
Curiosidades
Ni el cerebro ni el estómago: este es el "segundo corazón" del cuerpo humano que poca gente conoce
Está en tus piernas, trabaja en silencio y es clave para la salud del corazón

Aunque parezca increíble, el corazón no trabaja solo. Existe otro “motor” silencioso en nuestro cuerpo que cumple una función vital en la circulación: se trata del sóleo. Este músculo, ubicado en la parte posterior de la pierna, es conocido por muchos especialistas como el “segundo corazón” por su capacidad para impulsar la sangre de vuelta al corazón desde las extremidades inferiores.
Cada vez que caminas, subes escaleras o simplemente te pones de puntillas, el sóleo se activa. Y al hacerlo, ayuda a vencer la fuerza de la gravedad para evitar que la sangre se acumule en las piernas.
¿Qué es el sóleo y dónde se encuentra?
El sóleo es un músculo profundo situado en la parte posterior de la pierna, justo debajo del gastrocnemio, que forma la parte más visible de la pantorrilla. Aunque no es un músculo explosivo como otros de las piernas, está diseñado para la resistencia. Su función es más constante y menos llamativa, pero de gran importancia para la salud.
Este músculo entra en acción con movimientos sencillos como caminar o mantenerse de pie, y trabaja de forma casi automática durante el día.
¿Por qué se le llama “el segundo corazón”?
La razón por la cual al sóleo se le conoce como “el segundo corazón” es porque, al contraerse, actúa como una bomba muscular que ayuda a empujar la sangre venosa desde las piernas hacia el corazón. Esto es especialmente relevante porque contrarresta el efecto de la gravedad, que tiende a hacer que la sangre se acumule en la parte baja del cuerpo.
Cuando el sóleo está activo, sus beneficios incluyen:
- Mejora del retorno venoso
- Prevención de trombos y estasis venosa
- Disminución del edema o hinchazón en las piernas
- Reducción del riesgo de complicaciones cardiovasculares
- Mantenimiento de la circulación incluso al estar quieto o de pie
Cómo activar el sóleo en el día a día
Muchas personas pasan horas sentadas frente al ordenador o de pie sin apenas moverse, lo que reduce significativamente la actividad del sóleo. La buena noticia es que su activación no requiere grandes esfuerzos. Incorporar pequeños movimientos puede marcar una gran diferencia.

- Recomendaciones para estimular el sóleo:
- Hacer pausas activas para caminar unos minutos cada hora
- Elevar los talones de forma repetida estando de pie o sentado
- Flexionar los tobillos hacia arriba y hacia abajo
- Realizar giros suaves con los pies para mantener la movilidad
Estos gestos simples, realizados con frecuencia, pueden ayudar a mejorar la circulación y prevenir molestias o problemas circulatorios a largo plazo.
Un músculo invisible, pero esencial
El sóleo no destaca por su fuerza visible ni por su protagonismo en el deporte, pero cumple una misión clave: sostener la salud vascular. Mantenerlo activo es fundamental, especialmente para quienes llevan una vida sedentaria o están muchas horas en la misma postura.
Darle importancia al sóleo es también cuidar del corazón. Porque cada paso, cada movimiento de talón, es una ayuda directa a tu sistema circulatorio.
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