Una mala salud oral multiplica por dos el riesgo de infarto

La salud de nuestra boca está estrechamente relacionada con otros problemas de salud hasta el punto de que "una mala salud oral multiplica por dos el riesgo de sufrir un ataque cardiaco y por tres el riesgo de derrame cerebral", como apunta el presidente del Consejo General de Dentistas, el doctor Óscar Castro Reino.

Esto se debe a que la inflamación prolongada de las encías (periodontitis) permite que las bacterias entren en el torrente sanguíneo y se adhieran a las placas grasas, lo que contribuye a la obstrucción vascular y desencadena una respuesta inflamatoria que causa que los vasos sanguíneos se hinchen, reduciendo el flujo de sangre y aumentando el riesgo de coágulos y trombos.

"Está comprobado científicamente que la pérdida dentaria, indicador del deterioro bucodental como resultado de la caries y la enfermedad periodontal, está relacionada con un mayor riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares", explica el doctor Castro con motivo del Día Mundial del Corazón, que se celebra hoy, 29 de septiembre.

Dos minutos dos veces al día

Otros factores de riesgo de las enfermedades del corazón, además de la periodontitis, son la hipertensión, colesterol alto, diabetes, sedentarismo, una dieta inadecuada, el tabaco y el alcohol.

Por eso, desde el Consejo General de Dentistas se recomienda que, aparte de seguir una dieta sana, se lleve una correcta higiene bucodental para eliminar la placa, cepillando los dientes durante dos minutos, al menos, dos veces al día, con pasta dentífrica fluorada y utilizar seda o cepillo interdental. También es importante acudir periódicamente al dentista -quién detectará cualquier patología oral e indicará el tratamiento adecuado-, así como evitar otros factores de riesgo como el alcohol y el tabaco.

Un consejo que no hay que perder de vista si tenemos en cuenta que, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022, el grupo de enfermedades del sistema circulatorio se mantuvo como primera causa de muerte, con el 26% del total y una tasa de 252,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes.