Entrevista

Francisco Javier Díaz Gálvez: «Está en auge la medicina personalizada en leucemia linfocítica crónica»

«Los tratamiento dirigidos contra moléculas específicas son altamente eficaces y tienen menos toxicidad que la quimio», asegura el jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario de Burgos

Francisco Javier Díaz Gálvez
Francisco Javier Díaz GálvezCEDIDALA RAZÓN

En el marco del Día Mundial de la Leucemia Linfocítica Crónica (LLC), que se celebró el 1 de septiembre, el doctor Javier Díaz Gálvez explica los últimos avances producidos en esta enfermedad.

¿Qué es la LLC y por qué es importante poner el foco en ella?

Es una neoplasia hematológica de la médula ósea en la que se produce una proliferación y acúmulo de linfocitos que no son inmunocompetentes. Es importante porque es la leucemia más frecuente en el mundo occidental, representa el 25-30% de todos los casos de leucemia, y se estima una incidencia o un número de casos de 4 a 5 por cada 100.000 habitantes al año en Europa. Es más frecuente en hombres y con una edad media aproximada de presentación de 72 años.

Muchos pacientes reciben el diagnóstico sin esperarlo. ¿Cómo suele detectarse?

Habitualmente se detecta por una analítica rutinaria que realiza el paciente para control de otras patologías o por una analítica rutinaria en la que se detecta un aumento de linfocitos y se deriva en hematólogo. Este, en la consulta, aparte de hacer una historia clínica extensa, realiza una serie de estudios complementarios en los que se incluye una citometría de flujo de sangre periférica, que es la prueba con la que se diagnostica la leucemia linfática crónica.

Recibir un diagnóstico así, aunque sea en fases iniciales, siempre impacta. ¿Cómo se maneja ese momento en consulta?

No siempre es fácil porque la palabra leucemia, al igual que otras como cáncer o quimioterapia, tienen una connotación peyorativa y producen un bloqueo en el paciente y dejan de escuchar el resto de la información. Y lo que tenemos que transmitir es que la LLC es una enfermedad de la sangre indolente que en la mayoría de los pacientes no requiere tratamiento al diagnóstico y que durante el seguimiento un 50% de tampoco va a requerir tratamiento nunca.

La carga emocional también forma parte de esta enfermedad. ¿Qué papel tienen los cuidadores y el entorno cercano del paciente con LLC?

Es muy importante, porque es una patología de la tercera edad y porque muchos pacientes tienen, además, enfermedades asociadas que requieren vigilancia. Los cuidadores juegan un papel fundamental, tanto en la detección de síntomas que pueden indicar que el paciente necesita tratamiento, como en la detección precoz de toxicidades asociadas a los fármacos que utilizamos para tratar a la LLC.

Su manejo ha evolucionado mucho. ¿Qué impacto han tenido estos avances en la calidad de vida de los afectados?

El conocimiento en profundidad de la biología de la LLC ha permitido establecer nuevas estrategias de tratamiento que han desplazado a la inmunoquimioterapia, que era lo que usamos previamente, por esquemas de tratamiento dirigidos contra moléculas específicas que son altamente eficaces y tienen menos toxicidad que la quimio.

"Tenemos estudios sobre calidad de vida, complicaciones de la terapia y farmacogenética"

¿En qué momento se encuentra la medicina personalizada en LLC? ¿Qué herramientas permiten hoy adaptar mejor el tratamiento a cada paciente?

Pues la medicina personalizada se encuentra en el auge, ya que podemos seleccionar el tratamiento óptimo para cada paciente en función de características propias de la enfermedad, con datos genéticos y moleculares, y también centrándolo en el paciente, no solo en la edad, sino basándonos en comorbilidades (enfermedades asociadas), y en otras herramientas como la escala geriátrica o la evaluación geriátrica integral, que nos permiten detectar fragilidades sobre las que hacer hincapié y no perder la salud de los pacientes al administrar determinados tratamientos.

¿Cómo influye la personalización en la toma de decisiones en la relación médico-paciente?

Influye de manera muy importante, puesto que estamos ofreciendo a cada paciente el tratamiento más adecuado para garantizar su eficacia , es decir, control de la enfermedad, y para minimizar los efectos secundarios derivados de la terapia que recibe. Y esto siempre redunda en un beneficio para él y, por tanto, en un beneficio en la relación entre médico-paciente.

¿Qué líneas de trabajo destaca desde el Hospital Universitario de Burgos en su tratamiento?

Tenemos estudios propios en pacientes con LLC centrados en complicaciones derivadas del tratamiento, fármacogenética y calidad de vida, y participamos, además, en ensayos clínicos y estudios derivados de grupos de trabajo colaborativos dentro del Grupo Español de Leucemia Linfática Crónica y del Grupo de Síndrome Linfoproliferativo de Castilla y León.

¿Cómo podemos colaborar todos (profesionales, instituciones y sociedad) para avanzar en el abordaje de la LLC?

Haciendo visible la enfermedad, ya que la patología hematológica siempre es un poco menos conocida que la oncológica y eliminando el tabú para hacer una enfermedad oncohematológica. Esto lo hacen visibilizándolo las personas que son un poquito más conocidas por redes sociales. Ya ha habido algún deportista, incluso, que ha reconocido que tiene esta patología. Por supuesto, invirtiendo en investigación, que es la clave para conocer mejor la enfermedad y poder desarrollar fármacos dirigidos a combatir la misma. Y promoviendo la participación de los pacientes en ensayos clínicos con los cuáles estamos accediendo a terapias innovadoras en investigación que van a tener un potencial beneficio en los pacientes del futuro.