Nueva investigación

España conserva más de 60.000 embriones congelados abandonados que no se pueden destruir

Corren un destino incierto: las parejas dejan de pagar y se desentienden de ellos, no se pueden donar a otra mujer o a la investigación científica y las clínicas ya no saben qué hacer

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Más de 60.000 embriones congelados están abandonados en EspañaInstituto Berbabeu

En España hay 60.005 embriones congelados en situación de abandono. El problema, es que los centros de reproducción asistida no los pueden destruir. No es que esté prohibido. Se trata, más bien, de un vacío legal. Quienes los donaron han dejado de pagar por su mantenimiento o permanecen ilocalizables.

Así que son 60.005 óvulos fecundados por espermatozoides que no valen para ser donados a otras parejas o mujeres solas. Son 60.005 embriones que no se pueden utilizar para la investigación, pero tampoco se pueden destruir, ante la posibilidad de que fueran reclamados en un futuro por sus progenitores.

Son 60.005 embriones criopreservados en bombonas de nitrógeno líquido y abandonados. Son un dilema ético y moral para la medicina. Al menos, hasta que se resuelva qué hacer con ellos.

La cifra no es nueva. Se destapó el año pasado, en mayo de 2022, gracias a una investigación llevada a cabo por el Grupo de Ética y Buena Práctica Clínica de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Desde entonces, nada o muy poco ha cambiado. Por el contrario, lo más posible es que ese inquietante número haya ido en aumento.

En total, en España, hay 668.082 embriones en los bancos de conservación. El retraso de la maternidad en España ha causado que cada vez más personas requieran tratamientos de fertilidad y congelen sus óvulos fecundados. La demanda se ha disparado en el último año, con un aumento del 20%, según la SEF.

«Tenemos que distinguir entre lo que denominamos "embriones abandonados" de lo que los especialistas clasificamos como embriones a los que no podemos dar el destino elegido por sus progenitores. Las causas por las que un embrión puede acabar abandonado son diversas. Lo más habitual es que sea porque sus dueños se desentiendan de ellos o que la pareja sea imposible de localizar», explica Jaime Guerrero, director del Programa de Donación de ovocitos y criobiología de Instituto Bernabeu.

En España, y dentro de las opciones que permite la ley, aproximadamente el 45% de los embriones congelados son destinados al uso por los propios pacientes, mientras que el 5% son donados a otras parejas con fines reproductivos, el 18% se destina a fines de investigación y el 18% restante tiene como destino la destrucción. Sin embargo, existe algo más del 10% para los que no existe un destino definido, que suponen un problema ético y legal.

La Ley sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida indica que las clínicas tienen la obligación de solicitar periódicamente a la mujer o pareja progenitora la renovación o modificación del consentimiento donde consta el destino elegido para sus embriones. Si tras dos intentos los pacientes no cumplen con este requisito, los embriones quedarían a disposición del centro y podrían destinarlos conforme a su criterio a cualquiera de los fines citados. Pero la realidad es más compleja que eso.

[[H2:Los embriones congelados abandonados están en «un limbo legal»]]

Aunque la ley contempla que el destino de los embriones abandonados pasaría a ser competencia de las clínicas, lo cierto es que esto tiene sus limitaciones. Muchos de estos embriones no reúnen los requisitos mínimos para ser donados a otras parejas. Tampoco se pueden dirigir a proyectos de investigación porque son inexistentes. Y, como hemos mencionado, eliminarlos es un dilema moral.

«La legislación no es tajante y no deja claro qué pasaría si los progenitores aparecieran después de haberse desentendido durante años y los reclamaran. Esta incertidumbre provoca que la mayoría de centros optemos por conservarlos indefinidamente hasta que la ley aclare esta situación. Es decir, estos embriones quedan en el limbo, sin que puedan destinarse en muchas ocasiones para otras parejas o para la investigación científica», explica Guerrero.

Esta situación genera una serie de problemas logísticos a las clínicas de medicina reproductiva. La preservación de estos embriones, según indican los especialistas en medicina reproductiva del Instituto Bernabeu, tiene un coste importante, ya que el mantenimiento de las instalaciones es costoso, el consumo de nitrógeno líquido también es elevado, y se requiere cada vez más espacio en los tanques donde se almacenan.

A pesar de que son necesarios ciertos ajustes, según reconoce el equipo médico de Instituto Bernabeu, la Ley de Reproducción Asistida de nuestro país es una de las más avanzadas del mundo y es una referencia tanto por las técnicas que regula como por las personas destinatarias. De hecho, pacientes de todo el mundo visitan España con el objetivo de llevar a cabo su tratamiento de fertilidad. En IB, en concreto, atienden anualmente a pacientes llegados de 137 países diferentes.

El aumento de los tratamientos de fertilidad se une a la caída en picado de la natalidad en España. Según reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la cifra de niños nacidos en España baja progresivamente, descendiendo de 1,37 a 1,19 el número de hijos por mujer de 2010 a 2021. Por contra, la edad media a la que las españolas tienen su primer hijo no deja de subir, superando los 32,6 años en la actualidad (en 2010 la edad era 29,8 años), con las dificultades que esto puede generar para la fertilidad femenina.

Por este motivo, cada vez más parejas recurren a especialistas para concebir y, sólo en España, en 2021 nacieron un total de 40.638 bebés por técnicas de reproducción asistida, lo que supone el 11,8 % de los nacimientos, según SEF.