Salud cardiovascular

El error frecuente al tomar la tensión: así debes hacerlo para no influir en el resultado de la prueba

La decisión de iniciar un tratamiento farmacológico se basa en una única medición, realizada en menos de un minuto

El error frecuente al tomar la tensión: así debes hacerlo para no influir en el resultado de la prueba
El error frecuente al tomar la tensión: así debes hacerlo para no influir en el resultado de la pruebaFreepik

La toma de la tensión arterial es una prueba rutinaria en consultas médicas y hospitales, pero un ligero cambio en la posición del brazo puede alterar significativamente los resultados. Un estudio reciente llevado a cabo en la Universidad Johns Hopkins ha demostrado que, dependiendo de cómo se coloque el brazo, la medición puede variar hasta siete milímetros de mercurio. Esta diferencia puede ser suficiente para cambiar el diagnóstico de un paciente y, por lo tanto, influir en el tratamiento que reciba.

La investigación, dirigida por la doctora Tammy Brady, reprodujo situaciones habituales en consultas médicas. Participaron 133 voluntarios de entre 18 y 80 años, a quienes se les midió la presión arterial en tres posiciones diferentes: con el brazo apoyado en una mesa, sobre el regazo y colgando al lado del cuerpo. Además, los participantes caminaron dos minutos antes de cada medición y descansaron cinco minutos en una sala tranquila, sentados con la espalda y los pies apoyados.

Los resultados fueron claros: cuando el brazo no estaba apoyado correctamente, la presión arterial subía notablemente. En concreto, con el brazo sobre el regazo, la presión sistólica aumentaba una media de 3,9 mmHg y la diastólica 4 mmHg respecto a la posición ideal. Si el brazo quedaba colgando, la diferencia podía alcanzar los 6,5 mmHg en la sistólica y 4,4 mmHg en la diastólica. Estas cifras pueden suponer el paso de una presión elevada a una hipertensión de etapa 2, lo que conlleva un cambio drástico en el diagnóstico y el tratamiento.

Consecuencias clínicas

La hipertensión arterial es un factor de riesgo clave para infartos y accidentes cerebrovasculares. A menudo, la decisión de iniciar un tratamiento farmacológico se basa en una única medición, realizada en menos de un minuto. Si la técnica no es la adecuada, los resultados pueden ser erróneos y conducir a diagnósticos incorrectos.

Sherry Liu, especialista en salud pública, advierte que una diferencia de solo 6,5 mmHg puede llevar a confundir un resultado normal con uno patológico.

¿Cómo se debe medir la presión arterial?

La Asociación Americana del Corazón recomienda que el paciente esté sentado en una silla con respaldo, con los pies apoyados en el suelo y el brazo reposando sobre una superficie firme a la altura del corazón. El manguito debe colocarse a la mitad del brazo, que debe estar relajado y alineado con el atrio derecho.

Sin embargo, en la práctica diaria, a menudo se saltan estos protocolos. En consultas saturadas, es frecuente que los pacientes sujeten su propio brazo o que se sienten en camillas sin el apoyo adecuado. Estos pequeños descuidos pueden tener grandes consecuencias a largo plazo.

Muchas personas miden su presión arterial en casa, pero no siempre lo hacen correctamente. Las mesas de cocina suelen estar demasiado bajas, lo que puede distorsionar los resultados. Colocar un cojín bajo el codo o utilizar una superficie más alta puede ayudar a corregir este problema. También es fundamental elegir un manguito del tamaño adecuado, ya que uno demasiado estrecho puede elevar la lectura entre 5 y 10 mmHg.