Ramadán

¿Cómo afecta a la salud el ayuno de hasta 20 horas durante 30 días seguidos?

A una semana de que se termine la celebración musulmana por excelencia, analizamos los efectos en la salud de esta práctica que siguen 1.900 millones de personas en todo el mundo anualmente

Ramadán
Una cena típica de Ramadán Objetivo Bienestar

Cada año, durante el noveno mes del calendario islámico - que, en 2023, comenzó el pasado 23 de marzo y termina el 21 de abril- millones de musulmanes alrededor del mundo celebran la festividad del Ramadan.

Durante 30 días, todos los musulmanes adultos practican el ayuno -conocido como "sawm"- desde que sale el sol hasta que se pone. Son unas 18-20 horas en las que no pueden tomar alimentos ni bebidas, ni siquiera agua. Las únicas excepciones son para personas que padezcan enfermedades crónicas, y también para las que se encuentren en mitad de un viaje necesario, así como las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o en proceso de menstruación.

Aunque no es el único precepto que los creyentes y practicamtes del Islam deben cumplir- también se deben evitar comportamientos que puedan considerarse pecaminosos, además de las relaciones sexuales y fumar- si es la práctica que más efectos puede tener sobre la salud, tanto positivos como negativos.

Lo que se hace durante el Ramadán es un tipo de ayuno intermitente, especificamente aquel en el que la alimentación se restringue a unas horas durante el día. En este caso, los musulmanes toman un desayuno fuerte- "suhur"- antes del amanecer, para así prepararse para la dura jornada y, al caer la noche, consumen una cena muy copiosa a la que llaman 'iftar'.

En los últimos años, el Ramadán se ha celebrado coincidiendo con los meses de verano en el hemisferio norte, cuando los días son más largos y el clima más cálido. Sin embargo, dependiendo del pais en el que vivan, los periodos de ayuno son más llevaderos, o más largos. En España, por ejemplo, el sol sale, en esta época, a las 7:38 horas, y se pone sobre las 21:00 horas, lo que supone unas 13 horas y media de ayuno. Sin embargo, en Noruega, por ejemplo, el ayuno del Ramadán se extiende 20 horas.

¿Qué pasa en el cuerpo durante esos 30 días?

Los primeros tres o cuatro días son los más difíciles. El organismo no entra en modo ayuno hasta que han pasado 8 horas desde la última comida. En ese momemto, que es cuando el aparato digetsivo ha terminado de absorver los últimos alimentos, comienza el cuerpo recurre a la glucosa almacenada en el hígado y en los músculos para obtener energía. Una vez que se agotan las reservas de glucosa, el organismo pasa a quemar la grasa. Es ahí cuando se obtienen los principales beneficios que la gente suele buscar en la práctica del ayuno intermitente: la pérdida de peso y la reducción de los niveles de colesterol y del riesgo de diabetes. Pero la caída del nivel de azúcar en la sangre también provoca debilidad y letargo, lo que se manifiesta en dolores de cabeza, mareos, náuseas e incluso mal aliento.

Entre el día cuatro y el siete, el cuerpo comienza a acostumbrase al ayuno, y ya no se experimenta tanta hambre ni debilidad. Sin embargo, en este momento es clave estar pendiente de la hidratación. Aunque los musulmanes también tienen prohibido beber agua en las horas de restricción de alimentos, lo que se aconseja es que se beba la suficiente durante la noche, para evitar deshidratarse. También se recomienda que las comidas contengan niveles adecuados de alimentos que aporten mucha energia, como carbohidratos y grasa. Las mesas se llenan de platos típicos como guisos, carnes, pescados, frutas, té, café, sopas, ensaladas y dulces.

Entre la primera semana y la segunda, uno de los efectos más notables es que el estado de ánimo mejora, y el organismo parece ya completamente acostumbrado al ayuno diurno. Este es también el periodo en el que el cuerpo experimenta los principales beneficios que los científicos atribuyen a la práctica del ayuno intermitente: una especie de "reinicio" del organismo que hace que se autorepare y corrija los errores que conlleva el exceso de comida de la vida diaria.

Por último, entre los días 16 y 30- momento en el que se encuentran ahora los que practican el Ramadan- se produce la fase de desintoxicación, en la que el colon, el hígado, el riñón y la piel vuelven a su capacidad máxima, así como la memoria y la concentración. De hecho, diversas investigaciones han evidenciado los efectos positivos del ayuno en la psique humana, como la mejora de la fuerza mental y emocional. Así, la privación de alimentos causada por el ayuno durante el mes del Ramadán, podría aumentar la capacidad de concentración, potenciar la neuroplasticidad (la creación de nuevas conexiones entre las hormonas), reducir la fatiga mental, proteger frente a los procesos inflamatorios e incluso frente a la depresión.

Pero no todos los efectos son positivos. Un estudio reciente del Instituto de Investigación Cardiovascular de la Facultad de Medicina Icahn del Monte Sinai de Nueva York encontró que saltarse las comidas o ayunar podría perjudicar al sistema inmune. Según esta investigación en ratones, seguir estos hábitos en la dieta puede desencadenar una respuesta en el cerebro que afecta negativamente a las células inmunitarias, lo que podría obstaculizar la capacidad del cuerpo para combatir infecciones.

"Cada vez hay más conciencia de que el ayuno es saludable y, en efecto, existen abundantes pruebas de sus beneficios. Este estudio supone una advertencia, ya que sugiere que el ayuno también puede tener un coste que conlleve un riesgo para la salud", afirmó el autor principal de la investigación, Filip Swirski.