Salud

Explican por fin cómo fumar ayuda a adelgazar y por qué dejarlo engorda

El estudio presentado en el Congreso Europeo de la Obesidad revela datos desconocidos, como que los fumadores pican menos entre horas o que son un 70% más propensos a añadir sal

Explican por fin cómo fumar ayuda a adelgaza y por qué dejarlo engorda
Explican por fin cómo fumar ayuda a adelgaza y por qué dejarlo engordaFreepik

¿Fumar ayuda a adelgazar? Hay estudios que denominan que esta afirmación es un falso mito, pero otros avalan el mecanismo adelgazante del tabaco. De hecho, una excusa habitual de los fumadores para no dejar de fumar es que el tabaco engorda. ¿Es eso cierto? Si así fuera ¿cómo se podría paliar? Una nueva investigación asegura poder clarificar todas estas dudas, gusten más o menos.

Presentado en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO2024), que este año se celebra en Venecia del 12 al 15 de mayo, el trabajo sugiere que los fumadores tienden a comer menos y a tener una dieta menos saludable que los no fumadores. «Esto podría ayudar a explicar por qué los fumadores suelen ganar peso cuando dejan de fumar», adelanta el Dr. Scott Willis, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Loughborough (Reino Unido).

A partir de este hallazgo, el trabajo profundiza mucho más en cómo fumar interviene en nuestro peso y en nos hace adelgazar o engordar cuando lo dejamos. Más de 80.000 personas adultas participaron en este estudio británico, que hace hincapié en lo importante que es que los sistemas nacionales de salud proporcionen apoyo nutricional y de control de peso a los fumadores, especialmente a los que intentan dejar de fumar.

Y es que, a riesgo de echar sal a la herida, la realidad es que «las personas que fuman suelen tener un peso corporal y un índice de masa corporal (IMC) más bajos que los no fumadores, mientras que dejar de fumar se asocia a un aumento de peso», indica la investigación. Las pruebas del trabajo también indican que los fumadores pueden utilizar el tabaco para controlar su apetito y su peso.

De hecho, las investigaciones preclínicas que cita el estudio sugieren que la nicotina del tabaco puede suprimir el apetito e influir en el comportamiento alimentario posterior. Sin embargo, la relación entre el hábito de fumar y la conducta alimentaria en humanos no estaba aún del todo clara. Por eso, los investigadores británicos examinaron a fondo qué vínculos hay entre fumar y la dieta, en una cohorte de población amplia.

Resultado sorprendente: fumar hace que te saltes comidas

Durante el estudio se recogieron datos sobre el hábito tabáquico y peso de los participantes durante 18 años (de 2004 a 2022). Se les dividió en dos grupos: fumadores y no fumadores. El primero estaba formado por 6.454 personas de unos 40 años y el segundo por 77.327 personas con una edad media de 44 años.

Todos los participantes rellenaron cuestionarios en los que se les preguntaba por su edad, sexo, estatus socioeconómico y hábito de fumar, así como por sus conductas alimentarias y dietéticas habituales. También se midió su IMC. Dieron con un sorprendente resultado: los fumadores tenían el doble de probabilidades de saltarse comidas .

Las personas que fuman también tenían un 50% más de probabilidades de pasar más de tres horas sin comer que los no fumadores. También eran más propensas a hacer menos comidas al día y a tener dificultades para dejar algo en el plato. Además, los fumadores tenían un 35% menos de probabilidades de picar entre horas y también eran menos propensos a comer alimentos como recompensa o por aburrimiento que los no fumadores.

Asimismo, en comparación con los no fumadores, los fumadores eran entre un 8% y un 13% menos propensos a comer alimentos dulces entre comidas y como postre. Sin embargo, eran un 8% más propensos a comer alimentos fritos y un 70% más propensos a añadir sal, y un 36% más propensos a añadir azúcar, a las comidas.

Los hombres fumadores siguen peores dietas

El estudio no niega que estas relaciones variaron en función de la edad, el sexo y el nivel socioeconómico de las personas. Así, la observación más consistente fue que estas relaciones eran más fuertes en los individuos de más edad en comparación con los más jóvenes.

Además, la relación entre el tabaquismo y una mayor probabilidad de añadir sal y azúcar a las comidas era más fuerte en los hombres que en las mujeres, lo que sugiere que los fumadores varones pueden ser especialmente susceptibles de adoptar hábitos alimentarios menos saludables.

«La preocupación por engordar es un motivo frecuente por el que los fumadores no intentan dejar de fumar o fracasan en su intento", afirma el Dr. Willis. «Nuestros resultados indican que el tabaquismo se asocia a patrones de conducta alimentaria coherentes con una menor ingesta de alimentos y una peor calidad de la dieta», señala.

Esta dieta se caracteriza «por la ingesta frecuente de fritos y la adición de sal y azúcar a las comidas». Esto, añade, «podría ayudar a explicar el aumento de peso que se observa habitualmente cuando la gente deja de fumar».

El otro autor principal y especialista en Aparato Respiratorio, el Dr. Arwa Alruwaili, añade que «estos resultados refuerzan la importancia de proporcionar apoyo nutricional y de control del peso en los esfuerzos a gran escala para prevenir y reducir el tabaquismo en la población general del Reino Unido».

Hacerlo, indica, «podría ayudar a promover con más éxito los intentos de dejar de fumar y a mejorar los hábitos alimentarios de las personas y las numerosas enfermedades relacionadas con estos dos importantes riesgos para la salud».

Para finalizar, los autores señalan que los resultados proceden de observaciones y que en este tipo de estudios poblacionales no se puede determinar una relación causa-efecto entre el tabaquismo y la alteración de los hábitos alimentarios. Así, los análisis no tienen en cuenta la influencia de otros factores de riesgo conocidos, como la salud psicológica y los niveles de actividad física.