Estos son los consejos que necesitas para gestionar el TDAH en niños

En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se posiciona como uno de los temas centrales de la conversación sobre la salud mental infantil. El TDAH es un trastorno neurobiológico que afecta aproximadamente al 5% de la población infantil a nivel mundial y se caracteriza por síntomas de inatención, hiperactividad e impulsividad que interfieren en el desarrollo y funcionamiento del niño en diversos contextos, como la escuela, el hogar y las relaciones interpersonales.

Según los especialistas, el TDAH no se trata de una simple falta de disciplina o de niños “inquietos”, sino de una condición compleja que requiere atención integral y estrategias específicas para apoyar a los niños que la padecen. Los expertos subrayan que un diagnóstico temprano y la implementación de pautas efectivas son fundamentales para ayudar a los pequeños a desarrollar habilidades que les permitan gestionar sus síntomas y mejorar su calidad de vida.

¿Qué es el TDAH?

El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se manifiesta a través de tres tipos principales de síntomas:

Inatención: Dificultad para concentrarse, tendencia a cometer errores por descuido, olvidos frecuentes y problemas para seguir instrucciones o finalizar tareas.

Hiperactividad: Comportamiento inquieto, dificultad para permanecer sentado, necesidad de moverse constantemente y hablar de manera excesiva.

Impulsividad: Tendencia a interrumpir a los demás, dificultad para esperar su turno, y comportamientos impulsivos que pueden llevar a riesgos innecesarios.

El trastorno suele detectarse entre los 6 y los 12 años, y su diagnóstico es complejo, ya que los síntomas deben presentarse en más de un entorno (escuela y hogar, por ejemplo) y ser persistentes durante al menos seis meses. Además, es importante que los síntomas interfieran significativamente en la vida diaria del niño.

Pautas para Gestionar el TDAH en Niños

Los especialistas recomiendan un enfoque multifacético que combine estrategias psicoeducativas, cambios en el entorno y, en algunos casos, tratamiento farmacológico. A continuación, se presentan algunas pautas para padres y educadores:

Establecer Rutinas Claras: Los niños con TDAH se benefician de la previsibilidad y la estructura. Definir un horario diario para las tareas, las comidas y las horas de sueño ayuda a reducir la ansiedad y la distracción.

Uso de Reglas y Expectativas Específicas: Las instrucciones deben ser claras y concisas. Es útil dividir las tareas complejas en pasos pequeños y utilizar ayudas visuales, como listas o pictogramas, para guiar al niño a través de ellas.

Refuerzo Positivo: Es fundamental elogiar los logros, incluso los pequeños, y reforzar los comportamientos positivos. El uso de un sistema de recompensas puede motivar al niño a seguir patrones de comportamiento adecuados.

Ambiente Libre de Distracciones: Crear un entorno de estudio sin elementos que puedan desviar la atención (juguetes, dispositivos electrónicos, etc.) favorece la concentración. También es recomendable establecer tiempos de descanso para evitar la sobrecarga.

Colaboración con la Escuela: Los maestros juegan un papel clave en el manejo del TDAH. Establecer una comunicación regular con la escuela para compartir estrategias y ajustar el entorno de aprendizaje es fundamental.

Terapias Conductuales y Psicológicas: La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser efectiva para enseñar a los niños a regular sus emociones, reducir los comportamientos problemáticos y desarrollar habilidades sociales.