Salud

Investigadores españoles descubren qué acelera la aterosclerosis

El Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) halla el metabolito de la microbiota intestinal que induce esta enfermedad que puede desencadenar la obstrucción de las arterias. Este hallazgo podría revolucionar su diagnóstico y tratamiento

De izquierda a derecha, los investigadores Iván Fernández-López, Diego Mañanes, Ana Redondo-Urzainqui, Miguel Galán, Sarai Martínez-Cano, Marcos Femenía-Muiña, Vanessa Núñez, Eleftheria Papaioannou, Alessia Ferrarini, Coral Barbas, Annalaura Mastrangelo, Iñaki Robles-Vera, Vanesa Alonso-Herranz, Jesús Vázquez, David Sancho, Juan Antonio López y Rafael Barrero-Rodríguez
De izquierda a derecha, los investigadores Iván Fernández-López, Diego Mañanes, Ana Redondo-Urzainqui, Miguel Galán, Sarai Martínez-Cano, Marcos Femenía-Muiña, Vanessa Núñez, Eleftheria Papaioannou, Alessia Ferrarini, Coral Barbas, Annalaura Mastrangelo, Iñaki Robles-Vera, Vanesa Alonso-Herranz, Jesús Vázquez, David Sancho, Juan Antonio López y Rafael Barrero-RodríguezCNICLa Razón

La aterosclerosis es una de las principales causas de mortalidad de la población adulta. Consiste en la acumulación progresiva de colesterol y células inflamatorias en la pared arterial que dan lugar a la placa aterosclerótica. Esta, en estadios avanzados, puede provocar la muerte debido a un infarto de miocardio o ictus cerebral.

Aunque tener a raya los niveles de colesterol y la hipertensión y frenar el tabaquismo son cruciales, la detección temprana de la enfermedad es necesaria.

En este sentido, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) han dado un paso en esta línea al identificar que un metabolito generado por bacterias intestinales, el propionato de imidazol (ImP), se detecta en sangre de modo temprano en la aterosclerosis activa.

Este metabolito, “está producido exclusivamente por bacterias del intestino”, explica Annalaura Mastrangelo, investigadora del CNIC y primera autora del estudio publicado en la prestigiosa revista "Nature".

“En este trabajo hemos visto que su presencia en sangre se relaciona con el desarrollo de aterosclerosis activa en personas aparentemente sanas”, destaca.

Lo relevante de este hallazgo, según Mastrangelo, es que “detectar este marcador en sangre representa una gran ventaja, dado que las pruebas actuales requieren técnicas de imagen avanzada complejas y costosas que no están cubiertas por la seguridad social. Los niveles de ImP en sangre ofrecen un marcador con valor diagnóstico para facilitar la identificación de personas sanas que tienen aterosclerosis activa y posibilitar su tratamiento temprano”.

Pero el hallazgo va más allá, como añade Iñaki Robles-Vera, también primer autor del estudio: “No solo observamos que el ImP está elevado en personas con aterosclerosis, sino que es un agente causal de la enfermedad. El consumo de ImP provocó la aparición de placas en las arterias en modelos animales de aterosclerosis. El ImP activa el receptor imidazolínico de tipo 1 (I1R) generando un aumento de la inflamación sistémica que contribuye al desarrollo de la aterosclerosis”.

Para David Sancho, jefe del laboratorio de Inmunobiología y líder del estudio, “este descubrimiento es importante porque abre una nueva vía de tratamiento”.

En la investigación, añade, se ha visto que el uso de bloqueantes del receptor I1R previene la inducción de aterosclerosis por ImP y reduce la progresión de aterosclerosis en modelos de ratón donde se induce la enfermedad con dieta alta en colesterol. “Esto abre la posibilidad futura de un tratamiento combinado del bloqueo de I1R junto al bloqueo de la producción de colesterol para lograr un efecto que esperamos que sea sinérgico y que prevenga el desarrollo de aterosclerosis”, asegura David Sancho.

Estos hallazgos, agrega, “abren nuevas posibilidades para el diagnóstico precoz y el tratamiento personalizado y temprano de la aterosclerosis. Así, en lugar de centrarse únicamente en el colesterol y otros factores clásicos, se podría en el futuro analizar la presencia de ImP en sangre como señal de riesgo. En el CNIC estamos trabajando para desarrollar fármacos que bloqueen los efectos perjudiciales de ImP”.

Este trabajo, que ha contado con el apoyo de la Fundación “la Caixa” en su Convocatoria CaixaResearch de Investigación en Salud con 967.620,20 euros, ha sido liderado por el CNIC pero representa una colaboración global a nivel nacional e internacional, con la participación de instituciones como Mount Sinai Fuster Heart Hospital, Icahn School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York (EEUU); Instituto de investigación Sanitaria Fundación Jiménez Díaz; Universidad Autónoma de Madrid; Centro de Investigación biomédica en red de enfermedades cardiovasculares (CIBER-CV); Universidad de Gotemburgo (Suecia); Universidad de Atenas (Grecia); Inmunotek S.L; Universidad de Michigan (EE UU); Hospital de La Princesa; Centro de Metabolómica y bioanálisis (Cembio); Universidad de San Pablo-CEU; Universidad de Heidelberg (Alemania), y el Instituto de Investigaciones Biomédicas Sols-Morreale IIBM-CSIC.

Además de la ayuda de la Fundación "la Caixa", este proyecto ha recibido financiación del European Research Council, Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, Agencia Estatal de Investigación y de la Unión Europea a través de NextGeneration.