
Encuesta
Más de la mitad de los médicos elegiría la muerte asistida si tuviera un cáncer avanzado o alzhéimer
Además, la mayoría optaría por la sedación paliativa frente a otras prácticas como la ventilación mecánica o la alimentación por sonda, según una encuesta internacional entre 1.408 especialistas

¿Cómo querría un médico que le dieran asistencia sanitaria en el final de su vida si padeciera un cáncer avanzado o una patología degenerativa como el alzhéimer? Parece que los que más conocen el entorno de los cuidados paliativos lo tienen claro: más de la mitad consideraría la muerte asistida para ellos mismos. Así lo muestran los resultados de una encuesta internacional a 1.408 médicos (entre especialistas de familia, médicos de cuidados paliativos, cardiólogos, médicos de urgencias, oncólogos, neurólogos y especialistas en cuidados intensivos) en ocho jurisdicciones con diferentes leyes y actitudes hacia la muerte asistida: Bélgica; Italia; Canadá; los estados de Oregón, Wisconsin y Georgia en EE. UU.; y los estados de Victoria y Queensland en Australia, realizada por la Universidad Libre de Bruselas (Bélgica).
Para realizar el estudio, se preguntó a los encuestados hasta qué punto valoraban diversas prácticas paliativas. Estas incluían reanimación cardiopulmonar (RCP), ventilación mecánica, alimentación por sonda, alivio intensivo de los síntomas, sedación paliativa, uso de fármacos disponibles para terminar con la vida, suicidio asistido por un médico y eutanasia.
La mayoría (94% y 91%, respectivamente) consideró que intensificar el alivio de los síntomas era una opción buena o muy buena, mientras que el 59% y el 50%, respectivamente, consideraron que la sedación paliativa era una opción buena o muy buena. Los encuestados que consideraron que la sedación paliativa para la enfermedad de Alzheimer era una opción buena o muy buena oscilaban entre poco más del 39% en Georgia y poco más del 66% en Italia.
Aproximadamente la mitad de los encuestados consideró la eutanasia una (muy) buena opción: poco más del 54% y el 51,5%, respectivamente, para una situación en la que padecieran un cáncer avanzado o alzhéimer. La proporción de quienes consideraban la eutanasia una (muy) buena opción osciló entre el 38% en Italia y el 81% en Bélgica (en el caso del cáncer), y casi el 37,5% en Georgia, hasta casi el 67,5% en Bélgica (en el caso de la enfermedad de Alzheimer). Alrededor de 1 de cada 3 (33,5%) encuestados dijo que consideraría los medicamentos a su disposición para terminar con su propia vida (escenario de cáncer).
Frente a estas alternativas, las menos populares fueron las prácticas de soporte vital como la RCP (0,5%), la ventilación mecánica (0,3%) y la alimentación por sonda (3,5%)
Si bien el sexo, la edad y la etnicidad no parecieron influir en las preferencias de los médicos sobre las prácticas al final de la vida, la legislación vigente en su jurisdicción sí lo hizo.
Los médicos que trabajaban en una jurisdicción con una opción legal tanto para la eutanasia como para el suicidio asistido por un médico tenían tres veces más probabilidades de considerar la eutanasia como una (muy) buena opción para el cáncer y casi el doble de probabilidades de considerarla una (muy) buena opción para la enfermedad de Alzheimer.
Para los investigadores, estos hallazgos justifican una reflexión sobre la práctica clínica actual, ya que el tratamiento para prolongar la vida aún se utiliza ampliamente para los pacientes, pero los médicos no lo elegirían para sí mismos.
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