Alimentación
Rico y sin azúcar: una forma original de aprovechar el membrillo de temporada
Esta fruta del otoño solo es popular en forma de dulce, pero tiene muchos otros usos
Hay muchas razones para aprovechar que una fruta está de temporada para consumirla: no solo favorece al comercio local y de proximidad, sino que por norma general, también suelen ser más baratas y de mejor calidad cuando llega su época. No hay punto de comparación entre comerse unas fresas en primavera cuando están en temporada que en invierno.
Antiguamente, cuando no se disponía de una tecnología tan avanzada como para crear invernaderos y otras técnicas de cultivo que permiten tener frutas y verduras durante todo el año, había que recurrir a otras soluciones. Las conservas, como mermeladas, dulces y compotas han sido siempre una forma efectiva de aprovechar al máximo los recursos disponibles y disfrutar de ciertos alimentos rápidamente perecederos durante más tiempo.
Además de los higos, las manzanas, las peras o las granadas, hay otra fruta de temporada muy típica del otoño a la que no le presta la suficiente atención: el membrillo. Aunque el resto de frutos que hemos nombrado se suelen comer tanto en crudo como en alguna forma de conserva, este último prácticamente no se consume fuera de su forma dulce.
El membrillo no es, ni de cerca, la fruta más consumida en España, quedando muy lejos de las más populares, pero es ya una seña de identidad de nuestra nación, especialmente de las zonas rurales. Desafortunadamente, su uso está muy acotado a la elaboración de dulces, y no aprovechamos tanto como podríamos su enorme potencial. Ahora que está en temporada, conviene conocer otros usos para esta aromática fruta.
¿Qué beneficios tiene el membrillo?
Se trata de un fruto carnoso que sale del árbol 'Cydonia oblonga' o membrillo membrillero, que se cree que procede de la región del Cáucaso, en el sudeste asiático. En España, se conoce como "veranillo del membrillo" al corto periodo de tiempo que se da a finales de septiembre y principios de octubre y en el que suele hacer más calor y estabilidad climatológica de lo habitual para el otoño. También se le llama 'veranillo de San Miguel', que el santoral marca el día 29 de septiembre en el calendario.
El membrillo, en contra de lo que se suele pensar, tiene un bajo contenido en azúcares. Por el contrario, es muy rico en fibras solubles naturales (como las pectinas y los mucílagos), ideales para ayudar al tránsito intestinal. Además, poseen grandes proporciones de potasio y sodio, que lo convierten en un gran alimento para la recuperación muscular después de sesiones de deporte intensas.
Tradicionalmente, además de para repostería, el membrillo ha tenido otros dos usos principales: como ornamentación y como aromatizante. No es difícil de cuidar, y posee unas flores vistosas, por lo que no es raro verlo en jardines. Aguantan sin ponerse malos entre dos y tres meses después de su cosecha, y además tienen una fragancia rica muy característica, por lo que muchas personas colocaban un par de ellos dentro de los armarios para dar olor.
Una forma sana y rica de comer membrillo sin azúcar
Aunque el dulce y la compota elaboradas a partir de esta fruta amarilla son deliciosos, pero no precisamente muy saludables. Ahora que todavía está en temporada, es buen momento para consumirlo en crudo o cocinado. Dentro de unos meses ya será tiempo de comerlo en forma de mermeladas y otras conservas, así que hay que aprovechar la oportunidad.
Una mezcla muy popular porque maridan muy bien juntos es el queso con dulce de membrillo, Además, son dos productos que se pueden conservar durante largos meses, ideales para consumirlos en épocas de frío. Como ya dijimos, esta fruta no tiene especialmente un alto contenido en azúcares, sino que se le suelen añadir en las preparaciones. Tal y como con el queso (ya sea fresco o curado), su sabor y aroma ligan genial con productos salados, no solo dulces.
Existe un uso poco común en España para el membrillo, pero que en otro países como Argentina se ve más: asarlo. Este fruto es carnoso y algo duro, por lo que resulta ideal para cortarlo por la parte superior, vaciarle la pulpa y rellenarlo con mezclas saladas en el horno. Cocinado de esta manera, perderá acidez, se concentrarán sus azúcares (naturales, que no añadidos) y aromatizará deliciosamente su relleno. Carne picada con verduras es solo una opción, pero las posibilidades son infinitas.
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