Investigación
Descubiertos unos biomarcadores que pronostican el mieloma múltiple
Un estudio del Hospital 12 de Octubre halla que la dieta rica en fibra puede mejorar la supervivencia de estos pacientes
Cada año se diagnostican en España más de 3.000 nuevos casos de mieloma múltiple. Es una enfermedad que puede permanecer silente muchos años antes del diagnóstico. Una detección temprana es vital, ya que puede conducir a un tratamiento precoz y evitar, incluso, que la enfermedad se active.
En este sentido, una investigación española ha descubierto que «una dieta rica en ácidos grasos de cadena corta hace que los pacientes con mieloma múltiple tengan una mejor respuesta al tratamiento, lo que puede mejorar su supervivencia», explica a A TU SALUD la doctora María Linares, del Instituto de Investigación i+12 del Hospital 12 de Octubre y de la Universidad Complutense de Madrid, y autora del estudio, junto a Joaquín Martínez, jefe de Servicio de Hematología del 12 de Octubre, y Alba Rodríguez García, autora de la tesis doctoral.
En concreto, el trabajo, publicado en «Clinical Cancer Research», ha descubierto que determinados microorganismos, que producen estos ácidos en el colon durante la digestión, están asociados con una mejor respuesta al tratamiento de los pacientes con mieloma múltiple, lo que supone también que la detección de ciertas bacterias en las heces (Prevotella, Blautia y Agathobacter) y algunos metabolitos en la sangre (propionato, acetato y butirato) pueden predecir la respuesta a la terapia.
«La fibra es una de las principales fuentes que distintas bacterias pueden transformar en ácidos grasos de cadena corta. Por tanto, llevar una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y legumbres, como alcachofas, manzanas, guisantes y cereales integrales, favorecerá el crecimiento de las bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta. Además, hay alimentos ricos en este tipo de metabolitos, entre ellos algunos lácteos como el queso parmesano, aunque sin abusar», afirma.
Y esta mejor respuesta al tratamiento se ha detectado «también en aquellos pacientes en estadio previo asintomático, por lo que una dieta rica en fibra en estos pacientes pre-mieloma es crucial como estrategia de prevención», precisa la doctora.
Algo clave, ya que esta neoplasia maligna hematológica tiene una etapa premaligna asintomática, denominada gammapatía monoclonal, que precede consistentemente al desarrollo de la enfermedad. Casi el 15% de estos pacientes progresarán a mieloma múltiple. La introducción de determinados fármacos ha extendido la supervivencia, pero en última instancia la mayoría de los pacientes morirán a causa de su enfermedad.
Hay, por lo tanto, una necesidad urgente de una mejor comprensión de la evolución de la enfermedad para reducir el riesgo, como piden desde hace años los pacientes.
Pues bien, esta investigación estudia si la microbiota intestinal y las sustancias o los metabolitos producidos por ella están alterados en las gammapatías monoclonales y su papel potencial en el mieloma múltiple, así como en su respuesta al tratamiento.
El trabajo en cuestión analizó muestras de suero y heces de una cohorte de 46 individuos, validado en muestras de otra cohorte de 62 pacientes de mieloma múltiple.
Los investigadores observaron alteraciones, en concreto, en los pacientes con enfermedad activa y en aquellos con mal pronóstico que después del tratamiento se comprobó una reducción en los productores de ácidos grasos de cadena corta.
Por otro lado, las bacterias involucradas en la producción de ácidos grasos de cadena corta estuvieron más representadas en los pacientes en un estadio premaligno o en remisión completa de la enfermedad, mostrando una mejor supervivencia general.
El trabajo, financiado por el Ministerio de Ciencia, demuestra que los ácidos grasos de cadena corta y la microbiota intestinal asociada con su producción «son biomarcadores del desarrollo de la enfermedad, pero sobre todo que pronostican la respuesta al tratamiento», lo que subraya su potencial terapéutico y su valor como predictor.
«Queremos usar estos metabolitos microbianos –prosigue– como nuevos agentes terapéuticos o incluso a través de una dieta que favorezca su producción».
En la actualidad, los pacientes de mieloma acceden a distintos tratamientos, algunos complejos y con efectos secundarios, en combinación con el trasplante de médula.
Esta investigación, la primera que caracteriza la microbiota y la producción de metabolitos en distintos estadios de la enfermedad, incluyendo la respuesta al tratamiento, trata de ofrecer alternativas para evitar estos efectos, en combinación con las terapias actuales en mieloma o que podrían administrarse en pacientes con gammapatías que actualmente no reciben ningún tratamiento.
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