Salud

La grasa abdominal a los 50 años aumenta el riesgo de alzhéimer a los 70

Descubren que la grasa visceral está relacionada con cambios en el cerebro hasta 15 años antes de que aparezcan los primeros síntomas

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Un estudio halla más riesgo de alzheimer en personas con más IMC y grasa abdominalFreepik

Si te preocupa envejecer de forma saludable y, especialmente, conservar tu memoria y tu capacidad cognitiva, no descuides el tamaño de la circunferencia de tu cintura conforme pasen los años. Y es que, una mayor cantidad de grasa abdominal visceral en la mediana edad está relacionada con el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en la vejez. Así lo ha puesto de relieve una investigación que se presentará la próxima semana en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA, por sus siglas en inglés).

La grasa visceral es la que rodea los órganos internos en la profundidad del vientre. Ahora, los investigadores han descubierto que esta grasa abdominal oculta está relacionada con cambios en el cerebro hasta 15 años antes de que aparezcan los primeros síntomas de pérdida de memoria de la enfermedad de Alzheimer.

Hoy en día, unas 800.000 padecen mal de Alzheimer en España, aunque cada año se diagnostican unos 40.000 nuevos casos. Para 2050, más de 3,6 millones de personas tendrá alzhéimer en nuestro país, más del triple que en la actualidad.

Para intentar identificar antes los riesgos de padecer la enfermedad de Alzheimer, los investigadores evaluaron la asociación entre los volúmenes cerebrales por resonancia magnética, así como la captación de amiloide y tau en las tomografías por emisión de positrones (PET), con el índice de masa corporal (IMC), la obesidad, la resistencia a la insulina y el tejido adiposo abdominal en una población cognitivamente normal de mediana edad. Se cree que el amiloide y la tau son proteínas que interfieren en la comunicación entre las células cerebrales, provocando el alzhéimer.

Un estudio sobre alzhéimer pionero e importante

"Aunque ha habido otros estudios que relacionan el IMC con la atrofia cerebral o incluso con un mayor riesgo de demencia, ningún estudio anterior había relacionado un tipo específico de grasa con la proteína propia de la enfermedad de Alzheimer en personas cognitivamente normales", afirma la autora del estudio, Mahsa Dolatshahi, investigadora del Instituto Mallinckrodt de Radiología (MIR) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis. Estudios similares no han investigado el papel diferencial de la grasa visceral y subcutánea, especialmente en lo que se refiere a la patología amiloide del Alzheimer, ya en la mediana edad".

Para este estudio transversal, los investigadores analizaron los datos de 54 participantes cognitivamente sanos, de edades comprendidas entre los 40 y los 60 años, con un IMC medio de 32. Los participantes se sometieron a mediciones de glucosa e insulina, así como a pruebas de tolerancia a la glucosa. Se midió el volumen de grasa subcutánea (grasa bajo la piel) y visceral mediante resonancia magnética abdominal. Además, se midió el grosor cortical de las regiones cerebrales afectadas en la enfermedad de Alzheimer y se analizaron las placas amiloides y ovillos de tau en un subconjunto de 32 participantes.

La señal común en las mujeres que suele pasar desapercibida pero se vincula con el alzhéimer
La señal común en las mujeres que suele pasar desapercibida pero se vincula con el alzhéimerFreepik/La Razón

Los investigadores descubrieron que una mayor proporción de grasa visceral respecto a la subcutánea se asociaba a una mayor captación del trazador amiloide en el córtex precuneus, la región que se sabe que se ve afectada tempranamente por la patología amiloide en la enfermedad de Alzheimer. Esta relación era peor en los hombres que en las mujeres. Los investigadores también descubrieron que las medidas más altas de grasa visceral están relacionadas con una mayor carga de inflamación en el cerebro.

"Se sugiere que varias vías desempeñan un papel", dice la doctora Dolatshahi. "Las secreciones inflamatorias de la grasa visceral (frente a los efectos potencialmente protectores de la grasa subcutánea) pueden provocar inflamación en el cerebro, uno de los principales mecanismos que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer". Te puede interesar: La señal de alzhéimer precoz que las mujeres mayores de 40 suelen pasar por alto

El autor principal, Cyrus A. Raji, y director de imágenes por resonancia neuromagnética del MIR, señala que los hallazgos tienen varias implicaciones clave para un diagnóstico y una intervención más tempranos. "Este estudio pone de relieve un mecanismo clave por el que la grasa oculta puede aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer", afirmó. "Demuestra que tales cambios cerebrales se producen ya a los 50 años, de media, hasta 15 años antes de que aparezcan los primeros síntomas de pérdida de memoria del Alzheimer".

El Dr. Raji añade que los resultados pueden apuntar a la grasa visceral como diana de tratamiento para modificar el riesgo de inflamación cerebral y demencia en el futuro. "Al ir más allá del índice de masa corporal para caracterizar mejor la distribución anatómica de la grasa corporal en la resonancia magnética, ahora tenemos una comprensión singularmente mejor de por qué este factor puede aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer", finalizó.