Vacunas
A un paso de acorralar al virus respiratorio sincitial en adultos
La llegada de las primeras vacunas preventivas contra el VRS con una eficacia del 90% es un hito médico
Con el frío ya instalado en el termómetro y el invierno asomándose en el calendario, los virus respiratorios comienzan a campar a sus anchas en nuestro país. La gripe es, sin duda, el más conocido por todos, aunque existen otros «compañeros» que pueden resultar igual o más peligrosos, sobre todo cuando afectan a población vulnerable, como los recién nacidos o las personas mayores y con pluripatologías.
Es el caso del denominado virus respiratorio sincitial, más conocido como VRS, «un virus que afecta a todas las edades, desde niños pequeños a adultos, dejando un grave impacto en la salud, sobre todo cuando miramos a los extremos, es decir, a los recién nacidos o a las personas de edad avanzada», advierte el doctor José Antonio Navarro, pediatra y consultor honorario permanente de la Dirección General de Salud Pública del Ministerio de Sanidad.
En concreto, tal y como detalla el especialista, «el VRS afecta principalmente el aparato respiratorio y, además de desencadenar sintomatología aguda durante la infección, provoca un daño importante en la mucosa del mismo, lo que hace que pueda quedar resentido, incluso años después de ese primer episodio, convirtiéndose en personas más frágiles ante futuras infecciones».
Los más vulnerables
Según advierte el doctor Navarro, «aunque para la mayoría de las personas el VRS causa síntomas similares a los del resfriado, la carga de la enfermedad puede resultar elevada en determinados perfiles, ya que tras la infección por VRS pueden quedar secuelas en forma de asma, dificultad respiratoria, jadeos... Este virus puede provocar complicaciones graves, como por ejemplo la infección de las vías respiratorias inferiores, en forma de neumonía, así como la agudización de patologías subyacentes como el asma o la EPOC». Y lo cierto es que las vías respiratorias no son las únicas dianas a las que afecta el VRS, ya que también puede dejar «heridas» en forma de complicaciones cardiacas, como por ejemplo descompensaciones en la función cardiaca.
Más allá de los recién nacidos, a los que el VRS provoca la denominada bronquiolitis, las personas adultas más frágiles ante las garras de este virus son «los pacientes de edad avanzada, superando la barrera de los 75-80 años, y con patologías de base, como enfermedad pulmonar, problemas cardiovasculares, inmunodepresión, diabetes, alguna enfermedad neurológica, alteración renal o hepática... Estas personas son las que presentan tintes de mayor gravedad ante la infección, hasta el punto de que se puede disparar la posibilidad de ingreso hospitalario e incluso la mortalidad», asegura el doctor Navarro, quien recuerda que «algunos estudios hablan de que el VRS tiene una letalidad del 7,5% de cada 100 mayores de 60 años, mientras que ese porcentaje no supera el 7% cuando hablamos de la gripe, lo que refleja la gravedad que implica».
Aunque a día de hoy no existen datos oficiales del impacto que tiene el VRS en adultos en nuestro país, se trata de uno de los más comunes en personas mayores: «Es el quinto en frecuencia, detrás del rinovirus, la gripe, el neumococo y el metapneumovirus, respectivamente», confirma el doctor Navarro. Y para muestra, un botón, ya que esta temporada la circulación del VRS ha vuelto a comportarse con cierta «normalidad» y está en pleno ascenso en estas semanas, «siendo su punto álgidos las últimas semanas de noviembre y las primeras de diciembre, ya que posteriormente suele entrar en juego la gripe», apunta el experto.
En este escenario hay motivos para la esperanza, ya que España ya estudia la financiación de vacunas existentes actualmente contra el VRS para adultos y que ya están aprobadas por la Comisión Europea, «lo que podrá significar un punto de inflexión en el abordaje de esta infección, ya que significará aumentar la protección de las personas más vulnerables», avanza el especialista, quien reconoce que la Ponencia de Vacunas está trabajando muy duro este año para disponer de evaluaciones integrales de protección. «La vacuna aprobada por Europa todavía es muy reciente y hay que darse un cierto margen de maniobra, pero confío en que, probablemente, podamos tener una solución de prevención general para los mayores de 60 años en el próximo 2024», augura el doctor Navarro.
Hasta el momento, según las características de cada paciente, es su propio médico el que puede recomendarle la vacunación frente al VRS, ya que la eficacia demostrada es muy positiva. «Los ensayos clínicos han demostrado que son capaces de proteger con una eficacia por encima del 90%, lo que es un gran logro, pues se traducirá en un menor consumo de recursos sanitarios, menos hospitalizaciones y, por tanto, una mejor calidad de vida para esas personas mayores, pues disminuye el riesgo de fragilidad que aparece tras la infección», anticipa el experto.
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