Reumatología

Insuficiencia muscular, el inicio de la sarcopenia

Esta enfermedad degenerativa se caracteriza por una disminución patológica de la fuerza muscular

A medida que envejecemos perdemos masa muscular, nuestras articulaciones se degradan y nuestros huesos son cada vez más frágiles | Fuente: Dreamstime
A medida que envejecemos perdemos masa muscular, nuestras articulaciones se degradan y nuestros huesos son cada vez más frágiles | Fuente: DreamstimeDREAMSTIMEDreamstime

Investigadores de la Universidad de Barcelona han desarrollado una nueva herramienta para evaluar la presencia y la gravedad de la insuficiencia muscular que manifiesta la sarcopenia, que se presenta, sobre todo, en personas mayores. Una característica clave de esta enfermedad degenerativa es el deterioro en la cantidad y calidad de los músculos, que empeora la calidad de vida y que está asociada a enfermedades cardiorrespiratorias y a un aumento del riesgo y la prolongación del ingreso hospitalario.

La calidad muscular es un factor importante en otras enfermedades musculares, además de en la sarcopenia. De esta forma, para los investigadores, la ecografía de ultrasonidos muscuesqueléticos también podría tener aplicación en otros trastornos o incluso en la rehabilitación de deportistas, ya que permitirá ahondar en el conocimiento de la calidad muscular, las variaciones de ésta en diferentes enfermedades inmunológicas, degenerativas, metabólicas y la monitorización de los tratamientos. «Es el punto de partida en un ámbito en el que no hay ninguna prueba similar, por lo que creemos que es una herramienta que se va a ir extendiendo en esta y otras enfermedades», señala Ingrid Möller, investigadora de la UB y del Instituto Poal de Reumatologia y primera firmante del artículo.

Ahora un nuevo estudio, publicado en la revista RMD Open, proporciona un sistema de puntuación de la calidad muscular basado en ecografías de ultrasonidos musculoesqueléticos, que ha sido validado con muestras anatómicas e histológicas de pacientes. Según los investigadores, estos resultados podrían ser útiles «no solo con fines diagnósticos, sino también para el seguimiento de pacientes en la práctica clínica y en ensayos clínicos».

En el trabajo han participado investigadores de la Unidad de Anatomía y Embriología Humana y de la Unidad de Histología del Departamento de Patología y Terapéutica Experimental de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud (Campus Bellvitge) de la UB. También han formado parte del estudio expertos de la Fundación Puigvert, de la Universidad de Génova, de la Universidad de Oslo y de la Universidad de Copenhague.

Caídas y debilidad

Actualmente, se dispone de una amplia variedad de pruebas y herramientas para la caracterización de la enfermedad en la práctica y en la investigación. «En la mayoría de los casos el diagnóstico y la evolución se mide mediante test funcionales o encuestas a los pacientes sobre aspectos como caídas, sensación de debilidad, lentitud al caminar, dificultad para levantarse de una silla o pérdida de peso, que permiten saber el estado del paciente», explicaIngrid Möller.

En este contexto, las técnicas de imagen tienen un papel crítico en la evaluación objetiva de los pacientes sarcopénicos. Sin embargo, la mayoría, como por ejemplo la absorciometría con rayos X de doble energía (DXA), la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC), se centran en la cantidad muscular. «Estas técnicas muestran la cantidad de músculo, pero la calidad muscular —que es un término relativamente nuevo— es más importante, ya que la cantidad es muy variable por diferentes factores como por ejemplo la edad o la altura», destaca la investigadora.

En la actualidad no hay un consenso universal sobre los métodos de evaluación adecuados de la calidad muscular en la práctica clínica habitual. En esta situación, los investigadores proponen el uso de la ecografía de ultrasonidos musculoesqueléticos, ya que es una técnica capaz de mostrar la textura muscular y los cambios en aspectos micro y macroscópicos de la arquitectura y composición muscular que provoca la sarcopenia. Además, a diferencia de otras técnicas de imagen, es una prueba de bajo coste, portable e inofensiva, que no emite radiaciones ionizantes.

Para confirmar la validez diagnóstica de esta nueva herramienta, en el estudio se evaluó un músculo de la extremidad inferior (recto femoral) y otro de la extremidad superior (bíceps braquial) de diez cadáveres de donantes de entre 68 y 91 años. Para ello, dos investigadores valoraron y puntuaron cualitativamente la gravedad de la degeneración muscular a partir de imágenes de ultrasonidos y, posteriormente, compararon los resultados con la evaluación anatómica e histológica de los cadáveres.

La evaluación se realizó a ciegas con respecto al otro evaluador y media hora después, cada uno de los investigadores la repitió. Además, también se añadió la evaluación por parte de un histólogo experimentado en las mismas condiciones metodológicas. Según los investigadores, esta metodología es una de las «fortalezas del estudio, ya que permite la comparación directa entre las imágenes y las mediciones clínicas de la calidad muscular».

El próximo reto para los investigadores es verificar el sistema de puntación en pacientes y probar el valor añadido de la herramienta en el seguimiento a largo plazo de los enfermos con sarcopenia, así como su aplicación en ensayos clínicos relacionados con la misma. En este sentido, según explica la investigadora, el equipo de la Universidad de Copenhague que ha participado en este trabajo, va a aplicar la nueva herramienta en una cohorte de pacientes para ver cómo funciona en valor pronóstico. «Creemos que funciona muy bien sobre diagnósticos, pero tanto en este caso como en su valor pronóstico, hay que corroborarlo en estudios longitudinales con pacientes», explica Ingrid Möller.