Opinión

Éxito frente a las bacterias

Un equipo interdisciplinar de científicos y clínicos de la Universidad estadounidense de Nevada logra neutralizar una bacteria dañina, potencialmente mortal

Microfotografía de heces en un paciente con shigelosis, que también se conoce como "disentería por Shigella" o "disentería bacteriana" | Dominio Público
Microfotografía de heces en un paciente con shigelosis, que también se conoce como "disentería por Shigella" o "disentería bacteriana" | Dominio PúblicoLa Razón

La neutralización de una bacteria dañina, potencialmente mortal, que causa infección intestinal y cuyo principal signo de infestación es la diarrea con aparición de sangre, ha sido lograda por un equipo interdisciplinar de científicos y clínicos de la Universidad estadounidense de Nevada.

La bacteria Shigella, que origina «shigelosis», es altamente contagiosa y, como otros agentes patógenos, ofrece resistencia en muchos casos a los antibióticos.

Las personas se infectan con ella cuando entran en contacto con pequeñas cantidades de bacterias de las heces de otra persona infectada por ella.

Por ejemplo, en las guarderías cuando el personal no se lava bien las manos después de cambiar los pañales o al enseñar a los niños de uno a dos años a usar el baño.

Los expertos saben muy bien que la bacteria Shigella también se puede transmitir a través de alimentos infectados o al beber o bañarse en agua no potable.

Ahora y como detalla la profesora Helen Wing en su estudio que aparece en la revista «mBIO», este agente patógeno contiene la proteína «VirB» que, cada año, causa centenares de miles de muertes en niños en todo el mundo. Anulando esta proteína, la Shigella deja de ser infecciosa, asegura.

Una parte fundamental de este estudio científico es el trifosfato de citidina (CPT) y el papel que desempeña en de-sencadenar la infección, según esta microbióloga que compagina su trabajo financiado fundamentalmente por los Institutos Nacionales de Salud (INH) de Estados Unidos con la edición de la publicación «Genes».

Este hallazgo biomédico abre la puerta para que los clínicos puedan tratar otras enfermedades bacterianas, que también incluyen proteínas similares.