Descubrimiento

La curiosa (e importante) similitud que los perros con Alzheimer comparten con los humanos

Científicas descubren que nuestros peludos experimentan problemas similares a las personas con demencia

Los bigotes de los perros reciben el nombre de vibrisas | Fuente: Nancy Sticke / Pixabay
Nuestros peludos se parecen a nosotros más de lo que creíamosLa Razón

Los perros envejecen a mayor velocidad que los humanos, por lo que estamos abocados a presenciar los estragos que el paso del tiempo provoca en su cuerpo... pero también en su mente. Pese a que algunos perros viven toda su vida con una salud envidiable, especialmente en el plano mental, no es lo normal. Aproximadamente el 61% de los perros de más de 15 años experimentan el llamado Síndrome de Disfunción Cognitiva, que comúnmente se conoce como "Alzheimer canino", según un estudio de 2011 de la Universidad Iberoamericana de Ciencias y Tecnología de Santiago de Chile.

Quizá no sea del todo correcto denominarlo "Alzheimer"; pues el Síndrome de Disfunción Cognitiva es un conjunto de trastornos neurológicos y cerebrales con características más similares a la demencia senil. Al menos en cuanto a que se presentan por múltiples factores y en un "espectro" de síntomas. Lo que sí se sabe es que muchos de los comportamientos que achacamos a problemas físicos son en realidad imputables al Síndrome de Disfunción Cognitiva. Por ejemplo, pasar mucho tiempo durmiendo aunque de forma más superficial.

Es en este sentido en el que los caninos están dando pistas a los científicos sobre cómo influye el sueño en la demencia o viceversa. En un estudio publicado de manera reciente, investigadoras de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos) realizaron electroencefalografías (EEG) a los cánidos para determinar si las lecturas de las ondas cerebrales mientras dormían se correlacionaban con signos de deterioro cognitivo en los seres humanos.

Tras observar a un grupo de perros ancianos con dificultades cognitivas en clínicas del sueño, las científicas descubrieron que nuestros peludos experimentan muchas de las mismas alteraciones que las personas con Alzheimer. Nuestros amigos peludos también padecen sueño ligero e interrumpido en la vejez. De hecho, los perros con demencia más avanzada sufrían más interrupciones del sueño y dormían menos en general que los perros con una función cognitiva normal. El estudio se publicó en Frontiers in Veterinary Science.

¿Sufrieron los perros durante el experimento?

El equipo científico, en el que también participaron investigadoras de Argentina y Hungría, registraron las ondas cerebrales de 28 perros ancianos (17 hembras y 11 machos) durante una siesta de dos horas. Así, observaron una actividad intrigante en el ciclo del sueño. Al igual que las personas con Alzheimer, los perros machos y hembras con problemas cognitivos graves dormían menos y más profundamente la siesta que los que no mostraban deterioro cognitivo.

Antes del estudio del sueño, los perros habían recibido exámenes físicos completos, se habían sometido a pruebas cognitivas y sus dueños habían rellenado el cuestionario de la Escala de Demencia Canina (CADES), con el fin de determinar la gravedad de su deterioro cognitivo.

Las investigadoras utilizaron técnicas no invasivas para recopilar los datos: no se sedó a los perros y los electrodos se fijaron al cráneo con gel adhesivo. Los perros realizaron dos sesiones de sueño en el laboratorio: la primera para aclimatarse al entorno y a la colocación de los electrodos, y la segunda para registrar la actividad cerebral durante un periodo de sueño de dos horas.

"Los estudios anteriores sobre el sueño en perros solían implicar la implantación quirúrgica de electrodos", explica Alejandra Mondino, investigadora postdoctoral en la Universidad de Carolina del Nortey autora principal del estudio. "Los estudios no invasivos son relativamente nuevos. Somos uno de los pocos grupos que realizan este trabajo". El experimento actual establece una alternativa ética.

Conocemos mejor a nuestros perros con Alzheimer

El EEG midió cuatro fases del sueño: vigilia, somnolencia, NREM y REM. La NREM o no REM, es un estado de sueño profundo previo al REM (que significa movimiento ocular rápido y se asocia con el sueño). "En NREM, el cerebro elimina toxinas, incluidas las proteínas beta-amiloides que están implicadas en enfermedades como el Alzheimer", explica Mondino. "En la fase REM es cuando se producen los sueños, y esta etapa es muy importante para la consolidación de la memoria".

Las investigadoras correlacionaron el porcentaje de tiempo pasado en cada estado de sueño con las puntuaciones de los perros en las pruebas cognitivas y el cuestionario CADES. Cuanto mayor era la puntuación del perro en demencia, menos tiempo pasaba en sueño NREM y REM. Los perros con demencia más avanzada sufrieron más interrupciones del sueño y durmieron menos en general.

"Estos perros tienen demencia y las interrupciones del sueño forman parte de ella", afirma Mondino. "Además del menor tiempo que pasan durmiendo, cuando observamos el electroencefalograma, vimos que su actividad cerebral durante el sueño era más parecida a la vigilia (mayor actividad de ondas beta). En otras palabras, cuando consiguen dormir, sus cerebros no están durmiendo realmente". O, al menos, no del todo.

Es más, los perros con signos de demencia parecían experimentar una pérdida significativa del sueño de ondas lentas. "En las personas, las oscilaciones cerebrales lentas son características del sueño de ondas lentas y están relacionadas con la actividad del llamado sistema glinfático, un sistema de transporte que elimina los productos de desecho proteínicos del líquido cefalorraquídeo", explica la neuróloga veterinaria Natasha Olby, de la misma universidad.

"La reducción de las oscilaciones lentas en las personas con Alzheimer, y la reducción asociada de la eliminación de estas toxinas, se ha implicado en su peor consolidación de la memoria durante el sueño profundo", detalla. Quizá ocurra lo mismo con nuestras mascotas. Hacen falta más investigaciones para confirmar esa corazonada, pero los indicios que se van reuniendo sugieren que los perros pueden ser un buen modelo para investigar la enfermedad de Alzheimer.

Al final, los perros que dormían la siesta durante más tiempo eran también los que resolvían mejor los problemas en una tarea de desvío. Esta tarea consistía en poner una barrera delante de un camino hacia una golosina. Se puntuaba a los perros en función de cómo sorteaban la barricada. Los resultados confirman lo que los dueños de perros llevan años observando: Las mascotas mayores con deterioro cognitivo tienden a sufrir más dificultades para dormir y somnolencia diurna.

Podría ser que estas alteraciones del sueño estén desencadenando el deterioro cognitivo, pero también podría ser cierto que el deterioro cognitivo esté provocando las alteraciones del sueño. Con toda probabilidad, las investigadoras sospechan que es un poco de ambas cosas.

Las investigadoras planean ahora controlar este círculo vicioso en perros jóvenes a medida que envejecen. De ese modo, podrán buscar marcadores tempranos de deterioro cognitivo en las mascotas que también podrían ser relevantes para sus dueños. "Con suerte, los ensayos terapéuticos en perros ayudarán a orientar nuestras opciones de desarrollo de tratamientos para las personas", dice Olby.