Salud
El LSD y las setas nos salvarán de la depresión
Por primera vez, un estudio publicado en la prestigiosa revista Nature abre la puerta al uso clínico de las drogas psicodélicas al eliminar el efecto que hace "alucinar"
La salud mental se ha deteriorado en todo el mundo. Los expertos culpan a la pandemia, a las redes sociales, al aislamiento, a la dificultad de recibir atención psicológica y a un modo de vida cada vez más frenético e individualista. Un conjunto de factores que ha hecho que al menos 4 millones de personas sufran depresión en España y el 15% de la población padezca ansiedad o estrés.
El futuro no es más halagüeño: se estima que 1 de cada 4 personas sufre o sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental en nuestro país, según datos de la Confederación Salud Mental en España. Un crecimiento que se atestigua por el aumento del consumo de antidepresivos en los últimos años. En 2019, se dispensaron más de 64 millones de envases de antidepresivos en las farmacias españolas.
En este escenario, la investigación científica no cesa. ¿El objetivo? Encontrar nuevas dianas de tratamiento y soluciones alternativas a los actuales antidepresivos que, si bien son efectivos en la mayoría de las ocasiones, obligan a un consumo prolongado e incluso crónico, y tardan varias semanas en ofrecer mejorías significativas en los síntomas... si es que el paciente responde al tratamiento.
Por ello, en la actualidad se estudia el efecto beneficioso que pueden tener para la salud mental sustancias consideradas drogas, pero que podrían algún día aplicarse en medicina. Si hace unos días hablábamos del recién descubierto poder de la ketamina, la "droga de las raves", para eliminar las migrañas con un simple inhalador nasal, ayer se publicó un estudio en la prestigiosa revista Nature Neuroscience que arroja luz sobre el potencial del LSD, un psicodélico, para tratar la depresión.
Hasta ahora, los científicos no habían sido capaces de determinar por qué los psicodélicos son tan eficaces en el tratamiento de trastornos mentales. Se teorizaba, no obstante, con que estos efectos se debían a la activación de los receptores de serotonina en el cerebro, un neurotransmisor relacionado con el control de las emociones. Sin embargo, en el nuevo estudio se ha identificado un mecanismo distinto que abre la posibilidad de usar el LSD o las "setas mágicas" para tratar la depresión... sin alucinar.
La investigación, llevada a cabo por un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Helsinki (Finlandia) demuestra que el LSD y la psilocina (la molécula principal de las setas alucinógenas) se unen a un receptor específico en el cerebro de ratones de laboratorio, provocando un efecto antidepresivo. Dado que el mecanismo actúa específicamente para reducir la depresión, los autores del estudio creen que podría conducir al desarrollo de fármacos para tratar la depresión en humanos sin alucinaciones.
"Los efectos alucinógenos de los psicodélicos limitan su aplicación clínica generalizada, ya que su administración está restringida a entornos clínicos que a menudo requieren una monitorización intensiva", escribieron los autores del estudio. En este sentido, añaden que su investigación sugiere "que los efectos antidepresivos y promotores de la plasticidad de los psicodélicos pueden ser disociables de sus efectos alucinógenos".
¿Cómo sería posible eliminar las alucinaciones por LSD?
En los últimos años, drogas como la ketamina, el LSD, las setas mágicas y el MDMA han demostrado ser muy prometedoras en el tratamiento de trastornos como la depresión y el trastorno por estrés postraumático. Sin embargo, uno de los principales obstáculos de estas drogas es que suelen provocar alucinaciones.
Esto significa que los pacientes que se someten a tratamientos psicodélicos deben ser supervisados por médicos en un entorno médico altamente regulado. Sin embargo, si el fármaco fuera tan fácil como tomarse una pastilla en casa sin tener que preocuparse de sufrir un desmayo, podría abrir las puertas al tratamiento de millones de personas.
Los autores del estudio descubrieron que el LSD y la psilocina se unen bien a un receptor llamado TrkB en placas de Petri. La unión producía un aumento de la actividad neuroplástica; esto es, la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse morfológicamente y funcionalmente, de adaptarse. Para estudiar más a fondo este mecanismo, los autores administraron una dosis única de LSD a ratones con estrés crónico. El equipo descubrió que la droga producía un efecto antidepresivo debido a su unión al TrkB.
Además, también se halló que el efecto sobre TrkB era independiente del efecto del fármaco sobre los receptores de serotonina del cerebro, que se cree que son los responsables de las alucinaciones psicodélicas. Esto sugiere que los efectos antidepresivos pueden ser causados independientemente de los efectos alucinatorios.
"En conclusión, nuestros hallazgos apoyan a TrkB como diana clave de la plasticidad inducida por drogas psicodélicas", escribieron los autores. "Estos datos confirman a TrkB como una diana de unión común para los antidepresivos... pero potencialmente desprovista de actividad alucinógena". Así que, en el futuro, podríamos tener los beneficios del LSD o las setas mágicas sin el viaje psicodélico.
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