Opinión

Las mareas rojas se vuelven mudas en los feudos del PSOE

Tras protagonizar protestas muy sonadas, en la de hace una semana el seguimiento cayó hasta niveles ridículos

(I-D) Las portavoces de la Marea Blanca, Marisa Torres, Carmen Esbrit y Ana María Díaz, representantes de la Asociación Mareas Blancas llevan a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid una reclamación por la falta de asignación de médicos y pediatras, en la Consejería de Sanidad, a 15 de marzo de 2023, en Madrid, (España).
(I-D) Las portavoces de la Marea Blanca, Marisa Torres, Carmen Esbrit y Ana María Díaz, representantes de la Asociación Mareas Blancas llevan a la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid una reclamación por la falta de asignación de médicos y pediatras, en la Consejería de Sanidad, a 15 de marzo de 2023, en Madrid, (España).Alberto OrtegaEuropa Press

Como suele ser habitual en los periodos previos a todos los comicios, las mareas blancas se han metamorfoseado en rojas, irrumpiendo en el escenario electoral. En el que domina el PP o en el que tiene todos los visos de ganar, naturalmente. Como era previsible, el punto de partida ha sido Madrid, una plaza dura en la que asociaciones vecinales, sindicatos, pseudoasociaciones que se autoproclaman defensoras de lo público y artistas subvencionados o que aspiran a serlo llevan años echándose a la calle con los altavoces en mano pinchando en hueso. Tan desesperada es la situación para Mónica García y, sobre todo, para Juan Lobato, que PSOE y Más Madrid han tenido que echar mano de toda su artillería para movilizar a las masas, incluidas alcaldías afines, como la de Getafe. Ocurrió en el pasado, sucede ahora y se volverá a repetir en los siguientes comicios pese a los estériles frutos que han logrado los promotores de tales algaradas.

Tras protagonizar protestas muy sonadas, en la de hace una semana el seguimiento cayó hasta niveles ridículos. Como es lógico, la gente ya se harta de que los mismos que les animan a vociferar contra Díaz Ayuso callen ante escándalos como el del «Tito Berni» o ante el desastroso funcionamiento de la Sanidad allí donde gobierna la izquierda. ¿Por qué no promueven protestas contra la calamitosa reversión del Hospital de Alcira? ¿Por qué silencian el escándalo de las listas de espera en Aragón o el deterioro de la Sanidad extremeña y de Navarra? Ahora, a las mareas rojas les ha dado por mirar a Andalucía. Los mismos que llaman estos días a las barricadas son los que les reían las gracias a la hoy ministra María Jesús Montero o a Francisco Vallejo, dos ex consejeros que dejaron la Sanidad de esa autonomía a los pies de los caballos.