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¿Es bueno caminar para el dolor lumbar? Este estudio que revela cómo reducir el dolor
Cuando no hay tiempo para hacer ejercicio, ¿caminar reduce realmente las molestias lumbares o es mejor descansar? Un nuevo trabajo indica qué debemos hacer y cómo
El dolor lumbar puede llegar a ser muy incómodo. Esto hace que las personas que lo padecen busque soluciones de todo tipo. Su sufres de lumbago o te duele la parte baja de la espalda, es muy posible que te preguntes si es bueno andar o si es mejor guardar reposo.
Se trata de una duda muy común. No es una sorpresa si atendemos a las cifras: alrededor de 800 millones de personas en todo el mundo padecen lumbalgia. Es la causa número uno de baja laboral, además de una de las principales causas de discapacidad y reducción de la calidad de vida. Además, los episodios repetidos de dolor en las lumbares son también muy frecuentes: siete de cada diez personas que se recuperan de un episodio vuelven a padecerlo al cabo de un año. En España, se trata del primer problema de salud crónico entre la población y casi el 19% de las personas lo sufre, según el Ministerio de Sanidad.
Así pues, acudir al médico para contar con un diagnóstico temprano es esencial para tratarlo a tiempo. Las mejores prácticas actuales para el tratamiento y la prevención del dolor de espalda sugieren la combinación de ejercicio y educación. Sin embargo, algunas formas de ejercicio no son accesibles o asequibles para muchas personas debido a su elevado coste, complejidad y necesidad de supervisión.
Por todo ello, saber si caminar puede mejorar las molestias lumbares es esencial. En este contexto, ayer se publicó el último estudio relevante sobre el tema, en la revista The Lancet. El trabajo puso de manifiesto que andar aporta grandes beneficios contra el dolor lumbar, incluso más de los que creíamos. De hecho, las personas adultas con antecedentes de lumbalgia pasaban casi el doble de tiempo sin que reapareciera el dolor de espalda si caminaban con regularidad, según la investigación.
El ensayo clínico fue llevado a cabo por el Grupo de Investigación del Dolor Espinal de la Universidad Macquarie. En él se analizó caminar podría ser una intervención eficaz, rentable y accesible para el dolor lumbar. Para ello se realizó un seguimiento de 701 adultos que se habían recuperado recientemente de un episodio de lumbalgia. Se asignó aleatoriamente a los participantes a un programa individualizado de marcha y seis sesiones educativas guiadas por un fisioterapeuta durante seis meses. Otros ejercieron como grupo de control.
Resultados impresionantes sobre andar para la lumbalgia
Los investigadores siguieron a los participantes entre uno y tres años. Los resultados fueron tales que el autor principal del estudio, Mark Hancock, catedrático de Fisioterapia de la Universidad Macquarie, afirma que podrían influir profundamente en el tratamiento del dolor lumbar.
«El grupo de intervención tuvo menos episodios de dolor limitante de la actividad en comparación con el grupo de control. También obtuvieron un período medio más largo antes de tener una recurrencia, con una mediana de 208 días en comparación con 112 días», apunta el profesor Hancock. Por lo tanto: «Caminar es un ejercicio sencillo, de bajo coste y muy accesible que casi todo el mundo puede practicar, independientemente de su ubicación geográfica, edad o situación socioeconómica».
«No sabemos exactamente por qué caminar es tan bueno para prevenir el dolor de espalda, pero es probable que se deba a la combinación de movimientos oscilatorios suaves, la carga y el fortalecimiento de las estructuras y los músculos de la columna vertebral, la relajación y el alivio del estrés, y la liberación de endorfinas», añade el doctor. «Y, por supuesto, también sabemos que caminar conlleva muchos otros beneficios para la salud, como la salud cardiovascular, la densidad ósea, un peso saludable y una mejor salud mental».
La autora principal, la Dra. Natasha Pocovi, afirma que, además de proporcionar a los participantes periodos más largos sin dolor, el programa resultó muy rentable. «No sólo mejoró la calidad de vida de las personas, sino que redujo aproximadamente a la mitad la necesidad de buscar asistencia sanitaria y las bajas laborales», afirma.
«Las intervenciones basadas en ejercicios para prevenir el dolor de espalda que se han estudiado anteriormente suelen ser grupales y requieren una estrecha supervisión clínica y equipos caros, por lo que son mucho menos accesibles para la mayoría de los pacientes. Nuestro estudio ha demostrado que este medio de ejercicio eficaz y accesible tiene potencial para aplicarse con éxito a una escala mucho mayor que otras formas de ejercicio», concluye Pocovi.
Para aprovechar estos hallazgos, el equipo espera ahora explorar cómo pueden integrar el enfoque preventivo en la atención rutinaria de los pacientes que sufren lumbalgia recurrente.
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