Tribuna
La importancia de cuidar el corazón a la vuelta de las vacaciones
Es importante conocer de forma periódica el estado de nuestro corazón y más tras los excesos del verano
Volvemos de vacaciones y, por tanto, volvemos a retomar algunas de las actividades y rutinas de la vida diaria (entre las que se debería incluir un mayor cuidado de nuestra salud, sin olvidar a nuestro corazón).
Venimos de unos meses donde, probablemente, hayamos pecado más de una vez con la comida rápida, con los helados y los snacks, y también donde hayamos comido más cantidad de la habitual al hacer muchas comidas fuera de casa. Habremos tomado más alcohol y, en muchos casos, habremos hecho menos deporte.
Es probable que no hayamos tenido una buena calidad de sueño debido al calor y a los cambios de rutinas e, incluso, que hayamos sufrido alguna situación de estrés como consecuencia de los viajes. También hemos estado expuestos a ambientes de extremo calor que han podido afectar a nuestra presión arterial y función cardiovascular. Y habrá habido veces que hasta se nos haya olvidado la medicación si tenemos alguna enfermedad crónica que tratar.
Todo es normal y no hay que culparse porque las vacaciones también están para todo esto, siempre desde el control y la moderación y sabiendo que, una vez que acaban, es importante volver a los hábitos previos.
Por todo ello, además de incorporarnos poco a poco a las rutinas, puede ser aconsejable realizarse un examen cardiovascular a la vuelta de las vacaciones, sobre todo en aquellas personas con algún factor de riesgo asociado o con enfermedades cardiovasculares diagnosticadas. Es importante que conozcamos de manera periódica el estado de nuestro corazón y más después de una temporada de ciertos excesos y descuidos.
Con la tecnología no invasiva a través de pruebas de imagen específicas se puede evaluar y ver las arterias de manera que podamos detectar un posible daño de forma precoz y orientar un manejo clínico personalizado que nos evite problemas potencialmente graves en el futuro.
Además, será necesario ir retomando algunos hábitos, sobre todo los relacionados con la alimentación, sin necesidad de recurrir a dietas extremas para recuperar el peso, ya que pueden resultar peligrosas para la salud.
En primer lugar, y como medida más importante, deberemos cuanto antes reincorporar a nuestra dieta las frutas y verduras, ya que son ricas en antioxidantes y vitaminas que van a ayudar a nuestro corazón. También es clave la reducción de las grasas saturadas y trans limitando el consumo de fritos y procesados que seguramente ha formado parte de nuestra alimentación en vacaciones. En este sentido, es preferible optar por grasas saludables, como las de los frutos secos, el aceite de oliva o algunos pescados.
Deberemos disminuir el consumo de azúcar y sal, ya que estos dos elementos en exceso pueden incrementar nuestra presión arterial y el riesgo de desarrollar diabetes, los cuales son factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, habrá que evitar el consumo de tóxicos, como el alcohol y fumar. De hecho, las mujeres que fuman tienen hasta un 25% más de riesgo que los hombres de sufrir enfermedades cardíacas. Hay que tener en cuenta que el seguimiento de una alimentación sana y equilibrada es fundamental para controlar el sobrepeso y la obesidad, uno de los mayores elementos de riesgo de enfermedad coronaria e insuficiencia cardíaca, entre otros.
Hidratarse también es esencial, por lo que es recomendable beber suficiente agua, como unos dos litros diarios, y evitar las bebidas azucaradas y carbonatadas que pueden hacernos aumentar de peso y perjudicar nuestra salud cardiovascular.
Por otro lado, es clave la vuelta a la actividad física de forma regular, pues se sabe que puede reducir el riesgo de cardiopatía hasta en un 30 y un 40%. Ejercicios como caminar, correr, nadar o montar en bicicleta pueden ayudar a nuestra salud. Asimismo, pueden ser útiles también los de fuerza para mantener la masa muscular y mejorar el metabolismo, de manera que nos ayuden a controlar el peso y, por tanto, favorecer una buena salud del corazón.
Lo mejor es ir retomando estas rutinas deportivas con una planificación y horarios que nos permitan también un desahogo y descanso. Hay que hacer deporte sin agobios y, sobre todo, el que nos guste. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda semanalmente, como mínimo, realizar actividades físicas aeróbicas moderadas de 150 a 300 minutos o intensas de 75 a 150 minutos.
Importante también como lo señalado anteriormente ante la vuelta a la rutina es saber gestionar el estrés. Hay muchas personas que les cuesta volver al trabajo y les puede ocasionar problemas de insomnio o ansiedad.
Es necesario poder dormir entre siete y ocho horas y darse tiempo para uno mismo, haciendo, además, prácticas de relajación, como yoga o respiraciones, que nos ayuden a mantener nuestro sistema nervioso relajado y, por tanto, a nuestro corazón en buen estado, sin riesgos.
Si implementamos todos estos cambios y rutinas de forma gradual todo nos resultará más fácil y podremos mantenerlo durante más tiempo. Hacerlo en familia, dando ejemplo los unos a los otros, nos motivará a seguir y, en caso de dudas, lo mejor será consultar con un profesional sanitario especializado en salud cardiovascular que pueda ayudarnos a conocer nuestros niveles de colesterol, hipertensión etc., para orientar mejor las medidas a seguir.
Leticia Fernández- Friera es impulsora del Movimiento Corazón de Mujer
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