Entrevista

Jessie Inchauspé: «Somos una sociedad adicta al azúcar y los picos de glucosa nos están quitando la salud»

Entrevista a Jessie Inchauspé, bioquímica y autora del libro «La revolución de la glucosa» (Diana, Editorial Planeta)

Jessie Inchauspé
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Autora del «bestseller» «La revolución de la glucosa», Jessie Inchauspé relata ahora en su último libro el método para lograr de forma práctica y sencilla los beneficios que promulga.

¿Por qué es tan importante para la salud mantener la glucosa bajo control?

El cuerpo humano usa la glucosa para tener energía y la fuente más importante es a través de comidas con almidón, como arroz, pasta o patatas, y también dulces, como fruta o chocolate. El problema es que la mayoría de nosotros hoy en día recibimos demasiada glucosa y eso provoca muchos problemas de salud, tanto físicos como mentales, así como enfermedades crónicas. Por eso, aprender a controlar la glucosa es algo no negociable si quieres tener «mens sana in corpore sano».

¿Qué consecuencias tiene a nivel psicológico y mental?

Las neuronas también usan la glucosa para la energía y notan el efecto de tener demasiada. Alguno de los síntomas más comunes es la sensación de nebulosa mental, es decir, la dificultad para concentrarse por ese exceso de información. Además, los estudios ahora confirman que cuantos más picos de glucosa tengas, más síntomas de depresión y de ansiedad aparecen. Y a largo plazo los científicos están descubriendo que las enfermedades están conectadas con la glucosa y ya se habla incluso de la diabetes tipo 3.

¿El exceso de glucosa es lo peor que le hacemos a nuestro cuerpo hoy en día?

Yo diría que nuestra forma de comer es una de las peores cosas que le hacemos, pero no la única, porque también influyen el estrés, el tabaco, la falta de ejercicio...

¿Vivimos en una sociedad «enganchada» al azúcar?

Sí, sin duda es una adicción, porque cuando comemos azúcar nuestro cerebro libera dopamina, que es la molécula del placer y es ultraadictiva. Vivimos en un entorno en el que el azúcar está al alcance de la mano en todo momento, por lo que es una adicción real y eso nos está quitando la salud.

¿También en el caso de los niños?

Antes pensábamos que la diabetes tipo 2 era una enfermedad de adultos, pero ya la vemos en menores de apenas cuatro años. Cuando eres un niño esa dieta también pasa factura, aunque por suerte en la mayoría de los casos podemos dar la vuelta a esa tortilla si aplicamos un método como el que propongo. Hay pocos casos en los que el daño sea irreversible. Tenemos ese poder y solo hay que ser socios de nuestro cuerpo para lograrlo. Y a los niños hay que enseñarles dando ejemplo.

¿Se puede vivir sin azúcar?

No es necesaria para vivir. Todos los animales usan la glucosa, pero ellos solo comen proteínas y grasas, por lo que la fabrican desde el interior. Sin embargo, tampoco debemos eliminar el azúcar porque sí. Si lo conseguimos estará bien, pero resulta poco realista y es difícil para casi todo el mundo porque está presente en alimentos ricos que forman parte del placer. Lo interesante es enseñar a la gente a tomarla de forma consciente, y no por esa necesidad adictiva que es la dañina para el organismo.

¿Qué ocurre cuando se estabiliza?

Una vez que consigues equilibrar los niveles de glucosa notas más energía, te sientes mejor y eso hace que mejores otros ámbitos de la vida: duermes mejor, haces más ejercicio... Es el punto de entrada perfecto para mejorar la vida.

¿Es sencillo de lograr para cualquiera?

Es facilísimo para todo el mundo y por eso yo estoy tan apasionada con este método. No hablamos de quitar grupos de alimentos de nuestra vida ni contar calorías. Son principios básicos que tienen un efecto positivo inmediato en nuestra salud. Es fácil y funciona, como por ejemplo cambiar el desayuno dulce por uno salado, tomar una cuchara de vinagre diluida al día, incluir siempre un entrante de verdura y ejercitar los músculos.

En su libro propone las instrucciones...

Con estos consejos y un programa de cuatro semanas puedes manejar muy bien la glucosa y eso cambia la relación con la comida, porque no vives esa adicción y eres dueño de tu cuerpo. Está bien tomar azúcar, pero siempre que entiendas que forma parte del placer y no pensando que es algo sano. Hay que dar el paso y tomar el control.