Día Mundial

Diagnóstico precoz y Medicina de Precisión cercan al cáncer de próstata

Se trata del cáncer más frecuente y el tercero más mortal entre los varones, pero nueve de cada diez se curan gracias a las nuevas herramientas terapéuticas

Aseguran los expertos que, si viviéramos una media de cien años, todos los hombres acabarían desarrollando un cáncer de próstata. Y aunque ese extremo todavía es una utopía, lo cierto es que las estadísticas ya confirman que se trata de una espada de Damocles que sobrevuela a un gran número de varones. En concreto, se estima que se diagnostican más de 29.000 casos de cáncer de próstata al año, convirtiéndose así en el tumor más detectado en nuestro país entre los hombres, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Esa alta frecuencia ha provocado que esta enfermedad se encarame en el tercer puesto del macabro pódium de los tumores más mortales en varones, con cerca de 6.000 fallecimientos al año, tan solo por detrás del de pulmón y el colorrectal.

Ante ese escenario que, a priori, puede resultar oscuro, hay motivos más que contundentes para ser optimistas y dejar entrever esperanzadores rayos de luz. Así se puso de manifiesto el pasado miércoles durante el I Foro de Cáncer de Próstata organizado por LA RAZÓN, en colaboración con ROC Clinic, con motivo del Día Mundial del Cáncer de Próstata, que se conmemora cada 11 de junio.

La cita arrancó con un panel de expertos encabezados por el doctor Javier Romero-Otero, director médico de ROC Clinic y director del Departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid, quien estuvo acompañado en la sala por el doctor Alfredo Rodríguez Antolín, jefe de Servicio de Urología del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, y del doctor Juan Francisco Rodríguez Moreno, oncólogo médico y coordinador del área de cáncer de próstata y melanoma en HM CIOCC. Además, en el coloquio participó el doctor Karim A. Touijer, experto en próstata en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, quien se conectó de manera telemática.

Los cuatro expertos coincidieron en la necesidad de transmitir un mensaje de optimismo para aquellos que se enfrentan a esta enfermedad. «Vivimos un momento dulce en el abordaje del cáncer de próstata porque lo diagnosticamos muy pronto, antes de que sea mortal, gracias a herramientas muy certeras; tenemos una terapéutica muy buena que nos permite ser muy eficaces con escasos efectos secundarios y, finalmente, en los estadios finales de la enfermedad, gracias a la exitosa investigación desarrollada en los últimos años se ha autorizado un gran número de moléculas que no solo han aumentado la supervivencia de los pacientes, sino que, además, han mejorado muchísimo la calidad de vida de los mismos. Por todo ello, debemos concienciar a la población masculina de la importancia de acudir a las revisiones anuales, porque en caso de que se diagnostique algo, hay muchas soluciones a nuestra disposición», aseguró el doctor Romero-Otero.

De hecho, tal y como apuntó el doctor Rodríguez Antolín, «nueve de cada diez tumores de próstata que diagnosticamos hoy en día en estado localizado son curables, mientras que apenas un 5% se detecta en fase metastásica. Por eso tenemos argumentos más que sólidos para invitar a los varones a que visiten a su urólogo para hacer una revisión de su PSA a través de la analítica y un tacto rectal anual».

En este sentido, el doctor Touijer recordó que «hay estudios randomizados en Europa que demuestran que con el ‘‘screening’’ con PSA se salvan vidas y se reduce la tasa de mortalidad un 30% a largo plazo. Y en EE UU, después de algunas dudas, el tiempo ha dado la razón y está claro que el cribado con PSA es fundamental». Sin embargo, el doctor Rodríguez Antolín matizó que «el PSA hay que saber leerlo, pues es un marcador poco específico y se corre el riesgo de sobrediagnosticar tumores de bajo riesgo. Por suerte, cada vez tenemos herramientas más precisas, como la resonancia magnética y, en caso de necesidad, hemos cambiado la biopsia transperineal por la de fusión guiada con resonancia magnética y bien dirigida al nódulo prostático. Este es el estándar actual y los resultados son muy superiores. Sin embargo, no hay que olvidar que esto todavía no es posible en todos los hospitales de nuestro país, pero tampoco de Europa o de EE UU».

Abordaje multidisciplinar

Una vez diagnosticado el cáncer de próstata, el abordaje que se realiza actualmente de la enfermedad nada tiene que ver al que se hacía años atrás. «Hoy en día trabajamos con equipos multidisciplinares que analizan cada caso de forma individualizada, pero teniendo en cuenta todas las aristas y en un contexto integral. Esto es muy enriquecedor para el profesional, pero también para el paciente», aseguró el doctor Rodríguez Moreno, quien hizo hincapié en que «gracias a los test genéticos que tenemos a nuestra disposición ya somos capaces de anticiparnos al pronóstico de cada caso, además de darnos información diagnóstica, es decir, en función de las características del tumor podemos optar por terapias dirigidas que sabemos que van a funcionar mejor. Esto nos permite escoger el abordaje de cada paciente de una manera personalizada».

De hecho, cuando se trata de un varón de edad avanzada y el tumor no muestra rasgos de agresividad es posible, incluso, «optar por la vigilancia activa, que implica análisis de sangre con PSA y resonancia magnética en los dos primeros años para ver si el tumor se va haciendo más agresivo», detalló el doctor Romero-Otero. Otras alternativas son la cirugía y la radioterapia. «En el primer caso, una prostatectomía radical se puede hacer con bisturí, laparoscopia o con robot. En cualquier caso lo importante es ponerse en manos de un buen cirujano, pues los resultados oncológicos suelen ser similares», reconoció el doctor Rodríguez Antolín. Y es que, el objetivo en estos casos siempre es curarse del tumor, pero no hay que olvidar que tanto en esta intervención radical como en la radioterapia pueden aparecer secuelas como incontinencia y disfunción eréctil, «algo que puede mermar la calidad de vida del paciente», apuntó el doctor Rodríguez Antolín. Sin embargo, tal y como confirmó el doctor Romero-Otero, «ya tenemos soluciones para la gran mayoría de esos casos, gracias a la rehabilitación, a la intervención quirúrgica con una malla o esfínter urinario, en el caso de las pérdidas de orina, mientras que disponemos de inyecciones intravenosas e incluso prótesis de pene para las situaciones de disfunción eréctil».

Recaídas

Tras apostar por un abordaje curativo de la enfermedad puede ocurrir que, al cabo del tiempo, el PSA comience a subir de nuevo y, a largo plazo, el cáncer regrese, lo que se convierte en un jarro de agua fría para el paciente. «Pero hay que desmitificar la palabra recidiva porque ya tenemos herramientas muy sensibles que nos permiten hacer un seguimiento muy estricto y anticiparnos a las recaídas. Tenemos a nuestra disposición la radioterapia y la hormonoterapia con inyecciones que se ponen cada tres o seis meses y que ya van por la tercera generación con un gran perfil de tolerabilidad que permiten al paciente llevar una vida activa y totalmente independiente», explicó el doctor Rodríguez Moreno, quien avanzó que «ya van llegando alternativas tan efectivas como los radiofármacos, que son medicamentos intravenosos que irradian las células ‘‘malas’’ desde dentro, siendo capaces de discriminar entre las células tumorales de las que no lo son, a diferencia de lo que ocurre con la quimioterapia, que cada vez se usa menos en este tumor».

Por todo ello, el doctor Rodríguez Antolín cerró su intervención asegurando que «el futuro del cáncer de próstata es espléndido, pero es que el presente ya resulta impresionante. Los tumores de bajo riesgo prácticamente se curan todos, y los de mayor agresividad nos obligan a realizar una carrera de fondo, pero con un buen final». Así, el doctor Romero-Otero puso el broche a esta mesa redonda insistiendo en la necesidad de «detectar a tiempo el tumor con herramientas diagnósticas muy certeras y poco invasivas, abordándolo con terapias que curan y dejan pocas secuelas, y si aparecen se pueden tratar, pero la clave está en acudir a tiempo».