Vuelta al cole
El dolor de espalda aumenta en escolares y no es por la mochila
El Colegio de Fisioterapeutas de Madrid rompe con este mito y con el de la postura idónea al sentarse
Como adultos, muchas veces nos sorprende que un niño o un adolescente pueda quejarse de dolores en la espalda. Pero la realidad es que de un tiempo a esta parte se ha convertido en uno de los motivos de visita más frecuente a las consultas médicas. De hecho, ha aumentado durante las últimas décadas, a pesar de recomendaciones como aligerar el peso de las mochilas o buscar una postura perfecta en clase.
Así, según los datos facilitados por el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, el 18,3% de los adolescentes tenía dolor de espalda crónico en el curso 2001-2002, porcentaje que se elevó al 19,3% en el curso 2005-06, al 20,4% en el de 2009-2010 y al 21,6% en el de 2013-2014, según un estudio de la Universidad Rovira y Virgili (URV).
Además, «tanto las mujeres como las niñas sufren más dolor de espalda que ellos», explica a este suplemento Pablo Herrera, vicedecano del citado colegio.
Con motivo de la vuelta al cole, los fisioterapeutas madrileños quieren romper con mitos muy extendidos, como que el peso de las mochilas puede provocar escoliosis o que existen posturas perfectas al sentarse en clase, por ese motivo han actualizado su campaña de «Fomento de hábitos saludables en escolares» a partir de los últimos estudios científicos.
Y es que, aunque todos hayamos leído largo y tendido sobre los problemas de espalda que causan las mochilas, lo cierto es que, salvo en casos excepcionales, su peso no provoca dolores de espalda ni escoliosis, como se pensaba hasta hace poco.
«Puede causar problema de espalda si tu cuerpo no está preparado para llevar ese peso. El problema no es mochila en sí, sino que una actividad supere tu capacidad de llevarla», explica Herrera.
En cuanto al peso, «la mochila de casa al cole y del cole a casa, que en España supone 20 minutos como mucho a día de hoy, no es un esfuerzo excesivo. Siempre y cuando no metan de todo. Lo importante, tal y como recomendamos los fisioterapeutas, es poner las cosas más pesadas cerca de la espalda, llevar lo imprescindible y con las dos asas de la mochila cogidas».
Herrera apunta que «el miedo es peor que el peso de la mochila, por lo que hay que evitar el efecto nocébico. Si siempre decimos al niño que le va a doler la espalda, le dolerá». Además, «hay estudios que han comprobado que la mochila les molesta menos si les gustan los dibujos que tiene», añade.
En cuanto a la falta de higiene postural, aunque los especialistas recomiendan sentarse derecho en la silla pegando bien la espalda al respaldo, lo cierto es que no hay una postura perfecta que evite molestias de espalda. Lo que hay que hacer es cambiar de posición cada cierto tiempo.
«Por muy eficiente que sea la postura con la que nos sentamos, hay que cambiarla, porque nuestra musculatura a 90 grados trabaja menos, pero cuando te canses va a trabajar más, por eso hay que cambiar de postura habitualmente», hace hincapié el vicedecano de los fisioterapeutas madrileños. «La mejor postura es la que menos dura», añade.
Hay muchos factores que influyen en la aparición del dolor de columna, el más frecuente: el sedentarismo. Y es que la solución para evitar o reducir los dolores de espalda entre los escolares pasa por desfragilizar al alumnado.
Para ello, es necesario fortalecer los cuerpos de los pequeños mediante la actividad física, para que de este modo puedan afrontar los esfuerzos de su edad y prevenir problemas musculoesqueléticos futuros de adultos.
«El dolor de espalda en niños y adolescentes se debe a muchísimos factores, es multifactorial. El enemigo más grande es el sedentarismo. Ellas hacen menos ejercicio que los hombres, aunque últimamente las niñas hacen más deporte que antes», destaca Herrera, que preguntado sobre qué ejercicios pueden hacer, si hay un deporte como la natación que les venga mejor, explica que «la Organización Mundial para la Salud (OMS) recomienda a estas edades realizar una hora ejercicio vigoroso al día, correr, saltar... ya sea deporte o juego. El juego es una actividad que se ha perdido, y lo que tienen que hacer es una actividad que les guste, que les divierta, cualquier actividad que salten o con la que se muevan vale, ya sea deporte reglado o no, de equipo o individual».
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