Prevención
Por estas razones también hay que cuidar las uñas
Los pies deben cuidarse de la misma manera que cuidaríamos cualquier otra parte de nuestra anatomía
Este año el buen tiempo se ha adelantado haciendo que todos saquemos las sandalias antes de lo esperado, con lo que ello conlleva. Cuidarse los pies debería de ser una constante, independientemente de la estación en la que nos encontremos, pero lo cierto es que es ahora cuando la gente les presta más atención.
Los pies deben cuidarse de la misma manera que cuidaríamos cualquier otra parte de nuestra anatomía, aunque muchas veces terminamos decantándonos por lo más económico, y lo barato nos termina saliendo muy caro. Acudir a centros no cualificados tiene sus consecuencias, siendo las más comunes las infecciones micóticas (causadas por la proliferación de determinados hongos) y las bacterianas.
Dentro de una larga lista de enfermedades destaca la tiña de los pies o «pie de atleta», cuyo principal síntoma es la descamación entre los dedos, la tiña ungueal con engrosamiento y pérdida de la uña o la afectación por cándida, la cual se diferencia de la anterior en que la uña se ve afectada más en la base que en el extremo.
El riesgo de acudir a un centro cuyo material no ha sido debidamente esterilizado puede tener como consecuencia la adquisición de ciertas enfermedades o infecciones, las cuales en muchos casos conllevan un tratamiento largo y pesado.
Un producto de baja calidad puede hacer que poco a poco la uña vaya perdiendo grosor y brillo llegando a provocar la deformidad y pérdida de esta.
Debemos de escoger muy bien aquellos sitios en los que de una u otra manera van a tratar nuestros pies, siendo una prioridad absoluta el cumplimiento de la legislación vigente en cuanto a requisitos higiénico sanitarios.
Al fin y al cabo: ¿qué hay mejor que ir por la vida pisando fuerte?
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