Cardiotoxicidad

El daño cardíaco puede surgir antes, durante y años después del cáncer

Uno de cada tres pacientes oncológicos sufre cardiotoxicidad por el uso de ciertos tratamientos

Los pacientes son evaluados antes, durante y después del tratamiento
Los pacientes son evaluados antes, durante y después del tratamientoDREAMSTIMELA RAZÓN

Cada año, más de cuatro millones de personas son diagnosticadas de cáncer en Europa. La supervivencia de los pacientes oncológicos ha aumentado gracias al diagnóstico precoz y a los tratamientos cada vez más innovadores.

Pero el uso de ciertos fármacos, como las antraciclinas, causa en ciertos pacientes cardiotoxicidad. En concreto, «uno de cada tres pacientes oncológicos va a tener algún problema de corazón», explica el doctor Raúl Córdoba, coordinador de la Unidad de Linfomas de la Fundación Jiménez Díaz y co-director de CardioTox 2024, un congreso organizado por la Sociedad Española de Cardiología y que ha sido celebrado recientemente en Madrid.

Estas complicaciones pueden aparecer de forma precoz, es decir, durante el tratamiento. De hecho, «hasta un 20% de los pacientes tiene antecedentes cardiovasculares en el momento del diagnóstico de cáncer», precisa la doctora Teresa López Fernández, cardióloga del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y co-directora de CardioTox 2024.

Pero también pueden desarrollarse una vez finalizado el tratamiento. De hecho, «en ocasiones puede aparecer al cabo de muchos años, por lo que es muy importante vigilar y cuidar la salud cardiovascular de los pacientes no solo durante el tratamiento de los fármacos como la quimioterapia, sino una vez también lo hayan terminado», asegura Córdoba.

Ante esta realidad, cada vez es más importante implementar estrategias de prevención cardiovascular. Pero para ello, «necesitamos mejorar nuestro conocimiento sobre los mecanismos de toxicidad cardiovascular», explica el Dr. Borja Ibáñez, cardiólogo de la Fundación Jiménez Díaz y director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares.

En este sentido, gracias al proyecto «Resilience», los investigadores ya saben cómo identificar a los pacientes oncológicos de más riesgo cardiovascular, ya que hay determinadas secuencias de resonancia magnética que pueden identificarlos antes de que desarrollen esta complicación.

Una problemática que tradicionalmente se ha asociado a aquellos pacientes oncológicos que recibían antraciclinas, que es el tratamiento quimioterápico contra el cáncer más frecuentemente utilizado. «Pero hoy en día sabemos que existen fármacos libres de quimioterapia que también pueden producir complicaciones cardiovasculares como por ejemplo los inhibidores de tirosina quinasa y la inmunoterapia. Además, en pacientes con cáncer hematológico las terapias celulares con linfocitos CART y el trasplante de progenitores hematopoyéticos también aumentan el riesgo de complicaciones cardiovasculares a largo plazo en estos pacientes», detalla el doctor Córdoba.

Pero no siempre un tratamiento oncológico se puede sustituir, de ahí que «la primera recomendación de los equipos de cardio-oncología sea la adherencia a un estilo de vida cardiosaludable y el control estricto de los factores de riesgo cardiovascular preexistentes, incluida la presión arterial alta, la diabetes y el colesterol elevado, para ayudar a minimizar el riesgo de complicaciones cardiovasculares», recomienda la doctora López.

Además, «en algunos casos es posible iniciar una medicación por adelantado para actuar como protección durante el tratamiento del cáncer», añade la especialista.

En todo caso, el equipo de cardio-oncología evalúa el riesgo que tiene cada paciente de desarrollar complicaciones para buscar el mejor tratamiento oncológico que tenga el menor número de complicaciones», precisa la doctora.

Una labor que no termina ahí, ya que se vuelve a valorar al paciente. «Durante el tratamiento, cuando ponemos fármacos que pueden dañar el corazón, tenemos que hacer un seguimiento de la salud cardiovascular, al igual que lo hacemos del tumor. Y un tercer momento es una vez que finaliza el tratamiento de la quimioterapia no nos debemos de olvidar del corazón y debemos de seguir un plan de seguimiento de salud cardiovascular a largo plazo para prevenir y tratar las complicaciones tardías», detalla el doctor Córdoba.

Complicaciones

Entre ellas, «la más frecuente –prosigue– es la insuficiencia cardíaca. También se producen complicaciones como inflamación del corazón o miocarditis que pueden producir los nuevos fármacos basados en la inmunoterapia. En el caso de los inhibidores de la tirosina quinasa, estos fármacos pueden producir arritmias y, por tanto, aumentar el riesgo de desarrollar un ictus».

Además, como incide la doctora López Fernández, también pueden producir «hipertensión, diabetes, dislipemia o un mayor riesgo de trombosis».

Finalmente, «la radioterapia puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria y, por ende, infartos agudos de miocardio y también valvulopatías», añade el doctor Córdoba.

El ejercicio físico, imprescindible

Los cuidados de la salud cardiovascular y los múltiples beneficios del ejercicio físico tanto en la prevención de las enfermedades cardiovasculares como en una mejor tolerancia a los tratamientos del cáncer, fueron algunos de los temas tratados en el taller para pacientes «Corazón y cáncer: el cuidado de tus latidos», organizado recientemente por la Asociación Española Contra el Cáncer en Madrid como antesala a CardioTox. Y en el que la doctora López Fernández incidió en la importancia de la coordinación entre los equipos médicos: «No vale que el oncólogo diga a y el cardiólogo diga b».