Entrevista

“En la obesidad emocional es fundamental el apoyo de un profesional”

Entrevista a Gloria Calderón, psicóloga clínica de Olympia Quirónsalud

Gloria Calderón
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1. ¿Qué es la obesidad emocional?

Es una relación disfuncional con la comida que se refleja en una pauta de conducta rígida y circular, en la que se calma el malestar emocional con alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, sobre todo.

2. ¿Cuáles son las emociones más frecuentes que se esconden tras el sobrepeso y más aún sobre la obesidad?

Culpa, rabia, frustración, tristeza, vergüenza y miedo. Casi nada.

3. El equilibrio emocional se incluye como una recomendación de estilo de vida en la Pirámide de la Alimentación Saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, ¿verdad?

El estilo de vida saludable se encuentra adscrito al equilibrio emocional.

4. ¿La dieta “emocional” ha de ser muy diferente a las otras?

Lo que es diferente es la percepción de la comida en sí misma y su función vital esencial: nutrirse. La dieta emocional conlleva un cambio sustancial de hábitos conductuales en relación a cómo valoramos nuestro cuerpo y sus necesidades.

5. Cuando una persona con problemas emocionales comienza una dieta, ¿debe, además, ver a un psicólogo o a un psiquiatra?

Es fundamental ese apoyo porque su relación con la comida suele ser adictiva y se emplea para calmar la ansiedad derivada de procesos emocionales adversos.

6. ¿Una dieta drástica y sin control médico puede llevar a una mayor obesidad emocional?

Sí, porque el exceso de control devenido de una dieta restrictiva aboca a situaciones de descontrol y potencia el sentimiento de frustración adscrito a la impotencia de no poder hacer frente a dichos momentos.

7. ¿Cuándo pueden esos problemas emocionales convertirse en trastornos alimentarios y a qué hay que estar atentos para descubrirlo?

Suele iniciarse al comprobar cómo la ingesta de alimentos como los que tienen un alto contenido en grasas, azúcares…, calman la ansiedad derivada de esa sensación de malestar psicológico, mientras los ingerimos, liberando dopamina, una hormona muy reforzante y adictiva. Se convierte en un problema cuando es la comida la que nos controla, comemos para aliviar la ansiedad y desarrollamos cada vez una mayor intolerancia al malestar emocional.

8. ¿Cómo se previene y como se combate la obesidad emocional?

Se combate instaurando hábitos nuevos, reeducando nuestra relación con la comida y percibiendo nuestro cuerpo como algo valioso que cuidar. Se previene desde la necesidad de expresar todas las emociones negativas y validarlas, desde la infancia.

9. En las personas con obesidad emocional, ¿hay muchas adicciones, al azúcar por ejemplo?

En mi experiencia tras innumerables testimonios de personas con dicho problema, he llegado a la siguiente conclusión: la relación con el azúcar es como la de un amante, se experimenta un deseo previo antes de consumirlo y un momento de clímax al disfrutarlo. Después viene el sentimiento de culpa y vergüenza, unido al de una necesidad imperiosa de otro encuentro.

10. ¿Y esas adicciones “se curan”?

Sí, reiniciando y aprendiendo a andar de nuevo.