Alimentación

¿Es el gazpacho un buen aliado para no engordar en verano?

Según los expertos, además de ayudarte a controlar el peso, puede prevenir ciertos tipos de cáncer, dolencias cardiovasculares y algunos deterioros cognitivos

GAZPACHO
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Con la llegada del verano, apetece tomar platos ligeros y refrescantes, que ayudan a mantener los niveles óptimos de hidratación y aplacan el calor. Las sopas frías se convierten en una alternativa idónea para completar las necesidades nutricionales durante esta estación, y el gazpacho se lleva la palma. Esta delicia gastronómica, con el tomate, el aceite y el pan como ingredientes principales, es antigua y tiene una procedencia muy humilde.

Un plato de pobres

Inicialmente se elaboraba solo con pan y aceite; no llevaba hortalizas. Su origen tal y como lo conocemos hoy en día tuvo lugar a comienzos del siglo XVI, cuando ingredientes como el tomate y el pimiento llegaron a España procedentes de América. Los jornaleros y campesinos, para aprovechar el pan seco de los días anteriores, lo mojaban en agua, añadían tomate estrujado manualmente y lo aderezaban con ajo, aceite y pimiento. De inicio, solo lo consumía la población más modesta, pero este plato considerado «de pobres» no tardó en conquistar a los ricos. En el siglo XIX comenzó a popularizarse entre la burguesía, que fue quien aportó la costumbre de servirlo con tropezones de pan y pequeños trozos de hortalizas.

Desde entonces, esta receta no falta en la mesa de los hogares españoles cuando suben las temperaturas, una costumbre que, como apunta el doctor José Pablo Suárez Llanos, endocrinólogo miembro del Comité Gestor del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), «es muy saludable y una de las mejores maneras de conservar la mayoría de las propiedades que tienen los tomates. Entre otras cosas, son ricos en carotenos, que han demostrado, por sus características antioxidantes, un efecto positivo en la prevención de ciertos tipos de cáncer y en enfermedades cardiovasculares, así como en algunos deterioros cognitivos. Por otra parte, contiene gran cantidad de agua, lo que contribuye a una buena hidratación, tan necesaria en estas fechas». Marta Otero y María González, nutricionistas del Consejo de Dietistas y Nutricionistas añaden que, además, «aporta mucha fibra vegetal y, al prepararse en crudo, sus ingredientes conservan gran parte de sus vitaminas y minerales, lo que hace que sea un plato nutricionalmente muy completo».

Si se elabora sin abusar del aceite, el pan y la sal, aporta pocas calorías y resulta muy saciante

Pero hay más, esta delicia puede ser una gran aliada para controlar el peso durante las vacaciones de verano y evitar coger los tres o cuatro kilos que diversos estudios afirman que cogemos –de media– durante la temporada estival. «Si se le agrega más agua a la mezcla y se procura limitar otros alimentos como el aceite, el pan, el vinagre o la sal, un vaso de gazpacho no llegaría ni a las 100 calorías», apunta el doctor Suárez Llanos.

Estamos, por tanto, ante una buena opción para los menús veraniegos. Ahora bien, es importante no tomarlo solo, sino como primer plato o acompañando a otros alimentos: «A pesar de ser bastante rico nutricionalmente, tomarlo como plato único tendría como consecuencia carencias importantes. La base de una buena alimentación es que sea variada. Sería conveniente complementarlo con un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, ya sea de origen animal o vegetal, que asegure que el menú sea completo y equilibrado», explican las portavoces del Consejo de Dietistas y Nutricionistas.

Se trata de una fuente de vitaminas y minerales con propiedades antioxidantes

Como ocurre con cientos de platos, la receta del gazpacho ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, dando lugar a diferentes variantes: con sandía, melón, fresa, remolacha..., todas ellas igual de saludables que su «hermana mayor». «Los de fresa y remolacha son más dulces y suelen resultar muy apetecibles para los más pequeños. Las variantes de sandía y melón son apropiadas para el verano, al tratarse de frutas de temporada. Poseen alto contenido en agua, vitaminas, fibra dietética y componentes nutricionales, que actúan como antioxidantes en el organismo».