de piscina? Síntomas y cómo evitarla

Las otitis "piscineras" están causadas por varios tipos de gérmenes, especialmente hongos y bacterias. Al pasar mucho tiempo en el agua o no secarse bien el oído al salir, éste se puede irritar, abriendo la piel del canal auditivo y permitiendo la entrada de microorganismos patógenos.

En lugar de por un mal secado, también puede producirse a causa de eczemas, irritaciones, tener la piel muy seca o, por el contrario, por limpiarse demasiado el canal auditivo y provocar daños. Aunque también pueden darse, las otitis producidas en las playas son mucho menos frecuentes que en la piscina.

Esto se debe a que en las piscinas la gente suele situarse de forma más próxima, además de que el agua no circula tanto como en un río o en playa y, por lo tanto, los posibles gérmenes, hongos o bacterias se mueven más y se diluyen más fácilmente.

En su mayoría, las otitis externas están producidas por bacterias pseudomonas, incluida la bacteria Pseudomonas aeruginosa, muy presentes en el suelo y el agua en todo el planeta. Estas bacterias crecen en áreas húmedas, tales como fregaderos, lavabos... así como en piscinas inadecuadamente cloradas y jacuzzis.

El oído de nadador puede ser el primer signo de una infección por esta bacteria, que puede agravarse y convertirse en una infección del oído externo más grave. Además, la foliculitis del jacuzzi o del baño caliente es otra infección externa leve por esta bacteria. En ella, se presentan erupciones con prurito o granos.

¿Qué síntomas provocan y cómo se tratan?

Las otitis externas suelen ser muy dolorosas, pero, dependiendo de la progresión de la infección los síntomas pueden ser más o menos intensos. Si se trata de una infección leve, se producirá picor y comezón, enrojecimiento y secreción de un líquido claro. Según se vaya complicando, si no se trata, estos síntomas se harán más intensos y pueden aparecer además obstrucción, pérdida auditiva y fiebre.

Signos y síntomas:

  • Dolor cuando se tira de la oreja o se ejerce presión en la parte del oído externo que sobresale frente al canal auditivo (trago).
  • Picazón dentro del oído.
  • Secreción proveniente del oído
  • Enrojecimiento e inflamación en el oído

Una vez detectada la infección, el tratamiento más habitual son los antibióticos por vía tópica (en gotas), generalmente el Ciprofloxacino. En caso de que no se respondiera al tratamiento, se recomendarían los antibióticos orales, aunque no suele hacer falta.

Si el dolor sea muy molesto o hay fiebre, se puede complementar el tratamiento con antinflamatorios o analgésicos. Además, se deberá evitar bañarse hasta que se resuelve completamente la infección.

Cómo prevenir las otitis de piscina

Prevenir o minimizar la aparición de las otitis externas provocadas por bañarse en la piscina es relativamente fácil. Sólo hay que tomar algunas medidas. La primera es evitar bañarse en aguas muy concurridas o que no cumplan con los estándares de higiene exigidos.

También usar tapones para los oídos, sobre todo si se es propenso a las otitis. Además, no se debe abusar del buceo ni pasar mucho tiempo con la cabeza debajo del agua. De hacerlo, conviene que sea siempre con tapones.

Al salir del agua hay que secarse bien, pero con cuidado, los oídos. Por otro lado, hay que evitar limpiarse el cerumen en exceso, sobre todo con bastoncillos, que pueden producir heridas si se utilizan mal. El exceso de cerumen también favorece la aparición de otitis y de tapones, pero si lo eliminamos de más, eliminamos también una barrera natural que evita que los gérmenes penetren en el oído.

Del mismo modo, se debe evitar rascar los oídos. Al hacerlo, podemos producirnos pequeñas irritaciones o heridas que favorezcan la entrada de gérmenes. Si somos propensos a eczemas o a tener la piel seca, conviene trataros, también paran evitar esas pequeñas heridas.

Finalmente, se recomienda no realizar zambullidas violentas, pues favorecen la entrada de agua en el canal auditivo. Ante cualquier molestia o dolor en el oído, es recomendable acudir al médico para evitar que, si es otitis, esta se complique.