Investigación

Descubren propiedades anticancerígenas en un hongo tóxico vinculado con muertes en excavaciones de tumbas antiguas

La terapia con 'Aspergillus flavus' mostró "efectos potentes" contra las células de leucemia, según una investigación publicada esta semana

Aspergillus fumigatus
Aspergillus fumigatusWikipedia

Los hongos tienen una larga historia de uso en ceremonias tradicionales. Dsede hace una década, algunas especies están teniendo una etapa "dorada" en la investigación de nuevos compuesto para enfermedades. Un ejemplo claro es la psilocibina, una sustancia química presente en ciertos tipos de hongos que crecen en casi todos los continentes que, durante décadas, estuvo denostada por estar vinculada a su uso recreativo como alucinógeno. Ahora, está cerca de lograr el visto bueno de la agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos (FDA) como tratamiento en combinación con psicoterapia para la depresión mayor y el trastorno por estrés postraumático.

Esta semana, la revista Nature Chemical Biology publica un interesante estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Pensilvania que han logrado convertir el 'Aspergillus flavus', un hongo conocido por su toxicidad y vinculado a muertes en excavaciones de tumbas antiguas, en un "prometedor" compuesto anticancerígeno que abre "nuevas fronteras" en el campo de los medicamentos antifúngicos.

"Los hongos nos dieron la penicilina (...) Estos resultados demuestran que aún quedan muchos más medicamentos derivados de productos naturales por descubrir", ha afirmado la autora principal del estudio y profesora asociada del programa Penn Compact de la Universidad de Pensilvania, Sherry Gao.

El 'Aspergillus flavus' provocó una serie de muertes prematuras entre los equipos de excavación que entraron en la tumba del rey Tutankamón en la década de 1920, y entre aquellos que hicieron lo propio en el sepulcro de Casimiro IV en Polonia durante la década de 1970. Ahora se ha convertido en la "fuente improbable de una nueva y prometedora" terapia contra el cáncer, que rivaliza con los fármacos aprobados por la FDA y abre nuevas fronteras en el descubrimiento de más medicamentos fúngicos.

La terapia en cuestión consiste en someter al hongo a un proceso denominado RiPP que potencia sus propiedades anticancerígenas. "Purificar estas sustancias químicas es difícil", afirmó Qiuyue Nie , investigadora postdoctoral y primera autora del artículo. "Si bien se han identificado miles de RiPPs en bacterias, solo se han encontrado unas pocas en hongos".

Una vez lograron purificar cuatro RiPP diferentes, los científicos descubrieron que las moléculas compartían una estructura única de anillos entrelazados que bautizaron como asperigimicinas, de las que dos de ellas tuvieron "efectos potentes" contra las células de leucemia.

El análisis genético realizado indicó que una proteína específica de 'Aspergillus flavus' es una fuente de RiPP fúngicos; al desactivar los genes que producen dicha proteína, los marcadores químicos que indicaban la presencia de RiPP también habían desaparecido. Esta potenciación por parte de los lípidos tiene que ver con el gen SLC46A3, que ayuda a que los materiales salgan de los lisosomas, unas bolsas que recogen los materiales extraños que entran en las células.

"Este gen actúa como una puerta de entrada. No solo facilita la entrada de las asperigimicinas a las células, sino que también puede permitir que otros péptidos cíclicos hagan lo mismo", afirmó Nie, según recoge Ep. La científica también destacó que saber que los lípidos pueden afectar a la forma en que este gen transporta sustancias químicas a las células proporciona "otra herramienta" para el desarrollo de fármacos.

Los ciantíficos también descubrieron que las asperigimicinas "probablemente" alteran el proceso de división celular, aunque no tienen casi ningún efecto sobre las células de cáncer de mama, de hígado o de pulmón, lo que sugiere que sus efectos son específicos para ciertos tipos de células, como las de leucemia.

Además, lograron identificar otros grupos de genes similares en otros hongos, lo que indica la existencia de más RiPPS fúngicos por descubrir. El siguiente paso en esta línea de investigación será probar las asperigimicinas en modelos animales.