
Salud
Un hito en investigación médica: las vacunas ARNm del futuro están un paso más cerca
El reto para estos fármacos, que demostraron su éxito para frenar la Covid-19, es irrumpir en el interior de las células sin ser destruidos en el intento

La tecnología de las vacunas basadas en ARN mensajero (ARNm) no es nueva. Alcanzaron mayor fama entre el público generalista durante la pandemia de la Covid-19, pues permitió crear vacunas que provocaban en el cuerpo una potente respuesta protectora en tiempo récord. Además, desde hace décadas se vienen empleando en ensayos clínicos contra el VIH, la gripe, la rabia o el zika. Incluso se prueban contra el cáncer de mama, próstata o el melanoma, entre otros. Sin embargo, aún deben sortear un hándicap que no les permite desarrollarse al máximo: son muy inestables.
A grandes rasgos, esto significa que es muy difícil introducirlas dentro de las células para que realicen su función. El ARN es una molécula que requiere condiciones de mantenimiento extremas (de menos 80℃), las enzimas la pueden degradar muy fácilmente y puede que no se internalice de forma eficaz. Siguiendo el ejemplo de la Covid-19, este es el motivo por el que se recomendaba la inyección de varias dosis de la vacuna.
Sin embargo, en un estudio publicado hoy, un equipo científico afirma haber encontrado una clave que mejorará la eficiencia de las vacunas ARNm y de las terapias génicas. Su hallazgo abre la puerta a lograr que un medicamento pueda "colarse" en las células sin ser destruido en el intento por el propio organismo. Según el equipo de investigación de la Universidad RMIT de Australia y la Universidad de Osaka, en Japón, el kit de la cuestión reside en la forma interna de las diminutas nanopartículas lipídicas que transportan los medicamentos.
Estas partículas, invisibles a simple vista, han sido fundamentales en el éxito de las vacunas de ARNm. Pero ahora, este estudio científico publicado en la revista Small muestra que su diseño estructural puede marcar una gran diferencia en cómo el cuerpo las recibe. Según explica la investigadora principal del estudio, Sue Lyn Yap, "uno de los principales retos de la nanomedicina es que la mayoría de las nanopartículas son absorbidas por las células a través de vías que las atrapan y degradan. Los estudios muestran que menos del 2% de las terapias génicas llegan con éxito a su objetivo dentro de la célula".
¿Qué son las nanopartículas lipídicas?
Las nanopartículas lipídicas son como pequeños vehículos diseñados para entregar medicamentos —como las terapias basadas en ARN mensajero— a las células. Hasta ahora, la mayoría de los nanomedicamentos utilizan estructuras llamadas liposomas, que tienen una forma esférica con capas de lípidos (grasas) que envuelven el contenido terapéutico.
Sin embargo, el equipo de investigación ha encontrado que una estructura distinta, llamada "cubosoma", podría ser mucho más eficaz. Estas partículas se ensamblan de forma natural en agua a partir de lípidos y crean una estructura cúbica tridimensional compleja, con canales de agua y puentes internos que permiten encapsular mejor los fármacos.
Ocho veces más eficacia que otras "vacunas"
Las p

ruebas realizadas en laboratorio con células epiteliales mostraron resultados sorprendentes: los cubosomas eran absorbidos por las células hasta ocho veces más que los liposomas tradicionales. Esto se traduce en una mayor posibilidad de que el tratamiento llegue a su destino dentro del cuerpo sin ser destruido por los mecanismos defensivos de la célula.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Según Yap, "lo que nos pareció realmente interesante fue que estas partículas no dependen solo de los procesos activos habituales para entrar en las células, como la endocitosis, en la que la célula las engulle". En cambio, "los cubosomas también pueden entrar en las células a través de otras vías más pasivas, como fusionarse directamente con la membrana celular, esencialmente colándose más allá de las barreras celulares que normalmente los destruyen".
El futuro de las terapias personalizadas
Este descubrimiento podría tener implicaciones enormes para el futuro de la medicina, especialmente en la administración de vacunas y tratamientos contra enfermedades genéticas, cánceres y otras patologías que requieren alta precisión en la entrega del medicamento. Por eso, el siguiente paso del equipo será investigar cómo se comportan estas nanopartículas en el organismo vivo y si pueden adaptarse para dirigirse a tejidos o enfermedades específicas con mayor precisión.
Este avance no solo mejora nuestra comprensión de cómo las células interactúan con las terapias de ARNm, sino que también representa un paso clave hacia tratamientos más eficaces, personalizados y con menos efectos secundarios. En palabras simples, la estructura interna de estas nanopartículas podría ser la diferencia entre que un medicamento llegue o no a su destino.
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