Estudio

¿Los caramelos y chicles sin azúcar te dan gases? Los investigadores saben el motivo

Identificados cambios en el microbioma intestinal

Catador de chicles
Catador de chiclesArchivo

Un equipo de investigadores de la Universidad de California Davis ha identificado una serie de cambios en el microbioma intestinal que pueden provocar una incapacidad para digerir el sorbitol.

El sorbitol es un alcohol de azúcar empleado por la industria alimentaria como edulcorante en en chicles, mentas, dulces y otros productos sin azúcar. También se encuentra de forma natural en los albaricoques, las manzanas, las peras, los aguacates y otros alimentos.

En niveles de ingesta elevados, el sorbitol puede provocar hinchazón, calambres y diarrea. Para algunas personas, incluso una pequeña cantidad causa malestar digestivo, una condición conocida como intolerancia al sorbitol.

Ahora los investigadores en un estudio hecho en ratones han encontrado que la falta de microbios intestinales Clostridia después de tomar antibióticos y una dieta rica en grasas puede causar la intolerancia al sorbitol. Y es que estas sustancias, cuando el organismo está en condiciones óptimas, pueden descomponer el sorbitol.

Los hallazgos de esta investigación, publicada en la prestigiosa revista "Cell", sugieren que "la degradación microbiana del sorbitol normalmente protege al huésped contra la intolerancia al sorbitol. Sin embargo, un deterioro en la capacidad microbiana para descomponer el sorbitol causa intolerancia al sorbitol”, afirma en un comunicado Jee-Yon Lee, primer autor del estudio y científico asistente del proyecto en el Departamento de Microbiología e Inmunología Médica de UC Davis.

Para el estudio, los investigadores utilizaron análisis metagenómicos para identificar qué bacterias intestinales tienen genes que producen la enzima que descompone el sorbitol.

También identificaron cuáles de esas bacterias intestinales eran abundantes antes, pero no después, del tratamiento con antibióticos.

Este análisis les permitió centrarse en los microbios intestinales que pertenecen a la clase Clostridium.

Los Clostridium son anaeróbicos, lo que significa que no les gustan los ambientes con oxígeno.

Los investigadores descubrieron que después de que a los ratones se les administraran antibióticos y se les alimentase con una dieta rica en grasas saturadas (una combinación de ambos factores), las células que recubren el intestino utilizaron menos oxígeno.

Esto causó un mayor nivel de oxígeno en el intestino, disminuyendo los Clostridia. Sin suficientes Clostridia, el sorbitol no se descomponía en el intestino.

Los investigadores realizaron varios experimentos para intentar restaurar las bacterias intestinales para que pudieran descomponer el sorbitol nuevamente.

En uno, alimentaron a los ratones con Anaerostipes caccae, una bacteria intestinal que produce butirato, un ácido graso de cadena corta que se produce como parte del proceso de fermentación normal en el intestino.

Esta bacteria mejora el uso de oxígeno por parte de las células que recubren el intestino, el revestimiento epitelial, lo que reduce los niveles de oxígeno en el intestino grueso.

La regulación del nivel de oxígeno con Anaerostipes caccae restableció los niveles normales de Clostridia, que protegió a los ratones de la diarrea inducida por el sorbitol, incluso después de que las bacterias productoras de butirato habían sido eliminadas del sistema digestivo del ratón.

Los investigadores sugieren que un fármaco utilizado para tratar la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias del intestino, la mesalazina (5-aminosalicilato), puede ser un tratamiento para la "intolerancia al sorbitol" en humanos.

La mesalazina, también conocida como mesalamina, funciona de manera similar a las bacterias productoras de butirato, restableciendo los bajos niveles de oxígeno en el intestino preferidos por los Clostridia.

"Este descubrimiento es crucial, dado el uso frecuente de sorbitol y alcoholes de azúcar similares en la producción de alimentos dietéticos cetogénicos con alto contenido de grasa", recuerda Lee.

"También resalta la importancia del consumo de oxígeno por parte del revestimiento epitelial para que de este modo se mantenga un equilibrio saludable de bacterias intestinales, especialmente Clostridia, para la digestión adecuada de ciertos azúcares”.

Una limitación importante del estudio es que los ratones pueden tolerar niveles de sorbitol mucho más altos que los humanos.

Los ratones poseen un ciego, una bolsa en su sistema digestivo que ralentiza el flujo del contenido intestinal y ayuda a digerir los carbohidratos, lo que puede contribuir a tolerar mejor el sorbitol.

Por este motivo, se necesitarán estudios clínicos para probar la hipótesis de que la mesalazina podría tratar la intolerancia al sorbitol en humanos.

En todo caso, este estudio "proporciona un punto de partida completamente nuevo para enfoques para diagnosticar, prevenir y tratar la intolerancia al sorbitol", afirma Andreas Bäumler , autor principal del estudio..