Salud

Miguel Roca: “El estigma es el gran enemigo a combatir”

El psiquiatra de Mallorca explica que “ahora abordamos conceptos en depresión que antes no manejábamos”

La Razón
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El psiquiatra de Mallorca explica que “ahora abordamos conceptos en depresión que antes no manejábamos”

Coordinador de la Unidad de Psiquiatría del Hospital Juan March de Mallorca, aborda el tema del estigma de los trastornos mentales con motivo del día mundial de la Salud Mental, celebrado el pasado 10 de octubre.

- En los últimos años se ha avanzado mucho en el campo terapéutico de las enfermedades mentales, pero aún así parece que va lento, ¿por qué?

-En Medicina buscamos siempre tratamientos que sean lo más rápido posible, que no sólo provoquen una respuesta terapéutica, sino una remisión de todo el cuadro clínico. Ahora abordamos conceptos en depresión que antes no manejábamos, como el de la recuperación de la funcionalidad: que la persona se recupere y vuelva a trabajar con el mismo rendimiento anterior a la enfermedad. Por eso, se intenta afinar cada vez más en esta área. Porque en ocasiones el diagnóstico de una depresión intentamos tipificarlo al máximo, pero la detección está todavía llena de incertezas. No tenemos pruebas objetivas que nos permitan delimitar un cuadro clínico o no con una analítica, con una prueba específica de neuroimagen (esto sirve a veces, sólo para investigación, pero no para le día a día) eso dificulta que podamos ayudar a los investigadores básicos que trabajan en la puesta en marcha de ensayos.

-Aquí uno de los grandes obstáculos es el peso del estigma que impide que muchos pacientes acudan a la consulta en busca de ayuda.

-De manera particular, las enfermedades mentales se asocian siempre a debilidad de carácter, falta de voluntad; cuando en realidad todas estas cosas no son más que los síntomas de la propia patología. Por eso, el estigma es el gran enemigo a combatir, que no sólo afecta a los pacientes sino también a la propia Psiquiatría, lo que hace muy difícil que las personas reconozcan el problema y busquen ayuda. Ese el punto más grave desde mi perspectiva y la consecuencia: hace que muchos individuos se queden sin un tratamiento, que aunque en muchos casos no sea curativo, le ayude a remitir los síntomas, le provea de una mayor calidad de vida y un desarrollo de la misma lo más normalizado posible.

-¿Por qué las reticencias a contarlo y a buscar ayuda de un especialista médico?

-En los últimos tiempos, hay una cierta tendencia a considerarlo un campo abonado para que las cosas se salgan de madre con mucha facilidad. Me explico: de un tiempo a esta parte detecto una ofensiva anticiencia que abunda en el campo de la enfermedad mental. Por eso, el estigma nos preocupa tanto; muchas veces los pacientes no sólo no tienen los tratamientos adecuados, sino que se echan en brazos de terapias alternativas que carecen de sentido y fundamento clínico sin evidencias que multiplican sus riesgos y complicaciones.

-¿Dónde están las fuentes de este problema?

-Las redes sociales no han ayudado mucho en los últimos tiempos. Hacen más daño y es un factor a tener en cuenta.

-¿Qué papel adoptan las asociaciones de pacientes en este área?

-La enfermedad mental ha tenido un velo encima, se ha ocultado y encerrado, desde los hospitales antiguos, hasta en las casas en las propias familias. Pero va muy bien que la gente lo cuente de forma abierta, cuando lo hacen personajes de relevancia pública que cuentan lo que le ha ocurrido te das cuenta que es lo mismo que hemos escuchado a diario a nuestros pacientes en la consulta. Por lo que contarlo en público sin tapujos y por la repercusión que tienen sus palabras ayuda a contrarrestar las ofensivas anticiencia que tenemos. Este tipo de testimonios son bienvenidos siempre. Recientemente en el Congreso Nacional de Psiquiatría una alpinista muy conocida contaba como arriba de un K2 ella se alimentaba con su barriga energética a la vez que se tomaba su pastilla. Normalizaba la situación porque no quería volver a pasar por ello. Esto es lo positivo.