Salud
Los cardiólogos se implican en el reto de la obesidad
El Congreso Europeo de Cardiología confirma el peligro que supone la enfermedad cardiovascular en las personas con kilos de más, ya que dispara un 68% su mortalidad
Más de 30.000 cardiólogos de 100 países se reunieron en Londres el pasado fin de semana. El motivo era una nueva edición del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC en sus siglas en inglés), donde se debatieron los retos que suponen estas enfermedades para los servicios de salud y para los pacientes.
«Las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en el mundo. Y, juntos, las estamos combatiendo», recalcó el profesor Franz Weidinger, presidente de la ESC, en su discurso inaugural del congreso. «Hemos logrado muchos avances, pero tenemos grandes retos en campos como la contaminación del aire, el cambio climático, la falta de actividad física y la mala alimentación, con un alarmante crecimiento de la obesidad y de la diabetes», alertó.
Por estos motivos, solicitó la puesta en marcha de políticas de salud integrales en la Unión Europea que potencien la salud cardiovascular. En su opinión, herramientas como la digitalización y la inteligencia artificial pueden ser muy útiles para ponerlas en marcha. «Debemos educar a los pacientes –y a nosotros mismos, como cardiólogos– para usar tanto la inteligencia artificial como los datos de salud para mejorar la precisión del diagnóstico y del cribado de la enfermedad», recomendó Weidinger.
Uno de los aspectos que más se ha recalcado desde hace años es que dos de cada tres muertes relacionadas con un índice de masa corporal elevado se deben a las enfermedades cardiovasculares. Por este motivo, se puso en marcha un grupo de trabajo en la ESC que elaboró un documento de consenso sobre obesidad y patología cardiaca, que se ha presentado en el congreso y que reúne todo el conocimiento actual sobre causas y tratamiento.
Otros datos reveladores en este campo son que las cifras de obesidad se han doblado desde 1990, afectando a más de 1.000 millones de personas a nivel global. Además, casi uno de cada cuatro adultos europeos (el 23%) tiene obesidad y el 7% de los presupuestos nacionales de los países de la Unión Europea ya se gastan en enfermedades no transmisibles asociadas con la obesidad que, en un gran porcentaje, están relacionadas con la enfermedad cardiovascular.
El documento ha sido coordinado por el profesor Konstantinos Koskinas, del Hospital Universitario de Berna, en Suiza, que subrayó que las personas con obesidad «tienen entre un 50 y un 100% de riesgo aumentado de muerte por cualquier causa, comparado con las personas con peso normal. Y la mayoría de este riesgo aumentado –el 67,5%– se debe a la enfermedad cardiovascular».
«Sabemos que la obesidad no solo contribuye a desarrollar factores de riesgo cardiovascular, como la diabetes tipo 2, colesterol elevado e hipertensión arterial. Y también provoca efectos adversos directos en la estructura y en la función del corazón, lo que causa enfermedad cardiovascular tanto ateroesclerótica como no ateroesclerótica», recordó el doctor Koskinas.
El documento de consenso insiste en que es esencial que los cardiólogos se impliquen de manera activa en el tratamiento de la obesidad como parte integral del tratamiento global del paciente. Las medidas no farmacológicas son el primer paso y deben mantenerse a largo plazo. Entre otras, dieta sana, más actividad física, dejar de fumar y evitar el alcohol. A todas estas medidas pueden sumarse, ahora, los nuevos fármacos contra la obesidad: suponen una oportunidad porque, además de lograr reducciones en el peso, permiten mejorar el pronóstico cardiovascular, como confirmó este jueves Novo Nordisk en referencia a su fármaco Wegovy. Pero, como insisten los autores del consenso, «los medicamentos deben usarse como tratamiento complementario y no como tratamiento sustitutivo de los cambios en el estilo de vida».
«Estos nuevos medicamentos son un gran paso. Pero debemos evitar basarnos únicamente en ellos para tratar una obesidad establecida, por lo que deben promoverse cambios en el estilo de vida que sean sostenibles y saludables», insistió la profesora Emeline Van Craenenbroeck, del Hospital Universitario de Amberes (Bélgica) y que también ha participado como coordinadora del consenso.
