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Investigación

Desarrollan un nuevo test genético que predice el riesgo de obesidad adulta desde la infancia

Tiene el doble de eficacia que otras medidas anteriores desarrolladas con el mismo fin

Obesidad infantil Dreamstime

Casi un 40% de los niños españoles de 6 a 9 años tiene sobrepeso u obesidad. Nuestro país es el tercero en Europa con mayores cifras de sobrepeso y el cuarto en obesidad infantil, muy por encima de la media europea, según el informe de la OMS de 2022. Especialistas implicados en el abordaje de esta condición urgen a que se implementen estrategias de prevención y tratamiento precoces a cargo de equipos multidisciplinares y con coordinación entre la pediatría de atención primaria y el hospital.

Pero, además de soluciones para prevenir el desarrollo de obesidad en la edad adulta, factor que está directamente relacionado con un gran número de patologías, se investiga como se puede detectar el riesgo en edades tempranas.

En este sentido, una nueva investigación, liderada por las Universidades de Copenhague (Dinamarca) y Bristol (Reino Unido), demuestra que el análisis genético de variables que se sabe que aumentan el riesgo de esta condición en niños y adolecentes- como variantes que actúan en el cerebro e influyen en el apetito- puede respaldar estrategias para prevenir el desarrollo de obesidad en etapas posteriores de la vida, por medio, por ejemplo, de intervenciones en el estilo de vida.

Basándose en datos genéticos de más de cinco millones de personas, un equipo internacional de investigadores ha creado una medida denominada puntuación de riesgo poligénico (PGS), que se asocia de forma fiable con la obesidad en la edad adulta y muestra patrones consistentes e indicativos en la primera infancia.

"Lo que hace que la puntuación sea tan eficaz es la consistencia de las asociaciones entre la puntuación genética y el índice de masa corporal antes de los cinco años y hasta la edad adulta, un momento que comienza mucho antes de que otros factores de riesgo comiencen a influir en el peso en etapas posteriores de la infancia. Intervenir en este punto podría, en teoría, tener un gran impacto", afirmó el profesor adjunto Roelof Smit, de la Universidad de Copenhague, y autor principal de la investigación publicada en la revista 'Nature Medicine', según recoge Ep.

Un PGS es como una calculadora que combina los efectos de las diferentes variantes de riesgo que porta una persona y proporciona una puntuación general. El PGS logró explicar casi una quinta parte (17%) de la variación del índice de masa corporal de una persona, una cifra mucho mayor que en estudios previos. También comprobaron que su nueva herramienta era dos veces más eficaz que el mejor método anterior para predecir el riesgo de una persona de desarrollar obesidad.

"La obesidad es un importante problema de salud pública, y muchos factores contribuyen a su desarrollo, entre ellos la genética, el medio ambiente, el estilo de vida y el comportamiento. Estos factores probablemente varíen a lo largo de la vida de una persona, y creemos que algunos de ellos se originan en la infancia", señala la doctora Kaitlin Wade, profesora asociada de Epidemiología en la Universidad de Bristol y segunda autora del artículo.

El equipo de investigación también analizó la relación entre el riesgo genético de obesidad y el impacto de las intervenciones para bajar de peso, como la dieta y el ejercicio, en el estilo de vida. Descubrieron que las personas con mayor riesgo genético de obesidad respondían mejor a las intervenciones, pero también recuperaban peso más rápidamente al finalizarlas.

A pesar de basarse en los genomas de una población más amplia, el nuevo PGS presenta limitaciones. Por ejemplo, fue mucho más eficaz para predecir la obesidad en personas con ascendencia similar a la europea que en personas con ascendencia africana. Esto pone de manifiesto la necesidad de realizar trabajos como este en grupos más representativos.