Más salud pública
Además de las intervenciones individuales en cada paciente, el documento recalca la importancia de potenciar las políticas de salud pública. En este sentido, Van Craenenbroeck lamentó «la pasividad de los gobiernos europeos, pese a que la epidemia de obesidad comenzó hace décadas y afecta casi a seis de cada diez individuos del continente. Vivimos en un entorno obesogénico, que promueve la pandemia de obesidad, con factores más allá de los individuales. Por estos motivos, las políticas de salud deben abordar los aspectos clave para lograr soluciones sostenibles en el tiempo».
Otro aspecto que señala el consenso es que, pese a que la obesidad es una enfermedad de alto riesgo que está vinculada con otras múltiples patologías crónicas, muchas sociedades médicas y profesionales de la salud consideran a la obesidad como una enfermedad por sí misma, lo que lleva tanto a una peor calidad de vida como a una reducción de la esperanza de vida. Por otro lado, en el campo de la hipertensión, destacan los resultados de un estudio presentado también en el Congreso Europeo, que ha demostrado que un único comprimido –que incluye cuatro medicamentos distintos– resulta más efectivo que tomar tres fármacos diferentes.
«Está demostrado que se reduce el cumplimiento del tratamiento si aumenta el número de pastillas que tienen que tomar los pacientes. Por eso son clave estas combinaciones, ya que mejoran la adherencia a los tratamientos y, a la vez, proporcionan un control eficaz de la presión arterial en hipertensión arterial o difícil de tratar», explicó el profesor Stefano Taddei, miembro de la Universidad de Pisa (Italia), que ha liderado el estudio.
Otros dos trabajos han respondido a una pregunta que se llevaba planteando desde hace años: ¿cuándo es mejor tomar la medicación para la hipertensión, por la mañana o por la noche al acostarse? Los resultados han demostrado que «no hay diferencia al hacerlo al levantarse o antes de irse a dormir, ni en la población general ni en los ancianos frágiles, un grupo de personas que no suelen incluirse en los estudios», ha destacado el doctor Scott Garrison, miembro de la Universidad de Alberta (Canadá), que ha liderado la investigación. «Lo importante es que los pacientes se tomen la medicación a la hora que quieran y que no se les olvide hacerlo», ha añadido.
Corazón y mujer
Además, se han presentado estudios que demuestran que la menopausia está potencialmente relacionada con una salud cardiovascular adversa. El motivo son los cambios en el perfil de grasa de la sangre. Las mujeres con endometriosis, además, tienen un mayor riesgo de sufrir ataques cardiacos e ictus. También se ha insistido en que dejar de fumar disminuye casi a la mitad la posibilidad de tener un ataque al corazón. Reducir el consumo no tiene demasiado efecto en la salud, ya que se calcula que el riesgo de infarto aumenta un 8% anual si se sigue fumando. En cuanto al consumo de drogas, como es el caso de cannabis, heroína y otros opioides, cocaína, anfetaminas o éxtasis, su uso triplica el riesgo de sufrir un nuevo evento cardiovascular grave, según investigadores del Hospital Lariboisiere de París.
La contaminación causada por el ruido también supone un riesgo para el corazón, según dos trabajos distintos presentados en el congreso. Uno de ellos, realizado en Francia, ha demostrado que el ruido de las ciudades causa un peor pronóstico un año después de haber sufrido un primer infarto. Por ello, los investigadores han hecho un llamamiento a que se pongan en marcha medidas urgentes para mitigar los efectos adversos de la polución, incluida la exposición al ruido.
Por último, un estudio chino ha determinado que dormir lo suficiente durante los fines de semana, recuperando horas de sueño perdidas durante la semana por el trabajo o los estudios, puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas en un 20%. Los investigadores, del Centro Nacional de Enfermedad Cardiovascular de Pekín, utilizaron en su trabajo datos de 90.000 británicos procedentes del Biobanco UK.
Madrid, capital mundial de la Cardiología en 2025
La capital de España se convertirá el año que viene, entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre, en la sede mundial de la especialidad, ya que albergará una nueva edición del Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. «La participación española en esta reunión científica es muy destacada año tras año: en esta edición, somos el cuarto país europeo en número de comunicaciones aceptadas y presentadas en la reunión científica. Los cardiólogos tienen una participación destacada en los estudios, en los registros y en las mesas redondas, como el caso del doctor José Fernando Rodríguez Palomares, que ha coordinado la guía de práctica clínica de patología vascular periférica y aórtica. Además, el doctor Héctor Bueno ha recibido el Premio Presidencial y ha destacado el doctor Luis Rodríguez Padial, presidente de la Sociedad Española de Cardiología.
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